Le Pen busca blanquearse en el Pante¨®n
La presencia de la l¨ªder de Reagrupamiento Nacional en un homenaje a la resistencia antinazi trata de normalizar la ideolog¨ªa que combatieron los homenajeados
Francia ha saldado una deuda hist¨®rica con los resistentes extranjeros durante la II Guerra Mundial. La entrada ayer mi¨¦rcoles en el Pante¨®n de Missak y M¨¦lin¨¦e Manouchian y 22 otros resistentes fusilados hace 80 a?os por los ocupantes alemanes ¡ªentre ellos el espa?ol Celestino Alfonso¡ª es un acto de justicia. Con la decisi¨®n de panteonizar a los Manouchian y a sus camaradas, el presidente Emmanuel Macron ...
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Francia ha saldado una deuda hist¨®rica con los resistentes extranjeros durante la II Guerra Mundial. La entrada ayer mi¨¦rcoles en el Pante¨®n de Missak y M¨¦lin¨¦e Manouchian y 22 otros resistentes fusilados hace 80 a?os por los ocupantes alemanes ¡ªentre ellos el espa?ol Celestino Alfonso¡ª es un acto de justicia. Con la decisi¨®n de panteonizar a los Manouchian y a sus camaradas, el presidente Emmanuel Macron reconoce el papel de los extranjeros, los armenios supervivientes del genocidio, los jud¨ªos y los comunistas en la lucha contra el nazismo.
El Pante¨®n es el templo republicano donde reposan los restos ¡ªo est¨¢n inscritos sus nombres¡ª de las glorias nacionales. Todo nuevo ingreso es una manera de decir: ¡°Esto es Francia¡± o ¡°esto queremos ser.¡± Por eso, la presencia en la ceremonia solemne de Marine Le Pen, l¨ªder del Reagrupamiento Nacional (RN) y aspirante a la presidencia de la Rep¨²blica, result¨® problem¨¢tica para una buena parte de los asistentes, y reveladora de la estrategia de la nueva extrema derecha. El RN es heredero directo del Frente Nacional, fundado por el padre de la actual l¨ªder, Jean-Marie Le Pen, junto a un grupo de ultraderechistas entre los que figuraban colaboradores con los nazis durante la ocupaci¨®n. A muchos de los descendientes de los m¨¢rtires les result¨® insoportable ver a los herederos del colaboracionismo y el filonazismo franc¨¦s en el homenaje.
¡°Las fuerzas de extrema derecha har¨ªan bien en no estar presentes¡±, declar¨® Macron, en v¨ªsperas del acto, al diario comunista L¡¯Humanit¨¦. Marine Le Pen, invitada en calidad de jefa de su grupo parlamentario, no le hizo caso. Para ella, asistir a la ceremonia era un paso m¨¢s en la llamada ¡°normalizaci¨®n¡± de su partido, el proceso que empez¨® hace una d¨¦cada cuando ella tom¨® las riendas, expuls¨® a su padre, cambi¨® el nombre y renunci¨® a las aristas m¨¢s radicales hasta convertirlo en el primero de la oposici¨®n en la Asamblea Nacional con 13 millones de votos, un 42%, en las ¨²ltimas elecciones presidenciales.
Para el RN, convertirse en un partido ¡°normal¡± implica poder identificarse con los momentos heroicos de la historia y unirse al relato com¨²n que marcan acontecimientos como el del Pante¨®n. Que una formaci¨®n a la que se sit¨²a en la extrema derecha celebre a ap¨¢tridas, extranjeros y comunistas que lucharon contra el fascismo podr¨ªa ser una buena noticia, como lo es, sobre el papel, que un partido ligado hist¨®ricamente al antisemitismo quiera combatirlo. Pero este esfuerzo no es cre¨ªble, como demuestran las reacciones a la presencia de Le Pen en el homenaje a los Manouchian. Para serlo, exigir¨ªa por parte de la l¨ªder ultra una revisi¨®n sincera y no t¨¢ctica de su historia y de su programa, que mantiene el ADN nacionalista y hostil a los inmigrantes del viejo FN. La normalizaci¨®n est¨¢ lejos de culminar.