El env¨ªo de remesas resiste a todas las crisis: ¡°Yo no podr¨ªa comer aqu¨ª pensando que mi madre pasa hambre en Senegal¡±
En los ¨²ltimos 20 a?os, los flujos de remesas se han quintuplicado pese a las crisis sucesivas. Seg¨²n la ONU, 200 millones de personas trabajadoras migrantes env¨ªan dinero a m¨¢s de 800 millones de familiares en sus pa¨ªses de origen
Serigne Fall (Dakar, Senegal, 54 a?os) sali¨® de su pa¨ªs en 2007, dejando atr¨¢s a toda una familia que puso en ¨¦l la esperanza de un futuro m¨¢s pr¨®spero para todos. ¡°Si emigras de ?frica es para mejorar tu situaci¨®n, pero tambi¨¦n para sustentar las necesidades de tu esposa, tus hijos, tus padres, tus hermanos, tus sobrinos, tus abuelos, tus t¨ªos¡¡±, explica. ¡°De lo que gano al mes aqu¨ª en Espa?a, 400 euros los env¨ªo a mi extensa familia en Senegal. Al igual que mi esposa, que env¨ªa entre 200 y 250 euros a su madre¡±, contin¨²a. Como ellos, en 2022 hab¨ªa 200 millones de personas trabajadoras migrantes que enviaban dinero a sus m¨¢s de 800 millones de familiares en sus pa¨ªses de origen, seg¨²n calcula la ONU.
A pesar de la crisis de la covid-19 y la inestabilidad pol¨ªtica, los flujos de remesas han seguido creciendo y en los ¨²ltimos 20 a?os se han multiplicado por cinco, seg¨²n el Banco Mundial. Este organismo afirma que en 2022, los pa¨ªses de ingresos bajos y medianos recibieron 626.000 millones de d¨®lares estadounidenses (585.000 millones de euros, aproximadamente) en env¨ªos de dinero. ¡°En los ¨²ltimos 20 a?os, hemos tenido varias crisis (una de seguridad despu¨¦s del 11S, una econ¨®mica en 2007, una de migraci¨®n en 2015, una sanitaria en 2020, y la de ahora, derivada de la guerra de Ucrania), y siempre se repite la misma historia: las remesas son el flujo que se mantiene m¨¢s equilibrado. Eso es lo que a m¨ª me parece m¨¢s impresionante, m¨¢s humano¡±, se?ala Pedro De Vasconcelos, director del Fondo de Financiaci¨®n para Remesas del Fondo Internacional de Desarrollo Agr¨ªcola (FIDA), en conversaci¨®n con este peri¨®dico.
Alrededor del 75% de las remesas se utilizan para poner un plato sobre la mesa y cubrir los gastos de salud, de educaci¨®n o de vivienda
Despu¨¦s de cinco a?os en situaci¨®n irregular en Europa, primero en Par¨ªs y luego en Madrid, Fall consigui¨® la tarjeta de residencia espa?ola en 2012, y la reagrupaci¨®n familiar en 2016. Ahora, vive en el madrile?o distrito de Hortaleza junto a su esposa, Diarr¨¢ Ndiaye, y dos de sus cuatro hijos, Sally e Isseu, de 24 y 14 a?os. ¡°Mi mujer y yo trabajamos para nuestras ni?as, que viven con nosotros, pero tambi¨¦n para nuestros otros dos ni?os y familiares en Senegal. Es lo normal en nuestra cultura. Aunque es una presi¨®n gigante, con la que cargas toda tu vida, la aceptamos casi como una obligaci¨®n moral¡±, reconoce, y admite: ¡°Entiendo que aqu¨ª, con la concepci¨®n tan individualista de la sociedad que se tiene, esto no se comprenda¡±.
