Para esto serv¨ªa el solsticio de verano
La vida ha evolucionado en un planeta sometido a los ritmos de invierno y verano durante 4.000 millones de a?os
Vivimos un tiempo muy especial, conocido y celebrado desde la noche de los tiempos, explicado por los astr¨®nomos y cantado por los poetas, fuente de inspiraci¨®n y delirio, j¨²bilo y confusi¨®n, repetido cada a?o con tozudez astron¨®mica desde 4.500 millones de a?os antes de que nuestra especie se asomara al mundo. Y eso es m¨¢s o menos un tercio de la edad del universo, as¨ª que pocas bromas. Es el solsticio de verano, amigo. Ayer viernes fue el d¨ªa m¨¢s largo del a?o en el hemisferio norte, esa peque?a parcela del cosmos desde la que te escribo. ?Y sabes qu¨¦ tiene que ver el solsticio de verano con...
Vivimos un tiempo muy especial, conocido y celebrado desde la noche de los tiempos, explicado por los astr¨®nomos y cantado por los poetas, fuente de inspiraci¨®n y delirio, j¨²bilo y confusi¨®n, repetido cada a?o con tozudez astron¨®mica desde 4.500 millones de a?os antes de que nuestra especie se asomara al mundo. Y eso es m¨¢s o menos un tercio de la edad del universo, as¨ª que pocas bromas. Es el solsticio de verano, amigo. Ayer viernes fue el d¨ªa m¨¢s largo del a?o en el hemisferio norte, esa peque?a parcela del cosmos desde la que te escribo. ?Y sabes qu¨¦ tiene que ver el solsticio de verano con la vida en la Tierra? Ll¨¢malo clickbait y sigue leyendo.
Lo que ahora llamamos hogueras de San Juan o nit de foc era una fiesta pagana del solsticio miles de a?os antes de que San Juan bautizara a Cristo. El cristianismo, como otras religiones y tradiciones, no ha hecho m¨¢s que inmatricularse las fiestas astron¨®micas de la prehistoria para apuntarse un punto ventajista. Las navidades y el solsticio de invierno son otro ejemplo cl¨¢sico. El m¨¦rito de estas fechas se?aladas corresponde al Sol radiante y a la inclinaci¨®n de la Tierra respecto a ¨¦l. En estos d¨ªas los rayos solares nos pegan directos en el hemisferio norte, sobre todo en el tr¨®pico de C¨¢ncer. Algunas de las celebraciones m¨¢s antiguas provienen de Suecia y Finlandia, lo que es muy comprensible en unas latitudes en que la luz solar es oblicua y endeble casi siempre. Para los antiguos agricultores n¨®rdicos, el solsticio de verano deb¨ªa ser una aut¨¦ntica bendici¨®n.
Pero la tradici¨®n es mucho m¨¢s amplia que eso. Desde los or¨ªgenes del neol¨ªtico, hace unos 10.000 a?os, los humanos construyeron monumentos alineados con el Sol naciente del solsticio en Europa, Oriente Pr¨®ximo, Asia y Am¨¦rica. Hay toda una disciplina llamada arqueoastronom¨ªa que se ocupa de estas investigaciones. Stonehenge, la estructura megal¨ªtica de Wiltshire, Inglaterra, es un caso muy conocido, construido hace unos 5.000 a?os y cada vez m¨¢s venerado por los visitantes.
La celebraci¨®n del solsticio, seg¨²n acabamos de saber, es mucho m¨¢s antigua a¨²n en el mundo vegetal. Millones de hayas en latitudes tan norte?as como las suecas y tan sure?as como las mediterr¨¢neas generan estos d¨ªas todas las semillas que van a producir en el a?o. Solo en unos pocos d¨ªas alrededor del solsticio. Otros ¨¢rboles muestran una sincronizaci¨®n de ese estilo, pero las hayas son espectaculares por su asombrosa coordinaci¨®n de norte a sur y de este a oeste del subcontinente europeo. Ninguna se?al qu¨ªmica ni hormona vegetal puede viajar toda esa distancia en solo unos pocos d¨ªas. ?C¨®mo lo hacen entonces?
Usan un ¡°pistoletazo de salida celestial¡±, como dicen con cierta chunga los ec¨®logos polacos que han investigado el fen¨®meno durante 60 a?os. Las hayas no se comunican entre s¨ª para sincronizarse. Simplemente, se gu¨ªan por el solsticio de verano, seg¨²n publican los cient¨ªficos en Nature Plants. Las pruebas son indirectas, basadas en la observaci¨®n precisa de muchos ¨¢rboles un solsticio tras otro. La correlaci¨®n de la generaci¨®n de semillas con el d¨ªa m¨¢s largo es muy elocuente. Ahora hay que meterse en las tripas moleculares de las hayas ¡ªlos genes que responden a la longitud del d¨ªa, los sistemas celulares que construyen¡ª para entender el fen¨®meno a fondo y regularlo en caso necesario. La conservaci¨®n de los bosques no siempre consiste en sentarse a observarlos. A veces hay que actuar, como acabamos de ver con el lince ib¨¦rico.
La vida ha evolucionado en un planeta sometido a los mismos ritmos de noche y d¨ªa, de invierno y verano y otros de mayor periodo durante 4.000 millones de a?os. Esos ritmos est¨¢n ¨ªntimamente integrados en nuestra naturaleza m¨¢s profunda. Recu¨¦rdalo mientras saltas la hoguera de San Juan.