El nuevo Monopoly
Los lectores escriben sobre el mercado inmibiliario, el posible regreso de Trump a la Casa Blanca, la utilizaci¨®n del lenguaje y la lectura en verano
Imaginemos que el mercado inmobiliario espa?ol es el juego del Monopoly. Pero no cualquiera, uno donde los j¨®venes son invitados a jugar cuando la partida ya est¨¢ decidida. Comenz¨® hace tiempo, mucho antes de que los mileniales supieran lo que era una hipoteca. Los jugadores originales, baby boomers y X, en condiciones ventajosas y exceso de viviendas, se hicieron con las calles m¨¢s baratas y las propiedades m¨¢s codiciadas. Los j¨®venes llegan ahora al tablero con una pieza de juego nueva y brillante, pero con un saldo en el banco sonrojante. Mientras tanto, el due?o del juego, el Estado, rega?a a los veteranos por abusar de los novatos y les pide bajar sus tarifas para que puedan participar. Salgamos ahora del tablero, a la cruda realidad que los j¨®venes tenemos que asumir, una que hasta no se saque del caj¨®n la carta de las viviendas de protecci¨®n oficial que equilibren la falta de oferta, no tendr¨¢ soluci¨®n.
Cristian Nebrera Clemente. Linares (Ja¨¦n)
Una ¨¦poca peligrosa
No es preciso ser polit¨®logo ni soci¨®logo para constatar que vivimos una ¨¦poca inquietante y peligrosa debido, entre otras causas, a ciertos gobernantes que padecemos. Inefables e incre¨ªbles personajes que tienen el poder y voluntad de provocar cat¨¢strofes y desastres de magnitudes extremas. No es necesario nombrarlos. Algunos est¨¢n en ello con af¨¢n irreprimible. Hay, sin embargo, un motivo que podr¨ªa incrementar pasmosamente esta fatal situaci¨®n. Algo que hasta hace poco parec¨ªa absurdo, impensable e inconcebible, cada d¨ªa parece m¨¢s posible: el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Ojal¨¢ el Partido Dem¨®crata convenza a Joe Biden para que mueva ficha y eso no suceda. Y si ocurre, que Dios nos pille confesados (dentro y fuera de Estados Unidos).
Tom¨¢s M. Serna. Alcobendas (Madrid)
Usemos las palabras adecuadas
Miro con tristeza y estupor el uso generalizado en los medios de la palabra mena, un t¨¦rmino referido a ni?os y adolescentes migrantes no acompa?ados. Un t¨¦rmino peyorativo que, adem¨¢s, han hecho suyo un partido xen¨®fobo como Vox y periodistas y tertulianos que tambi¨¦n lo son. Las palabras se?alan y nos sit¨²an, nunca son inocentes, nos definen y nos identifican. Usarlas con una mirada humanizada y acorde a los derechos humanos ser¨ªa lo propio en una situaci¨®n tan grave como la vivimos con la llegada a Espa?a de estos ni?os y ni?as, con esa negociaci¨®n c¨ªnica y terriblemente mercantilizada sobre su ¡°reparto¡± por nuestras ciudades. Son menores que escapan de la miseria, es solidario actuar. Se trata de derechos humanos. Usemos las palabras adecuadas con humanidad para que tambi¨¦n el periodismo y la sociedad lo sean.
Estela Etayo. Logro?o
Leer en verano
No podemos permitir que leer un libro del tir¨®n se convierta en un privilegio de las vacaciones. Decir que ¡°leer no debe ser un lujo¡± no se refiere a la inaccesibilidad econ¨®mica, sino a la ausencia de tiempo para ella. Hacer de nuestros placeres algo exclusivo del verano es, sin lugar a dudas, una negligencia del actual ser humano.
Nerea Navarro Navarro. Lorca (Murcia)