Respetar RTVE
El nuevo sistema de elecci¨®n del consejo de administraci¨®n sortea el bloqueo actual, pero debe garantizar la profesionalidad de la corporaci¨®n
RTVE inicia una nueva etapa en la b¨²squeda de estabilidad para una empresa p¨²blica con 6.000 trabajadores. El real decreto aprobado este martes por el Gobierno desbloquea la situaci¨®n de interinidad en la que se hab¨ªa instalado desde hace seis meses la presidencia de la radiotelevisi¨®n p¨²blica tras el cese de Elena S¨¢nchez, que a su vez hab¨ªa llegado al puesto de forma interina hace dos a?os, cuando dimiti¨® el ¨²ltimo presidente elegido por el Parlamento, Jos¨¦ Manuel P¨¦rez Tornero. En total ha habido tres presidentes y una administradora ¨²nica en seis a?os.
Si la formaci¨®n de un nuevo ¨®rgano de gobierno no sale adelante por dos tercios de las Cortes, se podr¨¢ aprobar por mayor¨ªa absoluta. Ese nuevo sistema evita que ning¨²n partido, como hace ahora el PP, bloquee la renovaci¨®n del Consejo de Administraci¨®n ¡ªhoy m¨¢s de la mitad de sus miembros tiene el mandato caducado¡ª y multiplica la pluralidad en el nuevo consejo, donde podr¨¢ haber representantes de hasta ocho partidos entre sus 15 miembros.
Ser¨¢ responsabilidad de los futuros consejeros garantizar que esa pluralidad no se convierta en otro motivo de par¨¢lisis por los intereses cruzados. La nueva distribuci¨®n de consejeros nombrados en el Congreso (11) y en el Senado (4) sortea la posibilidad de otro bloqueo en la C¨¢mara alta, donde los populares tienen mayor¨ªa absoluta. Si se negaran a participar en la elecci¨®n de los que les corresponden, los 11 que salgan de la C¨¢mara baja garantizan el qu¨®rum imprescindible para tomar decisiones. Ojal¨¢, como reclamaron los Consejos de Informativos de TVE y RNE, se consiga aprobar todo por mayor¨ªa reforzada, que ofrece mejores garant¨ªas de transversalidad, pero lo que la corporaci¨®n no puede permitirse es el bloqueo en un sector en constante transformaci¨®n.
Una de las claves para juzgar esta reforma ser¨¢ saber si el nuevo ¨®rgano de gobierno entiende sus funciones estrat¨¦gicas o, por el contrario, pretende intervenir en la gesti¨®n ejecutiva de las programaciones, una tentaci¨®n en la que se ha ca¨ªdo en el pasado hasta complicar la gesti¨®n de la empresa. En definitiva, si los partidos asumen que un objeto de deseo tan irresistible para ellos como una televisi¨®n p¨²blica ¡ªv¨¦ase el f¨¦rreo control pol¨ªtico que se ejerce sobre la mayor¨ªa de las televisiones auton¨®micas¡ª debe gestionarse con criterios profesionales o si estamos ante el en¨¦simo intento de manejar el d¨ªa a d¨ªa de RTVE.
Desde hace casi 20 a?os, cuando se public¨® la ley de 2006, RTVE ha sido incapaz de conseguir la imprescindible estabilidad en su gobernanza. Aquella ley supuso un salto fundamental hacia la independencia profesional de la radiotelevisi¨®n p¨²blica. Hasta entonces, al director general lo nombraba y destitu¨ªa directamente el Gobierno. A partir de ese momento, el presidente de la corporaci¨®n era elegido por el Parlamento con el acuerdo de los principales partidos y con un mandato blindado de seis a?os para no coincidir con los periodos electorales.
El estreno de aquella ley llev¨® a TVE a liderar el sector en audiencias y prestigio. Pero poco a poco, el modelo fue erosion¨¢ndose por el escaso inter¨¦s de los pol¨ªticos en acercar RTVE al modelo de la BBC que todos invocaban. Primero, en 2012, el PP recurri¨® a un decreto para modificar la norma y nombrar a un presidente ¨²nicamente con los votos de su partido. Despu¨¦s, en 2018, el PSOE nombr¨® con otro decreto una administradora ¨²nica mientras se cambiaba el modelo de elecci¨®n del presidente v¨ªa concurso de m¨¦ritos, soluci¨®n que no resolvi¨® el problema porque los partidos no respetaron las notas obtenidas por los candidatos. En los ¨²ltimos a?os, pese a la inestabilidad, sus profesionales han demostrado sobradamente su capacidad para hacer programas e informativos de calidad, pero eso no ha impedido que RTVE haya perdido cuota e influencia en un mercado muy din¨¢mico. El caso Broncano es un buen ejemplo de la politizaci¨®n extrema con la que la oposici¨®n recibi¨® un fichaje que ha dado ox¨ªgeno estrictamente creativo a la tele p¨²blica. El futuro de RTVE pasa por reforzar los criterios profesionales en su gesti¨®n y ofrecer contenidos que conecten con la sociedad.