El d¨ªa en que la pol¨ªtica espa?ola normaliz¨® el racismo
La credibilidad del PP como alternativa centrista estar¨¢ por los suelos mientras d¨¦ cobijo, altavoz y poder a personajes como el vicepresidente de Arag¨®n, de Vox
Supongo que a este loco mundo nada le importan los pleitos de un rinconcillo de Espa?a donde no hay elecciones a la vista ni pol¨ªticos amnistiados ni grescas nacionalistas, pero a veces las cosas importantes suceden donde nadie est¨¢ mirando: absortos en el espect¨¢culo de las guerras y las tormentas pol¨ªticas, no atendemos al carterista sigiloso que nos mete la mano en el bolsillo. Recordemos 1914: pocas cosas pod¨ªa haber m¨¢s banales y perif¨¦ricas que la visita de un pr¨ªncipe austroh¨²ngaro a una ciudad de provincias de su imperio. Y ya ven.
Entre Madrid y Barcelona ¡ªes decir, entre Isabe...
Supongo que a este loco mundo nada le importan los pleitos de un rinconcillo de Espa?a donde no hay elecciones a la vista ni pol¨ªticos amnistiados ni grescas nacionalistas, pero a veces las cosas importantes suceden donde nadie est¨¢ mirando: absortos en el espect¨¢culo de las guerras y las tormentas pol¨ªticas, no atendemos al carterista sigiloso que nos mete la mano en el bolsillo. Recordemos 1914: pocas cosas pod¨ªa haber m¨¢s banales y perif¨¦ricas que la visita de un pr¨ªncipe austroh¨²ngaro a una ciudad de provincias de su imperio. Y ya ven.
Entre Madrid y Barcelona ¡ªes decir, entre Isabel D¨ªaz Ayuso y Carles Puigdemont¡ª, los de Zaragoza vivimos en paz y sin llamar la atenci¨®n, pero hace un par de meses el gallinero pol¨ªtico se nos alter¨® y ya empiezan a o¨ªrse los cacareos en toda Espa?a. La culpa la tiene Alejandro Nolasco, vicepresidente de Arag¨®n, jefe local de Vox y uno de los gallos de pelea m¨¢s mimados por Santiago Abascal. En enero, rompi¨® un folleto con la programaci¨®n del Ramad¨¢n en Huesca: lo hizo frente a los medios y a las puertas de la Aljafer¨ªa, el monumento isl¨¢mico m¨¢s grande al norte de la pen¨ªnsula y sede de las Cortes de Arag¨®n. No es su ¨²nica escenita xen¨®foba: tambi¨¦n ha bramado por la expulsi¨®n de inmigrantes a las puertas de un albergue donde viven refugiados y no desaprovecha ocasi¨®n alguna para relacionar a la poblaci¨®n musulmana con la delincuencia.
El problema aqu¨ª ya no es que la credibilidad del PP como alternativa centrista estar¨¢ por los suelos mientras d¨¦ cobijo, altavoz y poder a personajes como Nolasco, sino que ya se han normalizado unos modales pol¨ªticos que eran ins¨®litos en Espa?a. Llamarlos discursos del odio ser¨ªa ennoblecerlos: el odio racista se expresa con rebuznos, no con oratoria. En la campa?a catalana va a tener un protagonismo enorme S¨ªlvia Orriols, una pol¨ªtica que en nada se distingue de los populistas de extrema derecha que en toda Europa hablan de la teor¨ªa del reemplazo y de conspiraciones. Esto no solo animar¨¢ a otros a salir del armario y a unirse a los coros y danzas xen¨®fobas, sino que obligar¨¢ a los dem¨¢s a responder, y el racismo se convertir¨¢ en un eje central de la conversaci¨®n pol¨ªtica. De las peleas cotidianas que tanto nos entretienen hoy nos olvidaremos pronto. La mayor¨ªa nacen muertas. Pero cuando el racismo tenga carta blanca de interlocuci¨®n y el aire sea irrespirable, recordaremos el d¨ªa en que un pol¨ªtico regional con trazas de hooligan rompi¨® unos folletos y abri¨® la veda.