Unicef llama a la protecci¨®n urgente de la salud mental de las nuevas generaciones tras la covid-19
Uno de cada siete adolescentes en el mundo tiene un problema mental diagnosticado; casi 46.000 se suicidan al a?o, pero solo el 2% de los presupuestos para salud de los gobiernos en el mundo se destinan a ellos. Debe ser una inversi¨®n prioritaria, seg¨²n el Informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2021
En el mundo, uno de cada siete adolescentes de entre 10 a 19 a?os tiene un problema de salud mental diagnosticado. Cada a?o, 45.800 adolescentes se suicidan, siendo esta una de las cinco principales causas de muerte para este grupo de edad. Sin embargo, solamente alrededor del 2% de los presupuestos destinados a la salud de los gobiernos en todo el mundo se destina a tratar dolencias como depresi¨®n, ansiedad u otras enfermedades mentales que, con la pandemia, se han multiplicado. ¡°Muchos de los problemas ya ven¨ªan afectando a la infancia, pero la covid-19 lo que ha hecho es visibilizarlos y acentuarlos¡°, confirma Mar¨ªa ?ngeles Espinosa, profesora de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
Menos silencio y estigma alrededor de estas enfermedades, pero tambi¨¦n m¨¢s recursos y financiaci¨®n para cuidar la salud mental, en especial, de las nuevas generaciones tras el impacto de la covid-19. Estas son las conclusiones principales a la que ha llegado Unicef a trav¨¦s de su informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2021 titulado En mi mente: promover, proteger y cuidar la salud mental de los ni?os. Este estudio, la publicaci¨®n anual m¨¢s importante de la Agencia de la ONU para la infancia, se ha dedicado por primera vez a un an¨¢lisis completo de las dolencias como la depresi¨®n, la ansiedad y aquellas otras enfermedades mentales que afectan a los ni?os, adolescentes y cuidadores en el siglo XXI.
¡°Las consecuencias de la pandemia tienen un gran alcance, pero son solo la punta del iceberg. Incluso antes de ella ya hab¨ªa demasiados ni?os y ni?as abrumados por el peso de una serie de problemas de salud mental a los que no se hab¨ªa prestado atenci¨®n. Los gobiernos est¨¢n invirtiendo muy poco para atender estas necesidades esenciales. No se est¨¢ dando suficiente importancia a la relaci¨®n entre la salud mental y las consecuencias que se producen m¨¢s adelante en la vida¡±, explica la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.
Desigualdad y falta de recursos
¡°Estaba debajo de un escritorio, llorando y diciendo que no quer¨ªa seguir viviendo¡±. Con estas palabras, explica a Unicef Roxana (nombre ficticio), madre de Andre (nombre ficticio), de 14 a?os, c¨®mo encontraron sus profesoras a su hijo, diagnosticado con ansiedad y depresi¨®n desde 2019 tras la separaci¨®n de sus progenitores. Los dos, con nombres ficticios para preservar su intimidad, viven en las afueras del norte de Lima (Per¨²), donde comparten una peque?a habitaci¨®n en la casa de una t¨ªa. En el momento de su diagn¨®stico, la atenci¨®n de salud mental se concentraba en tres hospitales de la capital, demasiado lejos de ellos y a un coste demasiado alto para sus ingresos. Finalmente, y a trav¨¦s de un centro de salud local, se les proporcion¨® un seguro p¨²blico y se les deriv¨® al Centro Comunitario de Salud Mental en Carabayllo, a 10 minutos en autob¨²s desde su casa, donde recibe tratamiento y apoyo psicol¨®gico.
Andre es uno de los muchos testimonios que corrobora la importancia de la salud mental incluso antes de la covid-19: la infancia y la juventud ya sufr¨ªan problemas de depresi¨®n y ansiedad sin que se hicieran las inversiones necesarias para solucionarlos. ¡°No hay salud f¨ªsica sin salud mental. Un ni?o con ansiedad y depresi¨®n tendr¨¢ problemas en la escuela, en su aprendizaje, en su integraci¨®n social... Y no atender convenientemente estos problemas est¨¢ poniendo en riesgo y comprometiendo su futuro¡±, contextualiza Espinosa.
