Los adoptados se mecen solos
Una joven concita el inter¨¦s de decenas de miles de usuarios coloreando fotos de v¨ªctimas del fascismo y contando su vida con naturalidad
Tirar del hilo es una a?eja expresi¨®n que ha cobrado actualidad con las redes sociales. Si tiras del hilo de una cuenta de Twitter (ahora X), por ejemplo, puedes encontrar historias extraordinarias, interesantes, inesperadas o sugerentes, protagonizadas por gente sin relevancia p¨²blica o alejada del estr¨¦pito de los nombres que no ocultan nada detr¨¢s de sus campanillas medi¨¢ticas. Historias como las de Luda Merino, aunque no se trata de una desconocida. Su cuenta Restaurando su dignidad, que se presenta de forma dir...
Tirar del hilo es una a?eja expresi¨®n que ha cobrado actualidad con las redes sociales. Si tiras del hilo de una cuenta de Twitter (ahora X), por ejemplo, puedes encontrar historias extraordinarias, interesantes, inesperadas o sugerentes, protagonizadas por gente sin relevancia p¨²blica o alejada del estr¨¦pito de los nombres que no ocultan nada detr¨¢s de sus campanillas medi¨¢ticas. Historias como las de Luda Merino, aunque no se trata de una desconocida. Su cuenta Restaurando su dignidad, que se presenta de forma directa como ¡°Restauro fotos de v¨ªctimas del fascismo¡±, tiene casi 167.000 seguidores. Hace unos d¨ªas, desvel¨® su identidad.
¡°Al contrario de lo que muchos cre¨¦is¡±, escribe, ¡°esta cuenta no es ning¨²n perfil institucional. Tampoco pertenece a ninguna asociaci¨®n ni partido pol¨ªtico. Soy solo yo, y aunque muchos puedan pensar que soy un hombre mayor, en realidad me llamo Luda Merino, tengo 22 a?os y vivo en Madrid¡±. Luego explica que es dise?adora gr¨¢fica y que hace unos a?os quiso colaborar con entidades relacionadas con la memoria y el Holocausto y, como no ten¨ªa dinero, decidi¨® aportar sus conocimientos coloreando fotograf¨ªas. A la vista est¨¢ la repercusi¨®n de su iniciativa; incluso fue contactada por la productora de la pel¨ªcula La sociedad de la nieve, de J. A. Bayona, para ver si ayudaba a colorear fotos de aquellos accidentados de los Andes, aunque al final el proyecto no prosper¨®.
Tambi¨¦n cuenta que dio una charla en un instituto sobre el campo de exterminio de Auschwitz y advirti¨® a la profesora de que algunas fotos eran duras, como la de un cuerpo esquel¨¦tico en la boca de un horno crematorio. La profesora la mir¨® y dijo: ¡°Esta, mejor no¡±. ¡°Ya, es durilla, lo entiendo¡±, coment¨® Luda. ¡°No, es que est¨¢ desnudo¡±. ¡°Me dijo que me lo comentaba por los padres, que a veces son ¡®un poco tiquismiquis¡¯. ¡®Padres, por favor, no se¨¢is as¨ª. Soy la primera que a veces no muestra ese tipo de fotos en institutos, pero es por lo duras que son, no porque se le vea el pito a un muerto¡±, apunta.
En La zona de inter¨¦s, la impresionante pel¨ªcula de Jonathan Glazer, no se muestra el horror de manera expl¨ªcita, porque est¨¢ impl¨ªcito en la cotidianidad, en esa esposa de un gerifalte nazi que le ense?a a su madre el casopl¨®n con jard¨ªn donde viven, pegado al citado campo, y le comenta su intenci¨®n de poner unas enredaderas en el muro por encima del cual no cesa de salir humo. El filme de Glazer es otro t¨ªtulo de una excepcional cartelera en la que coinciden Fallen Leaves, Anatom¨ªa de una ca¨ªda, Los que quedan, Perfect Days o Pobres criaturas.
Tirar del hilo de la cuenta personal de Luda tambi¨¦n merece la pena. Recuerda que es una ni?a adoptada, que naci¨® en Rusia y que vive en Espa?a desde los tres a?os. Aunque su orfanato ¡°estaba bastante bien¡±, desarroll¨® varios traumas y comportamientos poco habituales ¡°por falta de atenci¨®n¡±. Explica, por ejemplo, que mueve la cabeza de un lado a otro de manera sistem¨¢tica, justo antes de dormirse como una forma de acunarse, porque en el orfanato hab¨ªa pocos cuidadores y no pod¨ªan ¡°dedicarse a mecer a los ni?os para que se duerman¡±.
El post con v¨ªdeo sobre su costumbre de mecerse sola despert¨® de inmediato numerosos comentarios de tuiteros que se ven reflejados, muchos de ellos adoptados: ¡°Yo soy adoptada de Rumania y hago exactamente lo mismo¡±. O ¡°trabaj¨¦ con ni?os y ni?as en adopci¨®n internacional y se suele denominar a esta conducta rocking o balanceo. Es muy caracter¨ªstico de aquellos ni?os y ni?as institucionalizados que, efectivamente, les ayuda a calmarse y consolarse solos¡±. Pero no solo es costumbre de ni?os adoptados, aunque entre ellos est¨¦ m¨¢s extendido, como se?alan varios tuiteros, que enumeran todo un cat¨¢logo de balanceos y movimientos constantes en busca del sue?o.