C¨®mo el acoso sexual expulsa a las periodistas de las redacciones en Kenia
Las mujeres tienden a no ascender y dejar los medios de comunicaci¨®n en favor de otros sectores debido al asedio en sus lugares de trabajo, advierten varias profesionales
Mganga hajigangi es un proverbio suajili que significa que un curandero no se cura a s¨ª mismo. No hay dicho que defina mejor a quienes ejercen el periodismo. Sus propias historias rara vez se cuentan, a pesar de que pasan su vida adulta recopilando y difundiendo informaci¨®n a trav¨¦s de narraciones interesantes. Este silencio ha contribuido a arraigar una cultura de tolerancia del acoso sexual que ha llevado a muchas j¨®venes profesionales a abandonar o a ceder a las proposiciones sexuales.
Hace 20 a?os, una reportera novata del conglomerado de comunicaci¨®n africano Nation Media Group entr¨® en un ascensor con un colega de alto nivel que la abraz¨® hasta que las puertas se abrieron en su piso. Ella estaba demasiado asustada para contar lo que hab¨ªa pasado, y nunca se habl¨® del incidente. ¡°Estos casos han aumentado a medida que m¨¢s mujeres se han incorporado a la profesi¨®n¡±, asegura la keniana Pamela Makotsi, directora ejecutiva de Nation Media Group.
La mitad de las mujeres periodistas en ?frica han sufrido acoso sexual en el trabajo, seg¨²n un informe de Women in News (mujeres en las noticias), un programa de la Asociaci¨®n Mundial de Peri¨®dicos y Editores (WAN-IFRA). Las profesionales de la informaci¨®n en los medios sufren el doble de riesgo de recibir insinuaciones sexuales indeseadas en entornos laborales que sus compa?eros varones, seg¨²n este mismo estudio, realizado en 2020. En Kenia, el 65% de las periodistas han sufrido acoso de tipo f¨ªsico o verbal, seg¨²n otra encuesta realizada a 83 profesionales por Women in News en colaboraci¨®n con la Universidad de Londres, en 2018.
¡°Las cifras pueden parecer irreales hasta que se escuchan las historias de las v¨ªctimas¡±, subraya Pamela Makotsi, directiva de Nation Media Group. ¡°La pregunta es c¨®mo y por qu¨¦ hemos llegado hasta aqu¨ª, c¨®mo los espacios se han vuelto inseguros¡±, a?ade. La cultura del acoso sexual en los medios de comunicaci¨®n en Kenia, seg¨²n Makotsi, obliga a las mujeres a abandonar el periodismo cuando est¨¢n empezando su carrera y a cambiar a otros sectores, como las relaciones p¨²blicas o la comunicaci¨®n corporativa. Una investigaci¨®n de 2013 de Kioko Ireri, profesor ayudante de Comunicaci¨®n de la universidad USIU de Kenia revel¨® que el 66% de los periodistas del pa¨ªs eran hombres.
Altos cargos que son agresores
¡°Los propietarios y los directores de los medios de comunicaci¨®n comunitarios son los principales agresores. Tenemos que educar decididamente en lo que significa el acoso sexual. Y los medios deber¨ªan crear unas directrices que ofrecieran a las mujeres una plataforma segura para llegar a los puestos donde se toman las decisiones¡±, insiste Makotsi.
En todo el mundo, las periodistas sufren m¨¢s agresiones que sus compa?eros hombres, recuerda Misako Ito, asesora regional de la Unesco para la Comunicaci¨®n y la Informaci¨®n en ?frica. De acuerdo con un informe de esta organizaci¨®n, el 73% de las mujeres han sido v¨ªctimas de acoso por internet, y el 20% de ellas tambi¨¦n han sido agredidas f¨ªsicamente. ¡°Por lo general, las agresiones a periodistas mujeres no tienen que ver con el contenido de su trabajo. Son de car¨¢cter sexual, o se las critica por su manera de vestirse o comportarse. Tambi¨¦n pueden tener que ver con su etnia y su cultura, pero no con su trabajo¡±, explica Ito.
Para intentar frenar la sangr¨ªa de profesionales del periodismo hacia otros sectores por motivos sexistas, la Asociaci¨®n de Mujeres de los Medios de Comunicaci¨®n en Kenia (AMWIK por sus siglas en ingl¨¦s) organiz¨®, en colaboraci¨®n con la Unesco, un foro en el pasado mes de mayo. La conferencia abord¨® la manera de mejorar las posibilidades de las profesionales en el lugar de trabajo. Sin dar su nombre, una de las asistentes pregunt¨® c¨®mo pod¨ªan denunciar el acoso sexual al que las somet¨ªa el propietario de un medio de comunicaci¨®n, que ya hab¨ªa provocado la renuncia de una de sus compa?eras.
¡°Se debe documentar todo y guardar todos los mensajes. Necesitamos pruebas para denunciar¡±, advirti¨® en el foro Judie Kaberia, directora ejecutiva de AMWIK. El objetivo, se?al¨®, es que las mujeres no abandonen el medio de comunicaci¨®n antes de llegar a un puesto directivo debido al acoso sexual, pero tambi¨¦n que no sufran mentalmente en entornos laborales hostiles. ¡°Los medios de comunicaci¨®n convencionales reciben a menudo formaci¨®n sobre seguridad laboral, pero los comunitarios (peque?os, normalmente con pocos empleados) y los periodistas aut¨®nomos quedan excluidos¡±, reconoci¨® la directora de la asociaci¨®n profesional.
Las empleadas de medios comunitarios son especialmente vulnerables al acoso, apunt¨® Tom Mboya, coordinador de la Red de Medios de Comunicaci¨®n Comunitarios de Kenia (KCOMNET por sus siglas en ingl¨¦s), porque las sedes est¨¢n en la propia comunidad y no existe circuito cerrado de televisi¨®n, libro de registro de visitantes ni suficientes medidas de seguridad inform¨¢tica.
Otras formas de discriminaci¨®n
V¨ªctor Bwire, director de estrategia y formaci¨®n del Consejo de Medios de Comunicaci¨®n de Kenia, matiz¨®: ¡°Tenemos que tener en cuenta otras formas de acoso a las mujeres periodistas, como los salarios m¨¢s bajos, la imposibilidad de ascender, o que para sus art¨ªculos se les asignen temas blandos, como los reportajes¡±. En medios comunitarios y en el caso de las profesionales independientes, la situaci¨®n es peor porque a menudo se ven obligadas a trabajar como voluntarias.
¡°Creo que ha llegado el momento de hacer obligatorio que todos los medios comunitarios dispongan de una pol¨ªtica, tanto si la aplican como si no. Es un punto de partida. Si no la tienen, no hay ning¨²n marco de referencia. Es m¨¢s f¨¢cil aplicar medidas que ya existen¡±, sentencia Ito, asesora regional de la Unesco.
En este sentido, el art¨ªculo 6 (2) de la Ley de Empleo de Kenia exige que todas las empresas de m¨¢s de 20 trabajadores cuenten con medidas contra el acoso sexual. Por su parte, AMWIK ha hecho p¨²blica una pol¨ªtica contra este flagelo y ha creado un comit¨¦ espec¨ªfico. La mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n convencionales disponen de ellos, pero los comunitarios, no. Tambi¨¦n han contratado a hombres para que difundan su mensaje en las redacciones.
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