Informaci¨®n frente a los tab¨²es en Kirguist¨¢n: ¡°Un 12% de las estudiantes no participa en actividades escolares y sociales por tener la regla¡±
Estudiantes, profesoras y activistas quieren terminar con la desinformaci¨®n y los prejuicios que rodean a la menstruaci¨®n y lograr que la higiene femenina no sea un lujo en un pa¨ªs donde el salario mensual medio no llega a 200 euros
En zonas rurales de Kirguist¨¢n, la regla sigue siendo algo de lo que no se habla, la pobreza dificulta una correcta higiene menstrual y los ba?os son muchas veces un agujero cavado en la tierra. ¡°Los servicios est¨¢n al aire libre, en medio del fr¨ªo¡±. ¡°Nos han prohibido usar los ba?os de dentro de la escuela. Dicen que son para alumnos peque?os y profesores¡±. As¨ª lo describen Myrzaiym, de 18 a?os, y Nurdana, de 14, estudiantes que participan en talleres en los que se intenta dar a las chicas la informaci¨®n y las herramientas necesarias para enterrar los prejuicios.
En Kirguist¨¢n el 75% de las escuelas no dispone de ba?os en el interior y el 36% de los centros no tiene agua corriente. La falta de acceso al agua limpia y potable es un problema que sufren un mill¨®n de personas en el pa¨ªs, cuya poblaci¨®n total llega a 6,5 millones. ¡°Especialmente en las ¨¢reas rurales el estigma est¨¢ mucho m¨¢s arraigado. Las chicas no tienen a nadie con quien hablar de estos temas y viven una presi¨®n social muy fuerte,¡± explica Elira Turdubaeva, profesora de la universidad internacional Ala-Too, en Bishkek, al norte del pa¨ªs. ¡°El trabajo de formaci¨®n en las escuelas es fundamental¡±, agrega.
Seg¨²n datos del ¨ªndice Women, Peace and Security de 2021, Kirguist¨¢n es el pa¨ªs es el m¨¢s inseguro de Asia Central para las mujeres. ¡°Las mujeres de Kirguist¨¢n sufren violencia dom¨¦stica, trata u otras formas de abuso f¨ªsico o sexual. Adem¨¢s, el resurgimiento de algunas pr¨¢cticas culturales y sociales, a menudo interpretadas err¨®neamente como parte de las costumbres religiosas, restringen cada vez m¨¢s los derechos de la mujer a controlar su vida¡±, cita ONU Mujeres, dedicada a impulsar la igualdad de g¨¦nero.
La federaci¨®n de estudiantes NFFCK ha creado una especie de parlamento estudiantil, desde el que impulsa la igualdad de g¨¦nero y el liderazgo femenino e intenta romper tab¨²es sobre temas como la menarquia, la higiene femenina o los embarazos adolescentes. Las estudiantes de esta federaci¨®n organizan actividades en las escuelas y con el apoyo de las profesoras distribuyen libros y planifican cursos y formaciones con expertas. Entre ellas, Nurzada Sadyrbekova, de 30 a?os, parte del colectivo Biskhek Feminist Initiatives, que ha trabajado en un manual de gesti¨®n de la higiene menstrual junto a la organizaci¨®n The Pad Project, activa en 14 pa¨ªses diferentes.
¡°Un 12% de las estudiantes no participa en actividades escolares y sociales por tener la regla, algunas porque se han avergonzado tras haber manchado su ropa en clase, otras porque no tienen dinero para comprar compresas, por ejemplo. Por eso intentamos promover la educaci¨®n, para terminar con este tab¨², para que las j¨®venes no tengan que avergonzarse de sus cuerpos¡±, explica Sadyrbekova.
Sabemos que ha habido chicas que se han autolesionado, provocado cortes, o han faltado a la escuela durante d¨ªas, despu¨¦s de que les tomaran el pelo por haber manchado su ropa de sangre accidentalmente durante las clasesMyrzaiym, de la federaci¨®n estudiantil NFFCK
En sus formaciones, la experta trata la menstruaci¨®n desde un punto de vista biol¨®gico, para intentar normalizarla. ¡°Hay chicas que tienen su primera regla y no saben qu¨¦ les est¨¢ pasando. Algunas de ellas viven en contextos donde el estigma se une a la falta de recursos h¨ªdricos en el interior de las escuelas, algo que ocurre a¨²n con m¨¢s fuerza en algunas barriadas¡±. En una de ellas, Altyn Kazyk, a pocos kil¨®metros de la capital y ciudad m¨¢s poblada de Kirguist¨¢n, Bishkek, quiere promover, por ejemplo, ¡°un proyecto de autoproducci¨®n de compresas de tela, realizadas a partir de los desechos textiles¡±.
Que la higiene menstrual no sea un lujo
¡°Sabemos que ha habido chicas que se han autolesionado, provocado cortes, o han faltado a la escuela durante d¨ªas, despu¨¦s de que les tomaran el pelo por haber manchado su ropa de sangre accidentalmente durante las clases¡±, dice Myrzaiym, la joven estudiante que forma parte de esta federaci¨®n desde su aldea en Naryn, al sur de la capital. ¡°No queremos que m¨¢s chicas se hagan da?o, se corten o dejen de ir a la escuela por ser discriminadas o sentirse inc¨®modas,¡± corrobora Aizirek, de 13 a?os, que vive en la aldea de Sokuluk.
Las reivindicaciones de activistas y estudiantes abarcan cambios estructurales, de ¨ªndole pol¨ªtica y social. Por ejemplo, Nurzada Sadyrbekova quiere llevar al Parlamento una propuesta ¡°para reducir el impuesto sobre las compresas, que ahora es del 15%, para que ninguna mujer sea discriminada¡±. ¡°Queremos que la higiene menstrual no sea un lujo en un pa¨ªs donde el sueldo medio es de 200 d¨®lares (180 euros) al mes¡±, insiste.
En estos talleres tambi¨¦n participan profesoras, como Samara, desde el norte del pa¨ªs. ¡°Trabajamos para abordar la desigualdad, superar los estereotipos e ir m¨¢s all¨¢ de las presiones sociales que impiden a las chicas ser unas futuras l¨ªderes¡±, dice. Entre sus prioridades tambi¨¦n est¨¢ luchar contra pr¨¢cticas violentas que a¨²n siguen vigentes en el pa¨ªs. Por ejemplo, el llamado ¡°secuestro¡± de novias, rapto de j¨®venes para obligarlas a casarse, un acto violento que se sigue practicando en algunas ¨¢reas rurales. ¡°Estamos hartas de ser consideradas seres sin la potestad de elegir¡±, explica Altyngul Zhalynbekova, profesora y una de las fundadoras de la federaci¨®n estudiantil.
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