El sabor amargo de los kiwis italianos
Italia es uno de los mayores productores de esta fruta del mundo. Una investigaci¨®n detalla que en sus campos se explota a trabajadores indios. La multinacional neozelandesa Zespri, que compra y comercializa parte de la producci¨®n, asegura que ahondar¨¢ en estas acusaciones
Surinder Kaur sonr¨ªe mientras da la bienvenida a sus invitados quemando incienso y esparciendo p¨¦talos de rosa delante de la puerta de su casa. Nos acompa?a al cuarto de estar, se acomoda en un sill¨®n y empieza a hablar de su esposo, Balbir Singh. En el momento de esta entrevista hace nueve a?os que no lo ve. ¡°Nos llama todos los d¨ªas por videoconferencia a m¨ª y a mi hija durante el descanso del trabajo y nos ense?a las manos hinchadas con los cortes que se hace al recoger los kiwis a mano¡±, cuenta. Kaur vive en Garhshankar, en el Estado de Punyab, en el norte de India, con su hija Aman, que estudia Enfermer¨ªa. Su otra hija se prepara para ser jueza y el hijo mayor est¨¢ en Australia trabajando como mec¨¢nico.
La familia de Balbir Singh conoce bien la vida de los migrantes indios en la zona de Lagunas Pontinas, en la regi¨®n del Lacio, en el centro de Italia, uno de los principales puntos de producci¨®n de frutas y verduras del pa¨ªs europeo, en la que reside una numerosa comunidad oriunda de Punyab. Al igual que muchos otros compatriotas, Singh, un exprofesor de ingl¨¦s, lleg¨® all¨¢ en busca de fortuna y ha tenido que convivir con la explotaci¨®n econ¨®mica y la violencia. ¡°Siempre nos contaba la verdad, pero no en detalle. Pensaba que pod¨ªa hacernos sufrir si nos lo dec¨ªa todo, pero s¨ª nos explicaba, por ejemplo, que se ve¨ªa obligado a alimentarse del pan duro que echaban a los animales¡±, explica Kaur.
La segunda vez que me peg¨® pens¨¦ en huir, pero ?ad¨®nde habr¨ªa ido sin documentos?¡±Balbir Singh, migrante indio en Italia
Balbir Singh es el primer emigrante al que se le ha concedido un permiso de residencia en Italia ¡°por razones de justicia¡± gracias a que tuvo el valor de denunciar. Entre 2012 y 2018, cuando trabajaba en una granja cuidando el ganado, vivi¨® en una caravana destartalada sin retrete ni agua, com¨ªa los restos que su patr¨®n tiraba a la basura y ganaba entre 50 y 100 euros al mes. El propietario del lugar, adem¨¢s, le hab¨ªa confiscado la documentaci¨®n para que no pudiera marcharse. A eso se a?ad¨ªan las amenazas y los golpes. ¡°La segunda vez que me peg¨® pens¨¦ en huir, pero ?ad¨®nde habr¨ªa ido sin documentos?¡±. Balbir Singh consigui¨® salvarse gracias a la intervenci¨®n de la polic¨ªa, alertada por Marco Omizzolo, activista y profesor de Sociopolitolog¨ªa de la Migraci¨®n en la Universidad La Sapienza de Roma. Omizzolo vive bajo protecci¨®n debido a las amenazas que ha recibido por su compromiso en la lucha contra el caporalato, una explotaci¨®n extrema de la mano de obra similar al esclavismo.
¡°Trabajo en gris¡±
En los ¨²ltimos 30 a?os, la zona de Lagunas Pontinas, en la provincia de Latina, Italia, ha sido uno de los destinos principales de los trabajadores sijs de Punyab. Seg¨²n Omizzolo, oficialmente hay casi 13.000 indios viviendo en Latina, pero si se incluye a los que no tienen permiso de residencia, la cifra podr¨ªa ascender a los 30.000. La mayor¨ªa trabajan como peones en el sector hortofrut¨ªcola. En Lagunas Pontinas abundan los contratos irregulares y los salarios insuficientes. La estrategia es el llamado ¡°trabajo en gris¡±, es decir, pagar parte del sueldo declarado y otra parte en negro. Los empresarios utilizan este m¨¦todo para abonar menos cotizaciones e impuestos al Estado. Eso se traduce en que hay obreros obligados a trabajar en el campo siete d¨ªas a la semana, una media de 10 horas por jornada, cobrando no m¨¢s de seis euros por hora. Los accidentes laborales son frecuentes y ha habido casos de violencia psicol¨®gica y f¨ªsica. Los que protestan o se rebelan se arriesgan a ser despedidos de inmediato y a sufrir represalias.
