Los ¨²ltimos sobresaltos de la democracia en Guatemala
La comunidad internacional ha entendido que en el pa¨ªs se puede contener el domin¨® autoritario en Centroam¨¦rica que se ha extendido desde 2018
La decisi¨®n en las urnas de los guatemaltecos sigue bajo ataque. La semana pasada se vivieron tres momentos cr¨ªticos.
El primero, cuando la Corte Suprema de Justicia (CSJ) evalu¨® el cumplimiento de la orden de la Corte de Constitucionalidad (CC) de revisar las actas de las votaciones que son administradas por m¨¢s de 150.000 ciudadanos independientes en todo el pa¨ªs. Y es que el Pacto de Corruptos, la a...
La decisi¨®n en las urnas de los guatemaltecos sigue bajo ataque. La semana pasada se vivieron tres momentos cr¨ªticos.
El primero, cuando la Corte Suprema de Justicia (CSJ) evalu¨® el cumplimiento de la orden de la Corte de Constitucionalidad (CC) de revisar las actas de las votaciones que son administradas por m¨¢s de 150.000 ciudadanos independientes en todo el pa¨ªs. Y es que el Pacto de Corruptos, la alianza informal de pol¨ªticos, ¨¦lites burocr¨¢ticas y empresariales que controla los poderes del Estado, no admite en el balotaje al socialdem¨®crata Bernardo Ar¨¦valo, a quien consideran una amenaza a sus intereses.
Antes del veredicto Guatemala permaneci¨® en vilo, por la desconfianza que despiertan los trece magistrados de la CSJ, seleccionados de manera opaca en 2014 por dos influyentes pol¨ªticos que despu¨¦s fueron perseguidos en Estados Unidos por graves casos de corrupci¨®n, aunque ya est¨¢n de vuelta interfiriendo en el sistema de justicia; adem¨¢s, estos jueces debieron entregar sus cargos hace cuatro a?os, pero el actual Congreso de Diputados est¨¢ c¨®modo con ellos y se ha negado a integrar nuevas Cortes.
La decisi¨®n de la CSJ el lunes 10 finalmente fue asertiva. La poblaci¨®n apenas retomaba el aliento, cuando sobrevino el segundo momento cr¨ªtico. La Fiscal¨ªa General de Consuelo Porras, nombrada como ¡°agente corrupta¡± por la Administraci¨®n de Joe Biden, obtuvo la orden de un juez menor para inhabilitar el partido de Ar¨¦valo, el Movimiento Semilla. El efecto autom¨¢tico de la decisi¨®n judicial era subir al balotaje al candidato del presidiente Alejandro Giammattei, pero lleg¨® unas horas tarde. El Tribunal Electoral ya hab¨ªa oficializado los resultados electorales del 25 de junio, dando luz verde a Ar¨¦valo para competir el 20 de agosto.
A esas alturas el destino del voto ciudadano quedaba en manos de la CC, llamada ¡°la corte celestial¡± pues dicta la ¨²ltima palabra en todas las materias. El jueves 13, por tercera vez, se sufrieron otras horas de angustia. Quienes integran la CC tambi¨¦n fueron seleccionados -y algunos impuestos de manera irregular- por el propio Pacto de Corruptos en 2021. Pero al final de esa tarde la CC refrend¨® al Tribunal Electoral. Volvi¨® el alma al cuerpo de la democracia, aunque nadie se f¨ªa de que no surgir¨¢n nuevas amenazas.
La democracia sobrevive por la presi¨®n creciente de la ciudadan¨ªa y porque la comunidad internacional ha entendido que en Guatemala se puede contener el domin¨® autoritario en Centroam¨¦rica que se ha extendido desde 2018, disparando las migraciones irregulares.
Por otro lado, las deserciones del Pacto son cada vez m¨¢s notorias. Partidos pol¨ªticos y c¨¢maras empresariales se han pronunciado a favor del respeto al voto ciudadano y los plazos electorales. Incluso militares retirados y extremistas de derechas est¨¢n tomando distancias, aunque por otros motivos. ?stos empiezan a referirse a su hasta ahora insoportable pero indispensable aliado, el presidente Giammattei, como ¡°un corrupto¡± porque ha ofrecido custodios oficiales -como lo manda la ley- al candidato Ar¨¦valo.
El n¨²cleo duro del Pacto persiste. Lo constituyen Miguel Mart¨ªnez, pareja sentimental de Giammattei, y la fiscal Consuelo Porras, adem¨¢s de poderosos empresarios y ¨¦lites burocr¨¢ticas y militares solapadas. Mart¨ªnez, el poder tras el trono, ha nombrado el Gabinete de gobierno, incluyendo el alto mando del Ej¨¦rcito, y sotto voce es el ingeniero de la gran corrupci¨®n del r¨¦gimen, que extendi¨® sus beneficios precisamente a pol¨ªticos en el Congreso y ciertas elites burocr¨¢ticas y empresariales. Porras es una cat¨®lica devota que se piensa a s¨ª misma como la encarnaci¨®n de Torquemada, decidida a no dar un paso atr¨¢s en esta coyuntura electoral. A ellos se han unido los m¨¢s medi¨¢ticos l¨ªderes de las iglesias neopentecostales.
El miedo a perder privilegios -empezando por la impunidad de sus actos- y, presuntamente, ser invadidos por la ¡°ideolog¨ªa del globalismo de Biden y Soros y de las identidades sexuales¡± les inyecta un ¨¢nimo kamikaze. Aunque no est¨¢n dispuestos al suicidio pol¨ªtico, siguen decididos a cometer el homicidio de la ¨²ltima instancia de la democracia en Guatemala, el voto ciudadano.