Adem¨¢s del impacto en la vida del ni?o a largo plazo, algo incalculable, tambi¨¦n est¨¢ el que sufre la propia sociedad. Las p¨¦rdidas econ¨®micas provocadas por los trastornos mentales que derivan en discapacidad o muerte entre los j¨®venes se estiman en casi 390.000 millones de d¨®lares al a?o (unos 335.000 millones de euros), seg¨²n un an¨¢lisis realizado por la Escuela de Econom¨ªa y Ciencia Pol¨ªtica de Londres, incluido en el mismo informe de Unicef. En Am¨¦rica Latina y el Caribe, la contribuci¨®n perdida alcanza a casi 30.600 millones de d¨®lares al a?o (26.389 millones de euros). ¡°Durante demasiado tiempo se ha desatendido la salud mental de los ni?os y ni?as de la regi¨®n. Ahora, la covid-19 lo ha puesto en el centro de atenci¨®n¡±, asegura Jean Gough, directora regional de Unicef para Am¨¦rica Latina y el Caribe.
¡°La sociedad tiene que dejar de estigmatizar las enfermedades mentales. Tener ansiedad o depresi¨®n es como tener un problema dermatol¨®gico o g¨¢strico. Es un asunto de salud y hay que buscarle la soluci¨®n¡±, ahonda Espinosa. Sin embargo, en algunos de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, los gobiernos gastan menos de un d¨®lar por persona [86 c¨¦ntimos de euro] en el tratamiento de enfermedades mentales, seg¨²n el mismo informe. Y esta falta de financiaci¨®n, acaba afectando a los m¨¢s vulnerables. ¡°Los elementos para tener una buena condici¨®n mental est¨¢n ¨ªntimamente ligados a que los ni?os tengan garantizados sus derechos: a una vivienda, a una alimentaci¨®n adecuada, a un mayor de salud posible, a la educaci¨®n, al juego¡ La vulneraci¨®n de los derechos y la inadecuada satisfacci¨®n de las necesidades infantiles son factores de riesgo que hacen aumentar la probabilidad de que aparezca la enfermedad mental¡±, explica Espinosa.
A su vez, el n¨²mero de psiquiatras especializados en el tratamiento de ni?os y adolescentes es inferior al 0,1 por 100.000 en todos los pa¨ªses analizados por el informe, excepto en los de ingresos altos, donde la cifra es de 5,5 por 100.000. ¡°Todav¨ªa es todo un reto que se hable de ello, cuando nos referimos a lugares en los que la seguridad alimentaria no est¨¢ garantizada o la atenci¨®n primaria es m¨ªnima¡ ?c¨®mo se va a identificar all¨ª que ese ni?o o ni?a tenga un problema de salud mental? Y el problema queda oculto¡±, contextualiza Cristina Junquera, responsable de Incidencia Pol¨ªtica de Unicef Espa?a.
#EnMiMente, una campa?a para romper el silencio
La alteraci¨®n de las rutinas, la educaci¨®n y el ocio por la pandemia, adem¨¢s de la preocupaci¨®n de las familias por los ingresos y la salud, hacen que muchos j¨®venes sientan miedo, rabia y preocupaci¨®n por su futuro. Temores que no han sido capaz de verbalizar, ni siquiera, con sus seres queridos. Sobre esta idea, la de romper el silencio y la importancia de la comunicaci¨®n, nace la campa?a de Unicef Espa?a #EnMiMente, lanzada al hilo del informe mundial.
¡°A trav¨¦s de una conversaci¨®n uno le puede preguntar a un amigo qu¨¦ tiene en su mente; y ese otro amigo puede callar o animarse a hablar de sus problemas. De esta manera, queremos arroparlos para que se sientan seguros a la hora de buscar un especialista y as¨ª empoderar a los j¨®venes, maestros y cuidadores a realmente a hacer algo y actuar, para que eso que exigimos a los Gobiernos en su compromiso, sea realmente efectivo¡±, explica Junqueras, de Unicef Espa?a.
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