Mucho m¨¢s que unas elecciones francesas
El previsible ¨¦xito de Marine Le Pen exige la unidad de todos que creen en los ideales republicanos por encima de ideolog¨ªas
Las elecciones legislativas de Francia, que celebran su primera vuelta este domingo, no son solo unas elecciones francesas. Son tambi¨¦n europeas. Una victoria de la extrema derecha de Marine Le Pen tendr¨ªa consecuencias graves para todos en el continente. Francia, pa¨ªs fundador de la UE, es junto a Alemania el motor necesario para cualquier avance. Es cierto que el Reagrupamiento Nacional de Le Pen ya no defiende la salida de euro ni el Frexit. Pero la presencia en el Gobierno de un partido euroesc¨¦ptico y pr¨®ximo hasta un pasado reciente a la Rusia de Vlad¨ªmir Putin da?ar¨ªa los intereses comunes en el momento m¨¢s dif¨ªcil de Ucrania. Una Europa desunida, como la que promueve el RN, quedar¨¢ empeque?ecida y marginada. El nacionalismo populista podr¨ªa exhibir su mayor triunfo en un pa¨ªs occidental desde Donald Trump en 2016.
El ¨¦xito de la extrema derecha lleva d¨¦cadas gest¨¢ndose, pero se aceler¨® con Marine Le Pen, que en 2011 tom¨® las riendas e inici¨® un proceso de desdiabolizaci¨®n. Expuls¨® a su padre, el antisemita Jean-Marie Le Pen, cambi¨® el nombre del partido, y suaviz¨® los mensajes que m¨¢s pod¨ªan asustar al electorado mayoritario. Le Pen ha sabido conectar con el malestar de trabajadores empobrecidos y con un sentimiento de humillaci¨®n ante las clases dirigentes. El ¨¦xito del 9 de junio, donde logr¨® casi uno de cada tres votos, y la desconcertante decisi¨®n del presidente Emmanuel Macron de disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones anticipadas, le han abierto la puerta del poder.
Nada obligaba a Macron a adelantar ahora las elecciones. Las consecuencias ya ha empezado a pagarlas. Los principales dirigentes de la coalici¨®n gubernamental empiezan a cortar amarras con ¨¦l, sus diputados esconden su imagen en la campa?a. Puede haber firmado su acta de defunci¨®n. Toda la izquierda francesa se ha unido en una coalici¨®n que congrega candidatos de ideas en muchos casos irreconciliables, y seg¨²n los sondeos se perfila como el ¨²nico bloque con capacidad para contener la marea lepenista.
El RN ser¨¢, seg¨²n esos mismos sondeos, el partido m¨¢s votado y el que, tras la segunda vuelta del 7 de julio, tenga m¨¢s esca?os. Se abrir¨ªan entonces dos escenarios, ninguno de ellos bueno para Francia ni para Europa. El primero ser¨ªa una mayor¨ªa suficiente para que Le Pen forme gobierno. El segundo es un Parlamento sin mayor¨ªas que dejar¨ªa una Francia ingobernable durante un a?o hasta, periodo preceptivo antes de unas nuevas elecciones legislativas. Por eso es imperativa la uni¨®n y el voto de los franceses republicanos, con cualquier posici¨®n ideol¨®gica, ante la extrema derecha: los que se oponen a cualquier forma de discriminaci¨®n, los que mantienen el apego a los ideales de los derechos humanos y los que quieren una Francia en el centro del proyecto de construcci¨®n europea y no torpede¨¢ndola desde dentro. Se suelen subrayar menos los riesgos econ¨®micos del ultranacionalismo, pero la cita de hoy llama tambi¨¦n a aquellos que consideran el mercado ¨²nico europeo como la verdadera fortaleza de las econom¨ªas de sus pa¨ªses y los fondos comunes una fuente de convergencia y riqueza. No deber¨ªa ser tarde para evitar lo peor.