Gas natural: ?soluci¨®n para Europa o desarrollo para ?frica?
La UE ha puesto sus ojos en el continente africano como fuente alternativa de combustibles ante el corte de suministro ruso, pero sus pa¨ªses tambi¨¦n los necesitan. No establecer su desarrollo como prioridad conlleva graves riesgos
En el contexto de la invasi¨®n rusa de Ucrania, la Uni¨®n Europea ha iniciado una b¨²squeda desesperada de sustitutivos para el carb¨®n, el petr¨®leo y el gas. En el documento program¨¢tico REPowerEU, la Comisi¨®n Europea plantea ¡°hacer a Europa independiente de los combustibles f¨®siles rusos antes de 2030¡å. Para ello prev¨¦, en primer lugar, trabajar con ¡°socios internacionales para encontrar suministros alternativos de energ¨ªa¡±, como el gas que descansa en el subsuelo de algunos pa¨ªses africanos.
Los Gobiernos africanos se han apresurado a dar la bienvenida a esta transformaci¨®n de la pol¨ªtica europea. Antes de la guerra, Argelia ya era el tercer suministrador de gas natural a Europa a trav¨¦s de los gaseoductos con destino Espa?a e Italia. Otra parte importante llega por v¨ªa mar¨ªtima desde el golfo de Guinea (Nigeria, Angola y Guinea Ecuatorial). En este caso, se transporta como gas natural licuado (GNL).
En los ¨²ltimos meses, varios responsables europeos han visitado Argel, Dakar, Abuja, Brazzaville o Luanda para sondear las posibilidades de aumentar las importaciones de gas. La Comisi¨®n Europea ha firmado un acuerdo tripartito para asegurar la llegada de gas israel¨ª a trav¨¦s de Egipto. Adem¨¢s, se est¨¢n revitalizando las inversiones de empresas europeas en proyectos de GNL. Algunos ejemplos son las de BP en Senegal y Mauritania; de ENI en Argelia, Egipto, Nigeria, Angola y Rep¨²blica del Congo, y de Equinor y Shell en Mozambique y Tanzania.
Gas africano para el desarrollo africano
Pero el gas natural no solo se exporta: tambi¨¦n tiene un uso creciente dentro de los pa¨ªses africanos. Muchos consideran que constituye una fuente fundamental de transici¨®n para asegurar el desarrollo. El gas en bombonas puede sustituir a fuentes de energ¨ªa m¨¢s contaminantes, como la le?a o el carb¨®n general, con un empleo muy extendido en los hogares africanos y con perjudiciales efectos en la salud de las familias.
El uso fundamental, en un continente con niveles muy bajos de electrificaci¨®n, es el de la generaci¨®n el¨¦ctrica. Esta pr¨¢ctica es ya una realidad en pa¨ªses como Ghana, que mientras exporta la mayor parte de su petr¨®leo a los mercados internacionales, utiliza el gas para alimentar su infraestructura el¨¦ctrica. El gas natural tiene adem¨¢s el potencial de surtir tanto a los mercados nacionales como a los regionales a trav¨¦s de gaseoductos.
Actualmente, el Gasoducto de ?frica Occidental atraviesa los territorios de Nigeria, Benin, Togo y Ghana, y otro une a Sud¨¢frica con Mozambique. Adem¨¢s, existen proyectos en el mismo sentido: como el que proveer¨ªa de gas a Uganda desde Tanzania y el Gaseoducto del Renacimiento Africano, que ser¨ªa el segundo entre Mozambique y Sud¨¢frica. Por ¨²ltimo, Nigeria ser¨ªa el origen tanto del Gaseoducto Transahariano que llegar¨ªa a Argelia, como del que conectar¨ªa Nigeria con Marruecos. La importancia de estos dos gaseoductos es que se podr¨ªan enlazar con las redes gas¨ªsticas europeas.
Pero, ?son compatibles estos dos proyectos de extraversi¨®n y de integraci¨®n? ?Puede aumentarse el suministro de gas africano para Europa, y al mismo tiempo suministrar energ¨ªa a los hogares y al sector productivo africanos? ?C¨®mo se combinan con la transici¨®n energ¨¦tica justa reclamada por tantos en ?frica y en Europa?
