Naiara y el orgullo de choni
La fuerza de la concursante de ¡®Operaci¨®n Triunfo¡¯, programa que acapara las tendencias en X, reivindica el estilo obrerista y de barrio copiado por las grandes firmas de moda
Naiara se ha convertido en un fen¨®meno viral. La joven concursante de la ¨²ltima edici¨®n de Operaci¨®n Triunfo (OT) vuelve a ser tendencia esta semana por su reciente y potente actuaci¨®n interpretando la popular canci¨®n ...
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Naiara se ha convertido en un fen¨®meno viral. La joven concursante de la ¨²ltima edici¨®n de Operaci¨®n Triunfo (OT) vuelve a ser tendencia esta semana por su reciente y potente actuaci¨®n interpretando la popular canci¨®n Despech¨¢, de Rosal¨ªa, con un coche de choque incluido. No es la ¨²nica. Algunos de sus compa?eros en la academia, cuyas andanzas y progresos en la m¨²sica se retransmiten ahora por Prime Video, tambi¨¦n suelen copar la atenci¨®n de las redes, as¨ª como las sucesivas galas del programa. Pero Naiara ha alcanzado, tal vez, una mayor popularidad que el resto por su naturalidad, su fuerza, su desparpajo, sus dotes art¨ªsticas. Tambi¨¦n porque tiene un aura especial, un aura de choni con la que juegan sus propias coreograf¨ªas.
As¨ª lo apunta uno de los analistas m¨¢s conspicuos de OT, el periodista Juan Sanguino, que reivindica la figura ¡°surgida de los barrios obreros masificados¡± en los noventa. ¡°Hoy las chonis dominan la conversaci¨®n cultural. Hoy hasta una chica de buena familia como Bad Gyal se traviste de choni como expresi¨®n art¨ªstica. Y anoche Naiara celebr¨® ese triunfo¡±, cuenta en la web Jenesaispop y rebotan en X varios de los antiguos tuiteros. ¡°Puede que todas las chonis que vivieron antes que Naiara sufrieran discriminaci¨®n de lunes a viernes, pero los fines de semana eran las putas reinas¡±, prosigue en su largo an¨¢lisis. Y para la concursante zaragozana, cantante de orquesta de 26 a?os, todos los d¨ªas son ¡°s¨¢bado noche¡±, a?ade.
Lo choni lleva unos a?os en boga en un proceso m¨¢s de resignificaci¨®n, apropiacionismo o una suerte de gentrificaci¨®n, por llevar el concepto al terreno urban¨ªstico. Los rodamientos de la sociedad de consumo siempre est¨¢n bien engrasados para deglutir tendencias. Por eso, la segunda y la tercera acepciones de choni en el diccionario de la RAE se quedan cortas y no se ajustan a estos tiempos l¨ªquidos: ¡°Mujer joven que pretende ser elegante e ir a la moda, aunque resulta vulgar¡±; y ¡°chabacano, vulgar¡±. La connotaci¨®n peyorativa y de clase se pierde cuando las grandes marcas de la moda se inspiran en lo choni y compiten por vestir a las cantantes de ¨¦xito Rosal¨ªa o Nathy Peluso, por ejemplo. No obstante, los m¨¢s avezados advierten de la confusi¨®n con el r¨¢chet de ellas que, seg¨²n la Fund¨¦u, es un ¡°estilo urbano y exc¨¦ntrico de j¨®venes relacionados con el trap, generalmente mujeres, que combinan prendas coloridas de grandes firmas con ropa barata, pendientes grandes, zapatillas ostentosas y una marcada actitud empoderante¡±.
Otra cosa es superar el estigma social de la choni verdadera, la que no triunfa, aquella que es definida, sobre todo por los hombres, como una mujer garrula, de poca educaci¨®n que, a diferencia de su hermana melliza, la cani, est¨¢ muy sexualizada. Las investigadoras sociales de la Universitat Rovira i Virgili de Lleida Cilia Willem, N¨²ria Ara¨¹na y Iolanda Tortajada han estudiado el fen¨®meno y citan el interesante concepto del socioling¨¹ista belga Jan Blommaert de enoughness (lo suficiente), una teor¨ªa de la identidad contempor¨¢nea que afirma que las identidades se construyen a partir de una porci¨®n particular (¡°suficiente¡±) de rasgos identitarios emblem¨¢ticos. Una pija puede imitar los c¨®digos chonis; al rev¨¦s, es muy improbable que el resultado sea aceptado socialmente.
Los prejuicios que sufren las chonis centraron un trabajo de la psic¨®loga social Alexandra V¨¢zquez y su compa?ero David Lois, ambos de la UNED. Tampoco es una cuesti¨®n de est¨¦tica solo. Un grupo de estudiantes universitarios de Espa?a deb¨ªa escoger un compa?ero para una tarea online entre distintos perfiles, y uno de ellos mostraba la foto de una chica llamada Mar¨ªa con maquillaje excesivo, pelo cardado y ropa con estampado de leopardo. Esa imagen hac¨ªa que se redujera el inter¨¦s por colaborar con ella. Cuando a esa misma chica se la presentaba como Cayetana, hija de abogados, el prejuicio desaparec¨ªa por completo.