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Cosecha de pescadores El programa para el refuerzo de las capacidades profesionales del sector mar¨ªtimo-pesquero de Mozambique es una iniciativa impulsada por una alianza p¨²blico-privada para el desarrollo entre Pescamar, la Cooperaci¨®n Espa?ola, la Conseller¨ªa do Mar de la Xunta de Galicia y la Escuela Matola de Pescas de Mozambique. Los alumnos, los protagonistas Alumnos de la Escuela Matola de Pescas durante una clase pr¨¢ctica con un motor. El centro ha adaptado su curr¨ªculo a las exigencias de la nueva ley educativa del pa¨ªs con el apoyo de la Conseller¨ªa do Mar de la Xunta de Galicia y la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n al Desarrollo (Aecid). Albert Garc¨ªa Bernardo Airton, 22 a?os (izquierda) cursa m¨¢quinas mar¨ªtimas en la Escuela Matola de Pescas y sue?a con fundar su propia empresas de reparaci¨®n de motores, que siempre le han gustado. ¡°Quiero embarcar, pero despu¨¦s montar un taller¡±, afirma. Oldemiro Jacinto Basquete, 23 a?os (derecha), cursa 3? de m¨¢quinas mar¨ªtimas. Este enero ya podr¨¢ empezar sus pr¨¢cticas. ¡°Decid¨ª estudiar esto por influencia de un primo que hab¨ªa hecho el b¨¢sico. No est¨¢ f¨¢cil encontrar trabajo, pero lo conseguir¨¦ con esfuerzo y dedicaci¨®n¡±.
Alber En la Escuela de Pesca de Matola, de 229 alumnos en 2020, 98 eran mujeres; la mayor¨ªa cursa acuicultura, formaci¨®n que solo tiene cuatro estudiantes varones. En la imagen, un grupo de chicas aprende a tejer redes en un taller de la escuela, en Maputo, capital de Mozambique. Albert Garc¨ªa La escuela tiene cuatro barcos de distintas longitudes para que los alumnos practiquen el manejo de las embarcaciones y las artes de pesca. En uno de ellos est¨¢, una ma?ana soleada de marzo, Abacar Eusebio, de 27 a?os, estudiante de 3? de navegaci¨®n y pesca. ¡°Me gustar¨ªa ir a una empresa como Pescamar. Mis padres son pescadores artesanales. Yo quiero algo m¨¢s, ser pescador industrial. Como el mar es grande, s¨ª hay trabajo¡±, dice. Albert Garc¨ªa Elsica Agostinho Atabel, de 19 a?os, es de las pocas mujeres que estudia navegaci¨®n y pesca. ¡°Siempre ve¨ªa barcos atracar en la playa y me acab¨¦ apasionando por los nav¨ªos¡±, rememora. Su plan es llegar a contramaestre. ¡°No me asusta pasar varios meses en el mar. Ya me he preparado psicol¨®gicamente para ellos y los barcos ya est¨¢n preparados para que haya mujeres¡±, afirma convencida. Albert Garc¨ªa Taller de reparaci¨®n de Pescamar, en Beira, el 8 de marzo de 2020. Algunos de los alumnos de la escuela de Matola no acaban embarcados, sino trabajando en tierra haciendo arreglos para los que se requiere formaci¨®n avanzada. De los estudiantes que realizan pr¨¢cticas en la compa?¨ªa, el 80% acaba qued¨¢ndose como empleado, asegura Lucas Lorenzo, responsable de Pescamar en Mozambique. Albert Garc¨ªa Taller de reparaci¨®n de redes de Pescamar, en Beira. Albert Garc¨ªa Jacinta Antonio Boinquire, de 26 a?os, es la ¨²nica mujer de los 200 empleados en el astillero de Pescamar. ¡°Soy uno m¨¢s, hago lo mismo que un hombre¡±. Es soldadora, trabajadora del metal, desde septiembre de 2015. ¡°Estudi¨¦ tres meses en una escuela t¨¦cnica y luego hice unas pr¨¢cticas de otros tres meses aqu¨ª¡±, recuerda. Despu¨¦s, la contrataron. ¡°Este era mi sue?o". Albert Garc¨ªa En las oficinas de Pescamar, otras dos mujeres tambi¨¦n han alcanzado puestos de responsabilidad. Marcia Alfeu (29 a?os) que es directora de control y planeamiento de gesti¨®n. ¡°Como mujer es complicado ascender en Mozambique, pero de un tiempo a esta parte hemos demostrado que no solo valemos para llevar la casa y los hijos¡±, afirma. Carmen Isa¨ªas, de 32 a?os, es jefa de recursos humanos del grupo en Mozambique desde 2019. ¡°No solo necesitamos pescadores, sino trabajadores que tengan conocimientos. Es importante que hayan tenido un entrenamiento en una escuela estructurada; por eso tenemos una acuerdo con la Escuela de Pesca para que la parte pr¨¢ctica la hagan aqu¨ª¡±. Cada a?o, acogen a una media de 12 alumnos, explica. Albert Garc¨ªa Dos exalumnos de la escuela de pesca de Matola en la sala de m¨¢quinas de un barco de Pescamar. El 98% de la plantilla de la compa?¨ªa en Mozambique es del pa¨ªs. Albert Garc¨ªa De izquierda a derecha, Augusto Ram¨®n Sumin (24 a?os), Augusto Gregorio Gumendi (24 a?os) y Jaime Eleario Nomaio (24 a?os) en un barco de Pescamar. Los tres dicen estar cumpliendo un sue?o despu¨¦s de haber estudiado en la Escuela de Pesca de Matola. Albert Garc¨ªa Francisco Jandario Machiane, de 50 a?os, es capit¨¢n en Pescamar, donde trabaja desde hace tres d¨¦cadas. ¡°Estudi¨¦ en la Escuela de Matola¡±, recuerda. Despu¨¦s entr¨¦ en la empresa en pr¨¢cticas y fue ascendiendo. ¡°La pesca es muy importante para el pa¨ªs. Tenemos un mar grande y mucha gente trabaja en el sector¡±, detalla. Albert Garc¨ªa Su historia de ¨¦xito es la que Machiane cuenta a los aprendices: ¡°Les digo que se esfuercen, que pueden llegar lejos¡±. ?l empez¨® tambi¨¦n en pr¨¢cticas, cuando todav¨ªa se guiaban con mapas de papel, y hoy es el m¨¢ximo responsable abordo.