Hay quienes piensa que todos estos objetivos son convergentes. El argumento fundamental es que el creciente inter¨¦s europeo conllevar¨¢ las inversiones que son imprescindibles para extraer y poner en valor esta fuente de energ¨ªa. Asimismo, se afirma que las exportaciones de gas a Europa proporcionar¨¢n recursos adicionales para que los Estados africanos puedan invertir en desarrollo. Hay razones, sin embargo, para no ser tan optimistas.
Los riesgos del gas natural
- Las necesidades energ¨¦ticas de ?frica son inmensamente superiores a las europeas. Por mucho que pueda aumentarse la producci¨®n y disponibilidad de gas en un momento determinado, la exportaci¨®n siempre se traducir¨¢ en la disminuci¨®n de un recurso no renovable. Ello se puede convertir en una hipoteca para la estrategia a medio y largo plazo en las aspiraciones de electrificaci¨®n e industrializaci¨®n en ?frica.
- Las infraestructuras necesarias para la exportaci¨®n de gas no son las mismas que se requieren para alimentar las redes el¨¦ctricas o suministrar bombonas de gas a las familias del continente. Las primeras tienden a generar las denominadas econom¨ªas de enclave. Y se pueden reproducir conocidas historias de fracaso en los procesos de desarrollo basados en la extracci¨®n y venta de recursos naturales.
- Desde otra perspectiva, los grupos ecologistas en el continente recuerdan que el gas es un combustible f¨®sil que contribuye al cambio clim¨¢tico. Por lo tanto, cualquier inversi¨®n en ¨¦l reduce los recursos que deber¨ªan ir destinados a la promoci¨®n de las energ¨ªas renovables. El inter¨¦s europeo podr¨ªa demostrarse tambi¨¦n transitorio, en tanto que la Uni¨®n Europea mantiene como objetivo reducir dr¨¢sticamente su dependencia de los combustibles f¨®siles para 2030. La construcci¨®n de m¨¢s infraestructuras gas¨ªsticas podr¨ªan convertirse en nuevos elefantes blancos del desarrollo.
- Como otros recursos naturales del subsuelo, el gas tiende a generar efectos pol¨ªticos perversos en pa¨ªses con d¨¦biles contratos sociales entre gobernantes y gobernados. En concreto, las rentas generadas por la venta del gas pueden servir para reforzar el poder y el patrimonio de quienes ocupan el Estado, m¨¢s que para financiar los servicios p¨²blicos y el desarrollo econ¨®mico.
Es cierto que la fortaleza del contrato social y de las instituciones del Estado diverge mucho de unos pa¨ªses africanos a otros. Pero los socios exteriores no distinguen entre gobiernos m¨¢s o menos democr¨¢ticos. No deja de ser parad¨®jico que la b¨²squeda europea de autonom¨ªa energ¨¦tica respecto de un aut¨®crata, como es Vlad¨ªmir Putin, pueda acabar reforzando a otros.
Dilemas futuros
En un momento de tensi¨®n como el actual, ser¨¢ dif¨ªcil que los l¨ªderes africanos y europeos atiendan a alguna de estas razones para descartar los planes de alimentar a Europa con m¨¢s gas africano. Por fortuna, eso no impedir¨¢ que tambi¨¦n se avance en la segunda y la tercera de las estrategias planteadas por en el documento REPowerUE: el ahorro energ¨¦tico y la aceleraci¨®n de la gran transici¨®n hacia las energ¨ªas renovables.
?frica tambi¨¦n puede desempe?ar un gran papel en la producci¨®n de estas energ¨ªas limpias tanto para el consumo interno como para la exportaci¨®n. Pero ello tampoco estar¨¢ totalmente exento de dilemas en el futuro. Veremos entonces c¨®mo equilibran los gobernantes africanos los intereses de los inversores internacionales y las necesidades de sus propios ciudadanos.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.