Usurpaci¨®n del poder en Venezuela
La investidura ileg¨ªtima de Maduro como presidente abrir¨¢ una nueva etapa condenada a aumentar la represi¨®n y el aislamiento
Este viernes comienza en Venezuela un nuevo mandato que profundizar¨¢ el conflicto pol¨ªtico y social del pa¨ªs y que sit¨²a al actual mandatario en un grave escenario de usurpaci¨®n del poder. Nicol¨¢s Maduro tomar¨¢ por tercera vez posesi¨®n como presidente tras haberse proclamado ganador de unas elecciones manchadas por fundadas sospechas de fraude. El sucesor de Hugo Ch¨¢vez se neg¨® a ense?ar las actas de los comicios del pasado 28 de julio para demostrar su pretendida victoria, adjudicada finalmente por un sistema judicial cooptado por el chavismo. Ese control omn¨ªmodo de las instituciones y de las fuerzas policiales y militares garantiza de entrada a Maduro la investidura a pesar de que el candidato opositor Edmundo Gonz¨¢lez, asilado en Espa?a desde septiembre, promete volver a Caracas para reivindicar su triunfo y asumir el cargo, al menos simb¨®licamente.
La alianza de fuerzas antichavistas, liderada por Gonz¨¢lez y Mar¨ªa Corina Machado, difundi¨® las copias de las papeletas que demuestran su victoria por amplio margen. Esos datos fueron validados por el Centro Carter, el ¨²nico organismo independiente que particip¨® en la observaci¨®n electoral, y aceptados por la inmensa mayor¨ªa de la comunidad internacional. Las principales instancias globales, con EE UU y la UE a la cabeza, ofrecen a Gonz¨¢lez, veterano diplom¨¢tico, su apoyo total. No obstante, la disputa ha planteado un dilema sobre el grado de reconocimiento formal del opositor. A la espera del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la Administraci¨®n de Joe Biden decidi¨® por ejemplo atribuirle el cargo de presidente electo, mientras que Bruselas opt¨® por no reconocer a ninguno.
La investidura abre ahora una etapa llena de inc¨®gnitas en la que el aparato gubernamental solo ha ofrecido la certeza de que est¨¢ dispuesto a endurecer la represi¨®n y la oposici¨®n afronta el reto de definir sus pr¨®ximos pasos. Despu¨¦s de las elecciones de julio, se multiplicaron las detenciones arbitrarias de opositores y activistas. Esta semana las fuerzas de seguridad han lanzado una operaci¨®n de intimidaci¨®n a gran escala que llev¨® al arresto del yerno de Gonz¨¢lez, del director de una ONG dedicada a la protecci¨®n de periodistas y de Enrique M¨¢rquez, otro candidato opositor encuadrado en el sector moderado.
Maduro y sus hombres fuertes, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodr¨ªguez, y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino L¨®pez, han amenazado abiertamente a Gonz¨¢lez para tratar de evitar su regreso a Venezuela, y a Machado, quien lleva meses resguardada en un lugar secreto. Caracas est¨¢ militarizada y el martes los uniformados repartieron fusiles de asalto a civiles frente al palacio de Miraflores, sede de la Presidencia.
Con esta ret¨®rica belicista el chavismo pretende lanzar un mensaje a la oposici¨®n, pero tambi¨¦n a la comunidad internacional. A pesar de su aislamiento por las potencias occidentales, de las sanciones y de las cr¨ªticas recibidas en los ¨²ltimos meses por mandatarios progresistas latinoamericanos como el colombiano Gustavo Petro, el brasile?o Lula da Silva o el chileno Gabriel Boric, Maduro sigue exhibiendo el apoyo de Rusia, China o Ir¨¢n, adem¨¢s de reg¨ªmenes autoritarios de la regi¨®n como Cuba o Nicaragua. La ilegitimidad de su investidura no le impedir¨¢ intentar perpetuarse en el poder. Eso no le exime, sin embargo, de respetar los derechos humanos y parar de inmediato la ola represiva que ha contribuido al mayor ¨¦xodo de la historia reciente de Am¨¦rica, con cerca de ocho millones de migrantes que huyeron en busca de libertad y oportunidades.