A este miedo se suma su irregularidad: sin un contrato de trabajo en regla, no pueden renovar el permiso de residencia para vivir legalmente en Italia. Esta situaci¨®n ha llevado a muchos trabajadores a la desesperaci¨®n absoluta y, por ejemplo, en octubre de 2022, en cuatro d¨ªas dos jornaleros que no llegaban a los 25 a?os se quitaron la vida en las explotaciones agr¨ªcolas en las que trabajaban.
Para llegar a Italia, los trabajadores pagan hasta 15.000 euros a los intermediarios indios y contraen deudas en su pa¨ªs de origen. Tienen que pedir pr¨¦stamos a conocidos y familiares o vender las tierras, las vacas y las joyas de la familia. En Punyab, el salario mensual de los que realizan tareas manuales suele ser de entre 80 y 120 euros. Por eso Italia, donde un pe¨®n indio gana una media de 863 euros al mes, es un destino muy apreciado.
En una primera entrevista en julio de 2022, Balbir Singh trabajaba entonces en una plantaci¨®n de kiwis. Nos reunimos en la casa en la que viv¨ªa junto con otros tres compa?eros y cuando le preguntamos sobre el trato que reciben por parte de las empresas para las que trabajan, apart¨® la mirada y dio una respuesta vaga. La situaci¨®n empeor¨® cuando un capataz de la propiedad agr¨ªcola irrumpi¨® en el lugar e interrumpi¨® la entrevista. ¡°Dej¨¦ de hablar porque me asust¨¦¡±, explic¨® al d¨ªa siguiente.
Entre julio y diciembre, los migrantes indios trabajan sobre todo en las plantaciones de kiwis, un cultivo muy rentable. Italia produjo el a?o pasado m¨¢s de 500.000 toneladas de kiwis, la mayor¨ªa en el Lacio, y las exporta a 50 pa¨ªses. Es el primer productor europeo de esta fruta, seguido de cerca por Grecia, y el tercero del mundo despu¨¦s de China y Nueva Zelanda.
¡°No ten¨ªa elecci¨®n¡±
Esta investigaci¨®n, llevada a cabo entre Italia, India y Dinamarca con m¨¢s de 50 entrevistas a trabajadores, sindicalistas, investigadores, familias indias, intermediarios, compa?¨ªas y distribuidores, ahonda en la cadena de producci¨®n de los kiwis italianos. El pa¨ªs europeo se ha convertido en las ¨²ltimas d¨¦cadas en un destino en el que grandes multinacionales, principalmente la empresa l¨ªder neozelandesa Zespri, han localizado su producci¨®n. Una buena parte (10,5%) de la cosecha mundial de Zespri se cultiva en el Lacio, en concreto en la regi¨®n de Latina, y se vende con su marca. Con un volumen de ingresos por ventas de 2.500 millones de euros entre 2021 y 2022, y m¨¢s de 200 millones de cajas de kiwis vendidas en todo el mundo, Zespri es conocida sobre todo por la variedad SunGold, de pulpa amarilla y la m¨¢s plantada en Lagunas Pontinas.
No ten¨ªa elecci¨®n, ten¨ªa que ganar dinero para mis cuatro hijos y mi mujer, a los que no he visto en 13 a?osGurjinder Singh, migrante indio
Desde los campos de las fincas peque?as y medianas de Latina, los kiwis se transportan a los grandes almacenes de las cooperativas, donde se empaquetan y se marcan con el logotipo de la empresa antes de comercializarse en toda Europa. Seg¨²n cuentan algunos productores, las normas de recolecci¨®n de la multinacional son estrictas: se exigen guantes de algod¨®n y maniobras delicadas y precisas. Es fundamental no estropear la fruta al colocarla en las cajas. El cuidado con que se trata a los kiwis contrasta con las condiciones que refieren los trabajadores de las explotaciones.
