Pelea de ancianos
Biden ya es el presidente en ejercicio m¨¢s viejo de la historia, pero Trump tambi¨¦n fue el de edad m¨¢s avanzada en alcanzar la presidencia. Quien gane en noviembre batir¨¢ de nuevo las plusmarcas
No hubo sorpresa. Donald Trump gan¨® holgadamente. No fue una paliza enorme como en Iowa, donde destroz¨® a Ron DeSantis, el candidato que realmente pudo hacerle sombra. Nikki Haley cree que ha salido viva de su segunda derrota. Se dir¨ªa que lo confirma la reacci¨®n airada del ex presidente, que no es la de un ganador euf¨®rico. Se debe a su mal ganar, que es como su proverbial mal perder, demostrado desde que sali¨® de malas maner...
No hubo sorpresa. Donald Trump gan¨® holgadamente. No fue una paliza enorme como en Iowa, donde destroz¨® a Ron DeSantis, el candidato que realmente pudo hacerle sombra. Nikki Haley cree que ha salido viva de su segunda derrota. Se dir¨ªa que lo confirma la reacci¨®n airada del ex presidente, que no es la de un ganador euf¨®rico. Se debe a su mal ganar, que es como su proverbial mal perder, demostrado desde que sali¨® de malas maneras de la Casa Blanca. Solo se siente a gusto cuando aplasta al adversario. De ah¨ª su furiosa reacci¨®n ante la voluntariosa persistencia de Haley, a la que quer¨ªa descabalgar en New Hampshire.
El republicanismo tradicional que ella representa se resiste a morir. Mantiene su d¨¦bil apuesta porque no quiere entregar sin pelea los restos del naufragio. Por eso Haley ha se?alado que las primarias no son una coronaci¨®n, sino una elecci¨®n. Con su resistencia, da legitimidad a quien vaya a ser el candidato, a Trump incluso, y mantiene viva una alternativa conservadora al trumpismo. Es tambi¨¦n una rueda de recambio, por si las dificultades judiciales interrumpen la marcha triunfal de su rival republicano despu¨¦s de haberle sido tan ¨²tiles para victimizarse y recaudar fondos electorales. El viejo partido, incluidos los principales cargos electos y el aparato, es todo propiedad de Trump. Desde el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 no ha parado de crecer la proporci¨®n de votantes republicanos convencidos de que le robaron las elecciones y sufre una injusta persecuci¨®n pol¨ªtica en los tribunales con el ¨²nico objetivo de evitar su regreso a la Casa Blanca. Para la masa inmensa de quienes creen estas burdas fabricaciones populistas, votarle es defender la democracia, exactamente lo contrario de lo que proclaman Joe Biden, el partido dem¨®crata y la opini¨®n liberal de todo el mundo. A diferencia de Trump, Biden ya da a Haley por descartada. El presidente prefiere al feroz rival que moviliza a los suyos que a la educada ex gobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora en Naciones Unidas. Sin un accidente de recorrido, siempre posible con nueve meses por delante, la Casa Blanca tendr¨¢ dentro de dos a?os a un octogenario como inquilino. Biden ya es el presidente en ejercicio m¨¢s anciano de la historia, pero Trump tambi¨¦n fue el de edad m¨¢s avanzada en alcanzar la presidencia. Quien gane el pr¨®ximo noviembre batir¨¢ de nuevo las plusmarcas.
Todo es oscuridad sobre el futuro de la democracia en Estados Unidos, y en el mundo, si el trumpismo se instala para cuatro a?os m¨¢s. Solo hay algo que ya est¨¢ claro. La liza que est¨¢ en marcha entre esos dos hombres de edad avanzada, cada uno con sus lapsus, verbales Biden y mentales Trump, da una imagen nada reconfortante de la deriva gerontocr¨¢tica de la superpotencia, al estilo de las autocracias rusa y china.