La ayuda al desarrollo, atrapada en las crisis del Norte
La imposici¨®n de las agendas de los donantes, cada vez m¨¢s preocupados por su seguridad que por el progreso del Sur, ahonda la crisis de desigualdad global, seg¨²n el ¨²ltimo informe de Oxfam Interm¨®n. Frente a ello, la ONG propone que la pol¨ªtica de cooperaci¨®n tenga por principal objetivo la justicia social
¡°La desigualdad no es un fen¨®meno neutro y as¨¦ptico de las din¨¢micas sociales, sino que es el resultado de unas decisiones, pol¨ªticas, estructuras y procesos que establecen grupos que se benefician y otros que son excluidos de los beneficios de los sistemas econ¨®micos y pol¨ªticos¡±, se lee en las primeras p¨¢ginas de la edici¨®n 2022 del informe de Oxfam Interm¨®n Cooperaci¨®n Internacional para la justicia global, que se present¨® este mi¨¦rcoles 30 de marzo, en un acto h¨ªbrido (presencial y virtual), celebrado en la sede del C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid.
Desde hace 28 a?os, la ONG elabora este estudio anual en el que recaba las cifras de la cooperaci¨®n, tanto a escala internacional como nacional, sin dejar de plantearse nuevos interrogantes y propuestas que se recogen entre el activismo, los agentes institucionales y los investigadores sociales m¨¢s relevantes en cada una de las ¨¢reas abordadas. En este caso, el texto se estructura en dos partes: la primera refiere al examen global de la cooperaci¨®n; la segunda est¨¢ dedicada a la aportaci¨®n espa?ola ante un nuevo ciclo.
A lo largo de unas 120 p¨¢ginas, el documento pone al d¨ªa la situaci¨®n de la ayuda al desarrollo en un momento del mundo en que ¡°est¨¢n sucediendo cambios muy profundos¡±, que han dejado al descubierto una indiscutible ¡°crisis civilizatoria y sist¨¦mica¡±, seg¨²n Ignacio Mart¨ªnez, coordinador del equipo de investigaci¨®n. Frente a este panorama de un mundo desigual con tensiones agregadas, como los coletazos de la pandemia y la emergencia de la guerra en territorio europeo, las pol¨ªticas de cooperaci¨®n siguen estancadas en las promesas de mejora de financiaci¨®n, cuya reivindicaci¨®n hist¨®rica es conseguir que se destine desde el Norte el 0,7% de la Renta Nacional Bruta (actualmente, el promedio de ayuda oficial de los pa¨ªses del Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo de la OCDE se sit¨²a en el 0,32% de la RNB).
Y lo que, a criterio de Mart¨ªnez, resulta m¨¢s preocupante a¨²n es el ¡°giro privatizador¡± y el cariz orientado hacia ¡°lo securitario¡± que han tomado las pol¨ªticas para el desarrollo. Sin embargo, hay alguna luz en el camino, al menos en Espa?a, donde el presupuesto para las ayudas internacionales ha aumentado ligeramente en los ultimos a?os. En 2020, se invirti¨® un 0,24% de la RNB, tres d¨¦cimas por encima del de 2019 (0,21%). Los c¨¢lculos de 2021 y las previsiones de 2022 apuntan a esa tendencia alcista que, de cumplir los prometido por el Gobierno, deber¨ªa culminar en un 0,5% de la RNB en ayuda oficial al desarrollo en 2023. Tambi¨¦n celebra el documento que ya est¨¦ en marcha la elaboraci¨®n de una nueva Ley de Cooperaci¨®n, cuyo proyecto se encuentra actualmente en periodo de consultas p¨²blicas.
Si los pa¨ªses donantes hubieran cumplido con el compromiso del 0,7%, la AOD en 2020 hubiera sido de 190.000 millones m¨¢s que en la actualidad
¡°El compromiso debe ir m¨¢s all¨¢ de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD)¡±, advierte Ignacio Mart¨ªnez. En su opini¨®n, hay que hablar de ¡°poder en el sistema de cooperaci¨®n internacional¡± y ¡°abordar los instrumentos y los mecanismos¡±, incluso las m¨¦tricas que, en muchos casos, han quedado obsoletas o se prestan a pr¨¢cticas de escasa coherencia pol¨ªtica.
Los n¨²meros dan cuenta de esa insuficiencia: ¡°En el a?o 2020, la AOD de los pa¨ªses miembros del Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo (CAD), incluidas las instituciones de la UE, fue de 161.200 millones de d¨®lares¡±. Si los donantes hubieran cumplido con el compromiso de dedicar el 0,7% de la RNB a pol¨ªticas de cooperaci¨®n internacional, tal cantidad hubiera sido de 351.000 millones de euros ese a?o, es decir, 190.000 millones m¨¢s que en la actualidad, seg¨²n el informe. No obstante, hay otros condimentos sociales y geopol¨ªticos que tornan m¨¢s aguda esta crisis continuada en la que las desigualdades (entre pa¨ªses, de g¨¦nero y de consecuencias ambientales, por ejemplo) constituyen la marca inocultable.
