Aldama dispara a discreci¨®n
El empresario en el centro del ¡®caso Koldo¡¯ detalla la corrupci¨®n en Transportes y extiende sospechas sin pruebas a medio Gobierno
El empresario V¨ªctor de Aldama, puesto en libertad provisional este jueves por un caso de fraude fiscal multimillonario en el negocio de la distribuci¨®n de hidrocarburos e imputado por corrupci¨®n, declar¨® voluntariamente ante el juez que investiga el pago de comisiones ilegales en el Ministerio de Transportes. Aldama esparci¨® sospechas de corrupci¨®n sobre medio Gobierno de Pedro S¨¢nchez al revelar el supuesto pago de mordidas a media docena de dirigentes o la existencia de numerosas reuniones con altos cargos para tratar sobre ayudas p¨²blicas a empresas. S¨¢nchez quiso personalmente ponerse a tiro de los periodistas en el Congreso para decir que ¡°todo es categ¨®ricamente falso¡±, tild¨® al empresario de ¡°personaje¡± y le ret¨® a aportar pruebas.
La investigaci¨®n judicial ha permitido reunir hasta ahora indicios s¨®lidos de que el exministro Jos¨¦ Luis ?balos y su asesor Koldo Garc¨ªa se enriquecieron presuntamente con comisiones de Aldama a cambio de que favorecieran sus negocios. Aldama reforz¨® este jueves estos indicios aportando informaci¨®n m¨¢s precisa ¡ªaunque sin pruebas de ning¨²n tipo¡ª sobre los pagos ilegales de cientos de miles de euros a trav¨¦s de testaferros.
De un modo mucho menos concreto, Aldama afirm¨® tambi¨¦n que pag¨® a otros dirigentes socialistas porque as¨ª se lo ped¨ªa Koldo Garc¨ªa. En esa declaraci¨®n solt¨® una retah¨ªla de nombres entre los que estaban el ministro ?ngel V¨ªctor Torres, el jefe de gabinete de la vicepresidenta Mar¨ªa Jes¨²s Montero, o el secretario de organizaci¨®n del PSOE, Santos Cerd¨¢n. No aport¨® una sola prueba, m¨¢s all¨¢ de su palabra y de que pudiera corroborarlo Koldo Garc¨ªa, presunto intermediario. Pero tambi¨¦n relat¨® otro de tipo de situaciones de presunta intermediaci¨®n, no delictivas, que salpic¨® con otra media docena de nombres. El Gobierno y el PSOE anunciaron acciones legales contra esas graves acusaciones en sede judicial. Cerd¨¢n ofreci¨® la geolocalizaci¨®n de su tel¨¦fono m¨®vil para demostrar ¡°que nunca se encontr¨® con ¨¦l¡±.
El empresario quiso se?alar al propio S¨¢nchez y dijo que la foto que se hicieron juntos en un teatro de Madrid durante un acto de partido fue a petici¨®n del l¨ªder socialista, quien le habr¨ªa agradecido sus servicios de intermediaci¨®n. S¨¢nchez ha afirmado que se trat¨® de una foto m¨¢s de las que se hace un pol¨ªtico con simpatizantes desconocidos.
Que Aldama es, en terminolog¨ªa de la Guardia Civil, el ¡°nexo corruptor¡± de la trama de ?balos y Koldo parece ya m¨¢s que evidente. Que este caso de corrupci¨®n mancha gravemente al Gobierno y al PSOE est¨¢ fuera de duda porque afecta a un miembro muy relevante del primer equipo de S¨¢nchez. El presidente expuls¨® a ?balos de su Gobierno mucho antes de que estallara el esc¨¢ndalo. Pero despu¨¦s lo meti¨® en las listas electorales. No parece l¨®gico que lo hiciera a sabiendas de lo que ahora se ha destapado. Pero ese hecho no despeja las dudas sobre hasta d¨®nde ha llegado la marea de corrupci¨®n que penetr¨® en el ministerio de ?balos. Tiene todo el derecho a la presunci¨®n de inocencia, pero su situaci¨®n es insostenible y deber¨ªa dejar el esca?o. El Gobierno tom¨® entonces las medidas adecuadas, pero deber¨ªa interrogarse sobre si funcionaron bien sus alarmas internas para no detectar que la corrupci¨®n anidaba tan cerca y obrar en consecuencia. Hay que exigirle m¨¢xima colaboraci¨®n con la justicia para llegar hasta donde haga falta.
La mancha de sospecha esparcida por Aldama es muy extensa y provoca una comprensible alarma social. Si est¨¢ mintiendo como parte de una estrategia procesal ¡ªtras la declaraci¨®n, obtuvo la libertad por el otro caso que lo manten¨ªa encarcelado, apoyado por la Fiscal¨ªa¡ª, los se?alados tienen que limpiar su imagen cuanto antes, y S¨¢nchez tiene que encabezar esa defensa como hizo este jueves. En un juzgado, la carga de la prueba corresponde al que acusa. En el tribunal de la opini¨®n p¨²blica, no.