Gurjinder Singh, con voz grave, hombros encorvados y ojos vidriosos, recuerda 15 a?os de explotaci¨®n en los campos de kiwis. Tiene 50 a?os y ha trabajado para varias empresas de la zona cobrando entre cinco y seis euros la hora. En los ¨²ltimos tiempos estuvo empleado tres a?os en una gran empresa que vende los kiwis a Zespri. La supervisora ¡°me insultaba y me amenazaba con darme una paliza¡±. La mujer tambi¨¦n grab¨® con su tel¨¦fono m¨®vil cuando Singh hizo una pausa para beber y entreg¨® las im¨¢genes a sus jefes para mostrar que no era productivo, lo cual mereci¨® que no se le pagaran algunas jornadas de trabajo. Cuando se le pregunta por qu¨¦ no abandon¨® la empresa inmediatamente, el hombre se lleva las manos nudosas a la cara y rompe a llorar: ¡°No ten¨ªa elecci¨®n, ten¨ªa que ganar dinero para mis cuatro hijos y mi mujer, a los que no he visto en 13 a?os¡±. Tambi¨¦n tem¨ªa que sus jefes pudieran hacer da?o a sus seres queridos. ¡°Cuando me fui ¨¦ramos pobres. Pagu¨¦ 14.000 euros a un traficante para venir, atravesando Rusia a pie por la nieve y luego en camiones en los que la gente mor¨ªa por falta de ox¨ªgeno¡±, recuerda.
El testimonio de Gurjinder Singh fue confirmado por otros peones como Amandeep Singh, que explica que ¡°normalmente ponen 600 o 700 euros en la n¨®mina y dan 200 o 300 euros en negro¡±. Otro trabajador indio, Mandeep Singh, que estuvo contratado durante dos a?os por otra empresa con licencia de Zespri, explica que le pagaban 6,50 euros la hora y que todo el salario ¡°estaba en la n¨®mina¡±, pero fuera de los periodos de recolecci¨®n no dispon¨ªa del equipo de protecci¨®n exigido por la ley para trabajar, como guantes y gafas.
Nos tomamos muy en serio las acusaciones formuladas y hemos iniciado una investigaci¨®n al respectoZespri
Una investigaci¨®n en curso
Cuestionado sobre las irregularidades encontradas en el curso de esta investigaci¨®n en algunas empresas autorizadas a producir sus kiwis, Zespri respondi¨® que ¡°la gran mayor¨ªa de los empresarios del sector del kiwi se preocupan por su gente, aunque una peque?a minor¨ªa puede estar dejando de hacerlo¡±.
¡°Cualquier tipo de explotaci¨®n de los trabajadores es inaceptable y nos comprometemos a exigir responsabilidades a las personas implicadas y a seguir mejorando nuestros marcos de cumplimiento para ayudarnos a hacerlo. Nos tomamos muy en serio las acusaciones formuladas y hemos iniciado una investigaci¨®n al respecto, que incluye una reflexi¨®n sobre c¨®mo apoyar a los trabajadores afectados¡±, detall¨® la compa?¨ªa. Zespri a?adi¨® que trabaja con m¨¢s de 1.200 cultivadores en Italia a los que se exige el certificado de Evaluaci¨®n de Riesgos Global (Global Risk Assessment On Social Practice), un sistema de certificaci¨®n independiente e internacional que establece criterios de seguridad, salud y bienestar de los trabajadores.
Los proveedores de Zespri, que envasan el producto, tambi¨¦n est¨¢n registrados en Sedex, un organismo de certificaci¨®n independiente que supervisa las condiciones de los trabajadores que trabajan para los proveedores italianos de kiwis SunGold. Zespri afirma tambi¨¦n que se ha puesto en contacto tanto con los organismos de certificaci¨®n como con sus proveedores ¡°para ponerles al corriente de las supuestas pr¨¢cticas desleales¡± denunciadas en esta investigaci¨®n y ¡°tratar de obtener m¨¢s informaci¨®n¡± al respecto.
En una ¨²ltima entrevista con Balbir Singh, en enero de 2023, explic¨® que estaba en India asistiendo a la boda de su hijo tras m¨¢s de nueve a?os de ausencia. ¡°Estoy esperando mi indemnizaci¨®n y el cierre del caso en la justicia (por su denuncia en 2018). Despu¨¦s quiero llevarme a mi mujer a Italia, donde he decidido construir una casa. Estoy impaciente de ver llegar los d¨ªas buenos¡±, confi¨®.
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