Espa?a de bulo en bulo
Uno pensar¨ªa que en Espa?a no se castigan las difamaciones y las injurias. No es as¨ª, como saben todos los periodistas y por supuesto el presidente del Gobierno
Tras meditar durante cinco d¨ªas si los espa?oles merec¨ªamos que nos siguiera gobernando, el presidente se ve con ganas de seguir hasta 2031: qu¨¦ reparador puede ser un puente. Aquellos que pensaban que Pedro S¨¢nchez viv¨ªa una verdadera crisis ahora tienen razones para sospechar una maniobra c¨ªnica: ha tenido el pa¨ªs en vilo, ha utilizado a su esposa y al rey,...
Tras meditar durante cinco d¨ªas si los espa?oles merec¨ªamos que nos siguiera gobernando, el presidente se ve con ganas de seguir hasta 2031: qu¨¦ reparador puede ser un puente. Aquellos que pensaban que Pedro S¨¢nchez viv¨ªa una verdadera crisis ahora tienen razones para sospechar una maniobra c¨ªnica: ha tenido el pa¨ªs en vilo, ha utilizado a su esposa y al rey, e incluso ha hecho llorar a Pedro Almod¨®var.
Su victimismo es inveros¨ªmil y sus propuestas no resultan cre¨ªbles. ?Qu¨¦ sentido tiene prometer una ¡°regeneraci¨®n democr¨¢tica¡± cuando est¨¢ a punto de cumplir seis a?os en el cargo? ?Puede plantearse algo as¨ª sin contar con la oposici¨®n? Ni siquiera admite preguntas de la prensa: como para regenerar la democracia. La farsa de estos d¨ªas revela debilidades profundas: si el clima es t¨®xico, habr¨¢ que evaluar la responsabilidad de quien lleva un tiempo considerable en el poder; si el PSOE ¡ªreducido al papel de ¨®rgano aclamatorio¡ª tiene un problema de cuadros y sucesi¨®n, alg¨²n m¨¦rito corresponder¨¢ a quien lo dirige desde hace diez a?os.
Lo m¨¢s inquietante de este stunt ¨¤ la Kirchner que tiene algo de OPA a Sumar y Podemos ha sido su componente iliberal: el marco plebiscitario, la intimidaci¨®n a jueces y a medios, la idea de que hay que agitar la sociedad y sembrar la discordia. Sin amenazas ni coacci¨®n, florec¨ªan instintos preocupantes: la adulaci¨®n al l¨ªder, manifiestos estupefacientes que hablan de golpismo judicial y medi¨¢tico. En sus cr¨ªticas a los bulos, S¨¢nchez confunde interesadamente informaciones veraces con noticias falsas y medios de distinto rigor. Mientras denuncia los bulos, suelta bulos (por ejemplo, afirmando que Feij¨®o dijo que su mujer no deb¨ªa trabajar). Al o¨ªrlo, uno pensar¨ªa que en Espa?a no se castigan las difamaciones y las injurias. No es as¨ª, como saben todos los periodistas y por supuesto el presidente del Gobierno. Tambi¨¦n sabe que la European Media Freedom Act ya incluye las exigencias de transparencia sobre propiedad y financiaci¨®n p¨²blica que reclama. No se entiende el tono despectivo hacia ¡°los digitales¡± y uno se pregunta si en la categor¨ªa de ¡°pseudoprensa¡± hay medios de izquierdas. (En modo dada¨ªsta, el PP propone ¡°blindar el periodismo libre¡± y a la vez ¡°prohibir las acusaciones de lawfare¡±.) No hay mucho que se pueda hacer: por la importancia de la libertad de expresi¨®n en nuestro ordenamiento jur¨ªdico, por la dificultad t¨¦cnica del asunto y por la debilidad parlamentaria del Gobierno. El objetivo es embarullar, se?alar, generar conversaci¨®n, amedrentar. La regulaci¨®n de los bulos no es solo un ramalazo antiliberal: es tambi¨¦n un bulo. @gascondaniel