¡°Para poder enviar dinero, trabajo de siete de la ma?ana a dos de la tarde en la asociaci¨®n Salud Entre Culturas del Hospital Universitario Ram¨®n y Cajal, y de tres de la tarde a 10 de la noche como mediador social en la Cruz Roja Espa?ola, pero no me planteo dejar de hacerlo, bajo ninguna circunstancia¡±, insiste. ¡°Porque las necesidades siguen all¨ª, como cuando me fui, y yo no podr¨ªa comer aqu¨ª pensando que mi madre pasa hambre en Senegal¡±. En este pa¨ªs del ?frica Occidental, por ejemplo, las remesas internacionales representan el 10% del PIB y benefician a un tercio de las familias rurales, seg¨²n datos del FIDA.
Un salvavidas para millones de familias
En m¨¢s de 70 pa¨ªses, como en Senegal, las remesas equivalen al menos al 4% de su PIB. ¡°Alrededor del 75% de estas se utilizan para poner un plato sobre la mesa y cubrir los gastos de salud, de educaci¨®n o de vivienda. En tiempos de crisis, los trabajadores migrantes pueden enviar m¨¢s dinero a su pa¨ªs de origen para pagar la p¨¦rdida de cultivos o emergencias familiares. El resto, alrededor del 25%, puede ahorrarse o invertirse en construcci¨®n de activos o en actividades que generen ingresos y empleos y transformar las econom¨ªas, especialmente en las zonas rurales¡±, desgrana De Vasconcelos.
Aunque es una presi¨®n gigante, con la que cargas toda tu vida, estamos preparados para ello. La aceptamos, casi como una obligaci¨®n moralSerigne Fall, migrante senegal¨¦s residente en Madrid
¡°Los trabajadores migrantes env¨ªan a sus hogares, de media, entre 200 y 300 d¨®lares cada uno o dos meses. Esa cantidad, que supone tan solo el 15% de sus ingresos, puede representar hasta el 60% de los ingresos totales de sus hogares de origen, por lo que constituye un salvavidas para millones de familias¡±, aclara. ¡°Las remesas son una fuente vital de ingresos familiares para los pa¨ªses de ingresos bajos y medianos, pues alivian la pobreza, mejoran los resultados nutricionales y est¨¢n asociados con un mayor peso al nacer y mayores tasas de matriculaci¨®n escolar para ni?os en hogares desfavorecidos. Adem¨¢s, ayudan a los hogares receptores a desarrollar resiliencia, mediante la financiaci¨®n de mejores viviendas y para hacer frente a las p¨¦rdidas posteriores a los desastres¡±, confirma Dilip Ratha, director de la Asociaci¨®n Mundial de Conocimientos sobre Migraci¨®n y Desarrollo (Knomad, por sus siglas en ingl¨¦s) y economista de migraci¨®n y remesas del Banco Mundial, en conversaci¨®n con este peri¨®dico.
Ina Bah, maliense de 42 a?os, tambi¨¦n manda dinero a su pa¨ªs mensualmente. ¡°Trabajo much¨ªsimas horas, para poder enviar, de media, 300 o 400 euros al mes. Para pagar el colegio de mi hijo, el desayuno, la comida y la cena, el transporte¡¡±, explica. Lleg¨® a Madrid hace dos a?os, huyendo de los grupos extremistas islamistas presentes en Mal¨ª. Parti¨® de Bamako, la capital, en coche, cruz¨® Mauritania a pie y lleg¨® a Marruecos en autob¨²s. Desde T¨¢nger, cogi¨® un ferry a Algeciras, pues ya ten¨ªa visado. En su pa¨ªs de origen, dirig¨ªa una empresa, y aqu¨ª tiene dos empleos, uno como auxiliar de limpieza y otro como auxiliar de cocina. ¡°Pero estoy tranquila, gracias a Dios tengo ingresos y no estoy amenazada de muerte. Lo ¨²nico que me falta es que ¨¦l est¨¦ aqu¨ª conmigo¡±, lamenta, refiri¨¦ndose a su hijo.
