Muchas tareas para un presidente tan d¨¦bil
Biden ha fracasado en todas sus estrategias en Oriente Pr¨®ximo frente al imperturbable belicismo de Netanyahu
Hay tropas concentradas y a punto en la frontera, pero no tienen por qu¨¦ llegar todav¨ªa la segunda fase, la entrada de blindados y tropas de infanter¨ªa, tras la campa?a de bombardeos. De momento no habr¨¢ invasi¨®n terrestre como en Gaza. Israel sabe por experiencia de los peligros de una ocupaci¨®n militar para el control del entero sur del L¨ªbano. ...
Hay tropas concentradas y a punto en la frontera, pero no tienen por qu¨¦ llegar todav¨ªa la segunda fase, la entrada de blindados y tropas de infanter¨ªa, tras la campa?a de bombardeos. De momento no habr¨¢ invasi¨®n terrestre como en Gaza. Israel sabe por experiencia de los peligros de una ocupaci¨®n militar para el control del entero sur del L¨ªbano. Si puede conseguirlo a distancia, con misiles y guerra electr¨®nica, no tendr¨¢ que arriesgar m¨¢s vidas de sus militares.
Ir¨¢n no quiere la confrontaci¨®n directa, que podr¨ªa da?ar de muerte al r¨¦gimen. Prefiere seguir la guerra por procuraci¨®n como hasta ahora, v¨ªa Ham¨¢s, hut¨ªes y naturalmente Hezbol¨¢, ahijado pol¨ªtico y punta de lanza militar en el frente del rechazo a Israel. Ni siquiera Hezbol¨¢ la desea, a pesar de la venganza que exigen los golpes terribles que ha recibido. Unas amenazas ¡°para el momento y la forma m¨¢s adecuados¡±, como las proferidas por Ir¨¢n y Hezbol¨¢, indican la escasez de fuerzas e ideas para la respuesta inmediata que exige una derrota tan demoledora como es el descabezamiento de la organizaci¨®n y la destrucci¨®n de su sistema de mando y control.
El ascenso a los extremos, esa subasta de muerte y destrucci¨®n que es la guerra, solo termina cuando no quedan fuerzas, munici¨®n, carne de ca?¨®n y sobre todo voluntad de proseguirla. Hay todav¨ªa esfuerzos de contenci¨®n que refrenan la velocidad de la escalada en el interior de cada campo contendiente y sobre todo por parte de la comunidad internacional, empezando por Estados Unidos. Su flota, concentrada y en alerta en los mares circundantes, es la pieza central para cualquier contienda y a la vez el arma disuasiva para que Ir¨¢n no se vea arrastrado. Solo Netanyahu y Yahia Sinwar quieren la guerra sin final a la vista, el primero para mantenerse en el gobierno y el segundo con la vana esperanza de encontrar la salvaci¨®n de la causa palestina en el infierno de una contienda internacional que a todos arrastre.
Evitarla es el objetivo de Joe Biden, tal como ha explicado en su discurso de despedida en Naciones Unidas. Dif¨ªcil, por contradictorio con su compromiso de seguir sosteniendo diplom¨¢tica y militarmente a Israel cuanto haga falta. En todo ha fracasado frente al imperturbable belicismo de Netanyahu: en la tregua definitiva para Gaza, la liberaci¨®n de los rehenes, la seguridad en la frontera libanesa, las muertes excesivas de civiles palestinos, los ataques de los colonos a los palestinos de Cisjordania... Muchas tareas para un presidente tan d¨¦bil.
No faltan razones para temer los peores augurios que todav¨ªa no se han cumplido. Y m¨¢s sabiendo que el ascenso a los extremos seguir¨¢ al menos hasta el 5 de noviembre, cuando se sabr¨¢ qui¨¦n le sustituye, e incluso hasta el 20 de enero, cuando se ir¨¢ a casa. E incluso m¨¢s all¨¢, ya con Trump o Harris en la Casa Blanca. Una vez empieza una guerra, nunca se sabe c¨®mo y cu¨¢ndo termina.