Todas las desigualdades
¡°Uno de los avances m¨¢s impactantes de las ciencias sociales de las ¨²ltimas d¨¦cadas es el hallazgo de datos emp¨ªricos que corroboran una idea que pertenec¨ªa m¨¢s bien al campo de la filosof¨ªa moral: la desigualdad deteriora las sociedades, las hace no solo m¨¢s injustas sino materialmente peores, realmente invivibles a medida que la estratificaci¨®n se extiende como una met¨¢stasis y va pudriendo las relaciones cotidianas¡±, explica el soci¨®logo C¨¦sar Rendueles en la primera de las mesas de an¨¢lisis, en el acto de presentaci¨®n del informe. Esta carcoma que desborda lo meramente econ¨®mico se da tanto dentro de las sociedades como a escala global y como los tiempos se aceleran, dice, ahora ¡°empezamos a entender dram¨¢ticamente lo que significa que la desigualdad se nos meta en los huesos¡±.
¡°Buscamos atajos y salidas r¨¢pidas¡± que no hacen otra cosa que ¡°seguir blindando los privilegios de las ¨¦lites¡±, arguye el tambi¨¦n investigador del CSIC. Rendueles cuetiona ¡°los derechos del 20% que m¨¢s tiene¡± y propone una mirada que contemple las prioridades del Sur Global, en lugar de imponer la agenda del Norte, incluso en materia de emergencias sanitarias que impactaron especialmente en los pa¨ªses ricos, como la de la Covid-19, porque en los pa¨ªses pobres la gente segu¨ªa muriendo de muchas otras enfermedades.
En su turno, Itziar Ruiz Jim¨¦nez, investigadora de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, habl¨® de una ¡°cooperaci¨®n transformadora¡±, ya que s¨ª ¡°hay otros mundos posibles¡±. A su juicio, esa transformaci¨®n pasa por contar con un s¨®lido basamento ¡°en todo el cat¨¢logo de derechos humanos, que incluyen los civiles y pol¨ªticos, para todas las personas¡±, lo que la convertir¨ªa en una cooperaci¨®n ¡°ecofeminista, decolonial, antirracista y pacifista¡±. Esas son, en sus palabras, las ¡°utop¨ªas¡± que nos pueden ayudar a superar la deshumanizaci¨®n y a romper la frontera moral y pol¨ªtica de las ¡°l¨ªneas abismales¡±. Porque ¡°al otro lado de las matrices de poder, la inmensa mayor¨ªa de la gente sigue caminando¡±. Lo que ha venido sucediendo, seg¨²n Ruiz Jim¨¦nez, es que asuntos como la Covid-19 o la guerra en Ucrania ¡°nos parecen excepcionales, simplemente porque est¨¢n sucediendo a este lado de las l¨ªneas abismales¡±.
Buscamos atajos y salidas r¨¢pidas que no hacen otra cosa que seguir blindando los privilegios de las ¨¦litesC¨¦sar Rendueles, soci¨®logo
Esta idea se vio reforzada por la participaci¨®n ¨Ca trav¨¦s de videollamada¨C de la activista afroboliviana Paola Y¨¢?ez, que cuestion¨® los recursos de los que dispone la guerra, contraponi¨¦ndolos con la escasa financiaci¨®n para la paz. A su vez, puso sobre la mesa palabras sobreutilizadas para preguntarse: ¡°?C¨®mo miramos las necesidades de las personas? ?Qui¨¦n tiene el poder de incluir o no a las mujeres pobres y racializadas?¡±.
El director general de Oxfam Interm¨®n, Franc Cortada, reconoci¨® que hay que enfrentar la realidad con ¡°humildad y valent¨ªa¡±, ya que, en el ¨¢mbito de la cooperaci¨®n, se prodicen las mismas asimetr¨ªas de poder que se critican en otros ¨¢mbitos de la Realpolitik. ¡°Atacar de ra¨ªz esas causas que perpet¨²an desigualdades y modelos insostenibles nos lleva a interpelarnos en los c¨®mo (por ejemplo, en los modelos de partenariado que, en general, son extractivistas) y reposicionarnos a trav¨¦s de la escucha, en donde la agenda y las luchas de los socios y las poblaciones marquen las prioridades¡±. Adem¨¢s, agreg¨® la importancia de repensar las narrativas y el lenguaje ¡°sin arrogancia intelectual¡±, as¨ª como considerar la necesidad de ¡°politizar la cooperaci¨®n¡±, porque las responsabilidades son diferenciadas en el caso de unos pa¨ªses y otros, sin ir m¨¢s lejos, en materia de justicia clim¨¢tica. Esta corresponsabilidad en la reparaci¨®n permitir¨¢, a su juicio, reorientar los recursos, con ¡°enjundia y ocurrencia¡± aplicadas a toda la acci¨®n p¨²blica, y no solo a las pol¨ªticas de cooperaci¨®n.
