¡°Se?orita, necesito hablar con el se?or juez¡±
Por primera vez habr¨¢ una mujer al frente del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo, la magistrada Isabel Perell¨®, un paso hist¨®rico en una carrera que cuenta ya con un 57% de presencia femenina
Una jueza me cont¨® hace a?os sus inicios en la carrera, a finales de los 80. En sus primeros destinos, pueblos peque?os, algunos hombres se negaban a hablar con ella. Tuvo varias situaciones similares a esta:
- Se?orita, quiero hablar con el se?or juez.
- La jueza soy yo, caballero.
- No, no. No me entiende, se?orita. Yo necesito hablar con el se?or juez. Ya volver¨¦ en otro momento a ver si lo encuentro.
Los jueces son uno de los tres poderes del Estado, el ¨²nico que se ejerce de forma individual por cada uno de ellos. Deciden sobre si la gente debe entrar o no en l...
Una jueza me cont¨® hace a?os sus inicios en la carrera, a finales de los 80. En sus primeros destinos, pueblos peque?os, algunos hombres se negaban a hablar con ella. Tuvo varias situaciones similares a esta:
- Se?orita, quiero hablar con el se?or juez.
- La jueza soy yo, caballero.
- No, no. No me entiende, se?orita. Yo necesito hablar con el se?or juez. Ya volver¨¦ en otro momento a ver si lo encuentro.
Los jueces son uno de los tres poderes del Estado, el ¨²nico que se ejerce de forma individual por cada uno de ellos. Deciden sobre si la gente debe entrar o no en la c¨¢rcel, sobre con qui¨¦n deben quedarse los hijos en caso de divorcio, o sobre si unas tierras son suyas o de su vecino. Deciden, en suma, sobre cuestiones fundamentales de la vida de los dem¨¢s. Y en la Espa?a de los a?os 80 y 90, por muy moderna que fuera y muchas pel¨ªculas de Almod¨®var que vi¨¦ramos, esa autoridad no se les otorgaba socialmente a las mujeres. Ese se?or de pueblo a quien no le cab¨ªa en la cabeza que el ¡°se?or juez¡± fuera una mujer, y muy joven, no era muy distinto a muchos otros de ciudad. A las mujeres les costaba mucho m¨¢s que a los hombres alzar la voz, que las escucharan, que las tomaran en serio... y a las juezas tambi¨¦n.
Por eso es tan importante el paso que se ha dado hoy, que por primera vez una mujer vaya a presidir en Espa?a el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo. Un paso hist¨®rico. Porque mientras en otras profesiones y sectores la igualdad avanza a marchas forzadas en todos los niveles, la foto de la c¨²pula judicial segu¨ªa siendo eminentemente masculina.
El 57% de los miembros de la carrera judicial son mujeres. Y llegan al 73% en la ¨²ltima promoci¨®n de jueces. En una profesi¨®n que se ha feminizado de forma brutal en las ¨²ltimas d¨¦cadas, faltaba que la m¨¢xima autoridad judicial, y el liderazgo de este poder del Estado, los ejerciera una mujer.
A lo largo de este mes se han puesto muchos nombres sobre la mesa: Pilar Teso, Ana Ferrer, ?ngeles Huet, Esperanza C¨®rdoba, Carmen Lamela... todas ellas, magistradas del Tribunal Supremo con excelentes curr¨ªculos. Finalmente, se ha acordado otro nombre, el de Isabel Perell¨®. Esta lista, junto a muchos otros nombres que no est¨¢n, pero que podr¨ªan perfectamente estar, muestra que hay mujeres de sobra con capacidad y m¨¦ritos para ostentar este cargo de la m¨¢xima relevancia institucional.
Al nuevo Consejo le queda mucha tarea por hacer, mucho prestigio perdido por recuperar para la instituci¨®n, sumida en el descr¨¦dito desde hace a?os. Pero este es un buen comienzo. Todos han tenido la altura de miras suficiente como para ser capaces de llegar a un acuerdo, aunque Perell¨® no fuera la candidata inicial de unos ni de otros. Y, cuando este jueves se inaugure el a?o judicial, por primera vez habr¨¢ una mujer junto al Rey como presidenta del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo. Una se?ora jueza.