Cambiar la forma, pero no el fondo
Ni Fall ni Bah se plantean, ¡°en ning¨²n caso¡±, dejar de enviar dinero, pero s¨ª les gustar¨ªa que fuera m¨¢s barato hacerlo. El coste promedio de mandar 200 d¨®lares a trav¨¦s de fronteras internacionales a pa¨ªses de ingresos bajos y medianos sigue siendo alto, del 6%, seg¨²n cifras del Banco Mundial, aun cuando el d¨¦cimo Objetivo de Desarrollo Sostenible aspira a reducirlo a menos del 3% para 2030. Cada mes, para enviar 400 euros, Fall tiene que pagar ocho. Ocho euros con los que, en Senegal, asegura, se podr¨ªan hacer ¡°mil cosas¡±. ¡°La alternativa a las agencias como Ria Money Transfer, MoneyGram o Western Union, que son las que uso, ser¨ªan las remesas a trav¨¦s del canal m¨®vil, pero no me f¨ªo¡±, reconoce Fall.
Las remesas ayudan a los hogares receptores a desarrollar resiliencia, por ejemplo, mediante la financiaci¨®n de mejores viviendas y para hacer frente a las p¨¦rdidas posteriores a los desastresDilip Ratha, director de Knomad y economista principal de migraci¨®n y remesas del Banco Mundial
Es m¨¢s costoso enviar a trav¨¦s de bancos (11%) y m¨¢s econ¨®mico a trav¨¦s de operadores m¨®viles (3,5%), asegura Ratha, del Banco Mundial, pero este ¨²ltimo m¨¦todo representa menos del 1% del volumen total de las transacciones. Paola Peralta (Estel¨ª, Nicaragua, 29 a?os) explica por qu¨¦, al igual que Fall, env¨ªa dinero a trav¨¦s de agencias, y no de aplicaciones. ¡°Podr¨ªa hacerlo a trav¨¦s de mi banco o de mi m¨®vil, pero mi madre no tiene cuenta bancaria ni tel¨¦fono¡±. Peralta lleva ocho a?os en Espa?a, y trabaja como auxiliar sociosanitaria a domicilio. Vive en Ir¨²n, con sus dos hijos, G¨¦nesis, de 11, y Unai, de cinco.
¡°Ahora estoy bien, tranquila, pero al principio fue horrible. La hermana del padre de mi hija me hab¨ªa prestado 13.000 d¨®lares para que pudiera venir a Espa?a, pero a cambio de que embargase la casa de mi madre en Nicaragua. Adem¨¢s, tuve que dejar un tiempo a mi hija G¨¦nesis all¨¢, con su abuela. Por suerte, encontr¨¦ un trabajo como interna, y pod¨ªa enviar cada mes todo mi salario, para ir saldando la deuda¡±, relata. Hoy, una vez liquidada, lo que manda sirve para que su madre pueda comer o comprar medicamentos. Adem¨¢s, ya no es la ¨²nica que env¨ªa dinero a Nicaragua porque su hermana y su t¨ªa siguieron su ejemplo, tambi¨¦n migraron al Pa¨ªs Vasco y ayudan desde all¨ª a sus allegados en el pa¨ªs centroamericano. ¡°Al final, se trata de la familia. Y la familia no entiende de crisis¡±.
¡°Hay migrantes que acaban descuidando sus necesidades m¨¢s b¨¢sicas, como la alimentaci¨®n o la medicaci¨®n, con tal de enviar dinero a los suyos, porque sienten que deben sacrificarse por los que han dejado atr¨¢s y por los que vienen¡±, apunta Guillermo Fouce, presidente de la Fundaci¨®n Psicolog¨ªa sin fronteras. ?l intenta que las personas a las que atiende encuentren ¡°un equilibrio, un punto medio, que permita tener una vida digna y a la vez mandar dinero¡±.
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