Infancia ind¨ªgena y educaci¨®n en Honduras: la energ¨ªa como soluci¨®n
Desde el inicio de la pandemia, m¨¢s de 160.000 ni?os ind¨ªgenas se mantienen a¨²n alejados de las aulas con el fin de evitar el contagio. El director de Ayuda en Acci¨®n en Honduras, Roberto Bussi, cuenta c¨®mo se vive el d¨ªa a d¨ªa en las comunidades rurales del pa¨ªs centroamericano
Cada poblaci¨®n ind¨ªgena de las que habitan en Honduras tiene diferentes usos, creencias y costumbres. Pero hay algo que es com¨²n a todas: la preocupaci¨®n de las familias, docentes y de toda la comunidad por el hecho de que sus ni?os y ni?as a¨²n no hayan regresado a la escuela con normalidad. En algunos casos, ni siquiera han vuelto. Les preocupa porque saben que esto agudiza los niveles de analfabetismo y dificulta el acceso a la educaci¨®n, un desaf¨ªo al que a¨²n no se le encuentra salida.
En el municipio de Erandique, en el departamento de Lempira, la poblaci¨®n pertenece a la etnia lenca. Cada cierto tiempo me gusta conversar con la profesora Ana Carranza, quien realmente preocupada me cuenta la dif¨ªcil situaci¨®n que atraviesan los ni?os y ni?as en las comunidades a las que atiende. El a?o pasado, me dice, el 100% no fueron a clases. Con apoyo de Ayuda en Acci¨®n, los estudiantes recibieron visitas domiciliarias de algunos maestros y maestras, pero a largo plazo su educaci¨®n y sus derechos se resienten.
La mayor¨ªa de las familias de Erandique piensa que no hay raz¨®n para seguir posponiendo la educaci¨®n de sus hijos
Este curso escolar muchas familias no matricularon a sus hijos e hijas en las escuelas porque no est¨¢n de acuerdo con esta modalidad y porque ¡°monta?a arriba¡± casi no hay contagios de covid-19. La mayor¨ªa de las familias piensa que no hay raz¨®n para seguir posponiendo la formaci¨®n de sus hijos. Mientras no haya garant¨ªas para volver a clases, un grupo de nuestro voluntariado entrega cartillas de aprendizaje de lengua y matem¨¢ticas a docentes de la zona para que la educaci¨®n llegue puerta a puerta.
La Muskitia, sin infraestructuras que permitan la seguridad en las escuelas
En La Muskitia, el departamento m¨¢s grande de Honduras, la situaci¨®n es similar. Pese a ser el pulm¨®n de Centroam¨¦rica, es sin embargo conocido por la pobreza y la desigualdad. Su infancia no puede acceder a una educaci¨®n de calidad desde hace un a?o. A ello se suma la escasez o inexistencia de servicios p¨²blicos como electricidad y agua potable, que hace que, en una hipot¨¦tica vuelta a las aulas, esta no pueda ser 100% segura.
La ¨²ltima vez que viaj¨¦ a La Muskitia las escuelas cerradas formaban parte del paisaje. Hoy tienen otra funci¨®n: se han reconvertido en centros de triaje para atender a pacientes con covid-19.
En Yoro los docentes est¨¢n preocupados con un previsible regreso a las aulas, algo en lo que trabaja el Gobierno del pa¨ªs. El protocolo de seguridad en el que se trabaja pasa por la separaci¨®n entre pupitres, pero las aulas en La Muskitia son demasiado peque?as. Esto implica hacer varios grupos de clases, pero tampoco hay suficientes aulas... Algo tan sencillo de solucionar en pa¨ªses con recursos, aqu¨ª se torna un imposible.
Cambiar su futuro con energ¨ªas renovables
En la comunidad de Mirasol antes no hab¨ªa luz, ni en la escuela ni en la comunidad. Hoy, sin embargo, al contrario de lo que ocurre en otras comunidades y municipios, el ¨ªndice de matriculaci¨®n escolar ha aumentado. ?Por qu¨¦?
Hace unos a?os instalamos paneles solares para llevar energ¨ªa el¨¦ctrica a la escuela, a un aula tecnol¨®gica y al centro de salud. Hoy las familias, muchas de ellas retornadas desde las grandes ciudades del pa¨ªs como consecuencia del impacto del coronavirus, quieren que sus hijos e hijas se conecten al mundo a trav¨¦s del aula tecnol¨®gica, ¨²nica en la zona.
Tras el par¨®n educativo que supuso el coronavirus, los ni?os y ni?as de Mirasol miran al futuro con m¨¢s esperanza gracias a las energ¨ªas renovables. En Mirasol estas mejores condiciones van a permitir una apertura total del centro educativo, asegurando la salud de 10 ni?os y ni?as por d¨ªa. Junto al profesor miskito Mardoqueo Harris estamos preparando ya las charlas y actividades que se realizar¨¢n tras un a?o sin escuela: la prevenci¨®n de la transmisi¨®n de la covid-19 ser¨¢ fundamental. Por eso instalaremos lavamanos port¨¢tiles fabricados por j¨®venes emprendedores de la zona. De esta forma apoyamos tambi¨¦n el empleo y la generaci¨®n de oportunidades entre la poblaci¨®n adulta.
Construir una nueva normalidad donde la ni?ez est¨¦ en el centro
Desde el comienzo de la pandemia, nuestro trabajo de campo ha sido continuo, especialmente en las zonas del pa¨ªs con ¨ªndices de pobreza m¨¢s altos. En momentos tan complicados nuestro mensaje fue contundente: necesit¨¢bamos decirles a todas las ni?as, ni?os y familias que est¨¢bamos con ellos, que no los dejar¨ªamos solos.
Volver a la normalidad no es una opci¨®n, es una necesidad imperante. Pero esa normalidad deber¨¢ siempre garantizar los derechos de la infancia, apostar por una educaci¨®n realmente equitativa que haga frente a la pobreza a la vez que impulsa los sue?os y la dignidad de cualquier estudiante, en cualquier rinc¨®n del mundo.
Roberto Bussi es director de Ayuda en Acci¨®n Honduras.
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