Recadero, el oficio de moda en Kenia para esquivar la crisis econ¨®mica

Ashley Karanja, antigua jefa del servicio de atenci¨®n al cliente de una empresa de tecnolog¨ªa financiera de Nairobi, perdi¨® su empleo en marzo de 2021. La compa?¨ªa para la que trabajaba era de reciente creaci¨®n y redujo su plantilla debido a los graves efectos de la pandemia de la covid-19 en la econom¨ªa keniana.

Despu¨¦s de tres largos meses en casa y cuando ya le quedaban solo 500 chelines, unos cuatro euros, la joven de 24 a?os vio en Instagram una publicaci¨®n que cambi¨® su vida. ¡°Una famosa influencer de la red social escribi¨® que aborrec¨ªa ir de compras y que buscaba a alguien que le hiciera los recados, as¨ª que corr¨ª a su bandeja de entrada y le dije que yo pod¨ªa hacerlo a cambio de una cantidad. Sin embargo, era demasiado tarde, porque para entonces alguien ya hab¨ªa conseguido el trabajo, pero la publicaci¨®n me hizo pensar que aquel pod¨ªa ser un servicio que yo podr¨ªa ofrecer¡±, cuenta.

La nueva oportunidad de negocio con la que se hab¨ªa topado le sirvi¨® de motivaci¨®n, y utilizando los 500 chelines que le quedaban, Karanja se puso en contacto con un amigo para que le dise?ara un cartel que destacara algunos de los servicios que ofrec¨ªa, como hacer recados, ir de compras y servir de acompa?ante.

Al cabo de un a?o, el paso que hab¨ªa dado la llena de orgullo. ¡°El negocio funciona. Se ha expandido y ahora somos un equipo de tres personas formado por m¨ª misma, mi ayudante y el repartidor que he contratado¡±.

El negocio funciona. Se ha expandido y ahora somos un equipo de tres personas formado por m¨ª misma, mi ayudante y el repartidor que he contratado

Ashley Karanja, emprendedora en Kenia

Las tarifas que cobra dependen de la distancia y las horas, pero van desde los 900 chelines (siete euros) por hacer compras en el barrio de Eastleigh, en Nairobi (Kenia), a los 2.500, unos 20 euros, por el servicio de acompa?ante en el de Kamunkuji, otra zona de la ciudad.

¡°Cuando empec¨¦, acompa?aba a la gente a hacer compras todo el d¨ªa, sin l¨ªmite de horas, pero con el tiempo me di cuenta de que deber¨ªa empezar a percibir por horas, ya que el tiempo es dinero, y sobre todo en este negocio, repartir el tiempo significa m¨¢s clientes en un d¨ªa¡±, explica.

Para garantizar la confianza, la privacidad y la responsabilidad entre ella y los usuarios, Karanja los mantiene informados, minuto a minuto, mediante fotos y v¨ªdeos que toma con su tel¨¦fono m¨®vil mientras hace los recados. Dice que eso ayuda a que sus clientes est¨¦n tranquilos. Tambi¨¦n lleva un meticuloso registro de las conversaciones de audio y los recibos pagados por si hay desacuerdos. ¡°Mi trabajo exige confianza, y si me parece que hay desconfianza entre el cliente y yo, prefiero no trabajar con ¨¦l, porque al final puede ser motivo de disputas¡±, reflexiona.

Karanja piensa que algunas de las dificultades con las que se encuentra en su negocio son similares a las que surgen en todos los comercios de compra por internet: las medidas de los art¨ªculos que dan los compradores no son exactas, as¨ª que, cuando ya est¨¢n pagados, resulta que no van bien. ¡°Algunos clientes quedan muy decepcionados cuando se les entregan los productos porque las medidas que me mandaron antes de ir a comprarlos no eran precisas. En esos casos me sabe muy mal decepcionarlos, pero la verdad es que no se puede hacer mucho¡±, reconoce.

Un negocio floreciente

El negocio de los recados y los acompa?antes es bastante reciente en el mercado keniano, pero se est¨¢ convirtiendo en una empresa muy lucrativa y, por todas partes, surgen nuevos compradores por internet. Seg¨²n Karanja, en un buen mes ha llegado a ingresar hasta 70.000 chelines kenianos, unos 580 euros. ¡°Noviembre del a?o pasado fue uno de los mejores. Los peores fueron los tres primeros despu¨¦s de montar la empresa. Gan¨¦ menos de 3.000 chelines [casi 25 euros] en total¡±, recuerda.

A la pregunta de si volver¨ªa a un trabajo de oficina despu¨¦s de haber conocido las borrascosas aguas del emprendimiento, responde con un rotundo no. ¡°Mi negocio puede parecerle raro a algunas personas, pero combina mi pasi¨®n por las compras con la flexibilidad del trabajo por cuenta propia. Es posible que nunca vuelva a un empleo asalariado, ya que espero desarrollar mi empresa y contratar a m¨¢s miembros para mi equipo¡±, declara.

El desempleo en Kenia, unido a la pandemia de la covid-19, empeor¨® una situaci¨®n que ya era mala. Al menos 740.000 personas se quedaron sin trabajo en 2020-2021 debido a la contracci¨®n de la econom¨ªa del pa¨ªs a consecuencia de la crisis sanitaria, seg¨²n datos del Ministerio de Trabajo. Las estad¨ªsticas de la Organizaci¨®n Internacional de Trabajo (OIT) muestran que en el primer trimestre de 2021 el desempleo en Kenia aument¨® un 6,6% frente al 5,4% del trimestre anterior. Adem¨¢s, el Instituto Nacional de Estad¨ªstica de Kenia calcula que, en septiembre de 2021, la inflaci¨®n alcanz¨® la tasa m¨¢s alta en 23 meses, con un 6,91%, y que actualmente ronda el 5,8%.

Esto ha obligado a la juventud keniana a idear maneras imaginativas de ganarse la vida. Por ejemplo, el creador de contenidos keniano Ian Asunya, que se hace llamar Nduru Man, se graba a s¨ª mismo gritando en distintos lugares de Nairobi en nombre de la creaci¨®n de contenidos. Sus v¨ªdeos alcanzaron gran difusi¨®n cuando se apareci¨® dando gritos delante del Parlamento, algo que se podr¨ªa calificar de bastante arriesgado y extremadamente atrevido. Asunya fue detenido.

Un hilo reciente de Instagram, iniciado por la influencer @Just_Ivy_Africa en sus famosos Money Monday Posts, mostraba desde enfermeras que trabajan como corredoras de fincas hasta ingenieros empleados en la construcci¨®n, pasando por especialistas en tecnolog¨ªa que trabajan como comerciales. De esta manera, ejemplificaba la gravedad de la situaci¨®n del desempleo en Kenia y como lo que ha estudiado una persona y a lo que se dedica realmente no suelen ir mano a mano.

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