La impostergable reforma de la Cooperaci¨®n espa?ola
¡°La progresiva interdependencia econ¨®mica, unida al desmantelamiento de los sistemas de intervenci¨®n de los Estados, ha provocado que las empresas trasnacionales y los mercados sean actores cada vez m¨¢s preponderantes en el sistema y que detenten capacidades para modificar las decisiones p¨²blicas en funci¨®n de sus intereses privados¡±, se lee en el documento presentado.
De ah¨ª que la segunda mesa del encuentro estuviese dedicada a debatir esa encrucijada a nivel internacional, que ha acarreado p¨¦rdidas de derechos y democracias restringidas en numerosos pa¨ªses (seg¨²n un reciente informe de CIVICUS, el 88,5 % de la poblaci¨®n mundial vive en pa¨ªses cuyo espacio c¨ªvico ha sido calificado como cerrado, represivo u obstruido), y que impone una ¡°improrrogable transformaci¨®n del sistema de cooperaci¨®n espa?ol¡±, en palabras de los responsables de Oxfam Interm¨®n.
Los condicionamientos son evidentes, toda vez que a la solidaridad Norte-Sur se ha agregado un elemento de tensi¨®n Este-Oeste, que comporta el riesgo de volver a imponer el discurso ¡°primero los de casa¡± o que la gran v¨ªa de la transformaci¨®n verde se vea suplantada por las necesidades de seguridad energ¨¦tica en Europa. ¡°Espa?a contin¨²a a la cola de los donantes europeos, muy por debajo de lo esperable y de los compromisos europeos¡±, argumentaba Andrea Costafreda, desde la organizaci¨®n.
Espa?a contin¨²a a la cola de los donantes europeos, muy por debajo de lo esperable y de los compromisos europeosAndrea Costafreda, Oxfam Interm¨®n
Seg¨²n Miquel Carrillo, vocal de coeherencia de pol¨ªticas de la Coordinadora de ONG para el desarrollo, ¡°hay que reconocer el papel de la sociedad civil como garante contra la involuci¨®n democr¨¢tica¡±. Su advertencia nace de la idea de que ¡°es m¨¢s f¨¢cil transferir fondos a la UE o al Banco Mundial y renunciar a la capilarizaci¨®n y el trabajo fino con las personas¡±. Adem¨¢s, a su juicio, cabe preguntarse ¡°qu¨¦ tipo de econom¨ªa estamos promoviendo en otros lugares del mundo¡±, ya que las acciones de la cooperaci¨®n pueden inducir a ¡°fortalecer a las empresas en lugar de incluir otras econom¨ªas solidarias¡±.
Por su parte, Iliana Oliv¨¦, profesora en la Universidad Complutense de Madrid y presidenta de la Red Espa?ola de Estudios del Desarrollo (REEDES), opina que el hecho de ¡°abordar el cambio de la ayuda al desarrollo desde una ley lleva unos ritmos que tienen la ventaja de alejarnos de lo urgente, aunque llevan el debate de la reforma a un ¨¢mbito muy t¨¦cnico y restringido¡±. Seg¨²n su criterio, hace falta acercar otras voces para que la ayuda deje de ser solamente ¡°la pol¨ªtica de un sector¡±.
Desde el ¨¢mbito estatal, Eva del Hoyo, directora general de Pol¨ªticas de Desarrollo Sostenible, sostuvo que se espera que este nuevo proyecto de ley pueda entrar, en junio, en tramitaci¨®n parlamentaria, mientras contin¨²a el proceso de consultas con participaci¨®n de individuos, organizaciones, entidades locales y comunidades aut¨®nomas. Seg¨²n la funcionaria, esta ley que sustituir¨¢ a la anterior, que ya ha cumplido 24 a?os, viene a ¡°ordenar la casa por dentro¡± en un ¨¢rea como la cooperaci¨®n espa?ola, que ¡°es muy rica, con muchos actores, capaz de establecer alianzas y di¨¢logo¡±.
Por ¨²ltimo, Carrillo propone como v¨ªa ¡°escapar del tiempo pol¨ªtico en el que estamos enfangados y de la inmediatez de las redes sociales, que es incompatible con los cambios sist¨¦micos de pol¨ªticas p¨²blicas que deber¨ªamos haber encarado hace 20 a?os¡±. As¨ª, seg¨²n proclaman desde Oxfam Interm¨®n, la reforma podr¨¢ ser ¡°de largo alcance, integral, estrat¨¦gica y de pol¨ªtica global¡±, para ¡°pensar en grande¡± y poder aplicarla con coherencia.
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