El mundo no necesita otra instituci¨®n m¨¢s contra el cambio clim¨¢tico
Los fondos de mitigaci¨®n y adaptaci¨®n al calentamiento global podr¨ªan funcionar canalizados por una sola entidad independiente, que controle la asignaci¨®n de las inversiones y eval¨²e el impacto
La crisis clim¨¢tica es global, tanto si vivimos en un pa¨ªs rico como uno pobre. Sin embargo, la comunidad internacional ha sido incapaz de encontrar soluciones conjuntas para financiar, a la escala necesaria, las inversiones esenciales de mitigaci¨®n y adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico en los pa¨ªses m¨¢s vulnerables y en los que se registra un incremento m¨¢s r¨¢pido de las emisiones de carbono.
La soluci¨®n habitual para responder a las crisis globales consiste en crear nuevas estructuras, y la clim¨¢tica no ha sido una excepci¨®n: los fondos han aumentado m¨¢s en n¨²mero que en tama?o. Solo el Banco Mundial cuenta con 12 fondos de intermediaci¨®n financiera para el clima (FIF), y en la COP27 del a?o pasado, los gobiernos acordaron crear otro mecanismo en forma de fondo de ¡°p¨¦rdidas y da?os¡± para proporcionar ayuda financiera a los pa¨ªses vulnerables afectados por el cambio clim¨¢tico.
La proliferaci¨®n de peque?os mecanismos de financiaci¨®n ha generado un sistema fragmentado que en su conjunto aporta menos que la suma de sus partes. En un nuevo estudio, analizamos los tres mayores FIF que ofrecen financiaci¨®n en condiciones favorables para la mitigaci¨®n y la adaptaci¨®n, entre los que se incluye el Fondo Verde del Clima (FVD), los Fondos de Inversi¨®n en el Clima (FIC) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). Estos han recaudado m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares (algo m¨¢s de 46.000, de euros) y destinan unos 4.000 millones (3.700, de euros) al a?o en este tipo de financiaci¨®n y subvenciones, con un coste aproximado de 300 millones (276, de euros) en costes administrativos.
Si se comparan los diez principales pa¨ªses receptores de financiaci¨®n para la adaptaci¨®n, con los diez pa¨ªses m¨¢s vulnerables al clima del mundo, las listas no se solapan
Pero ni los pa¨ªses prestatarios ni los donantes consideran que el sistema funcione. Los primeros se enfrentan a procesos complicados y lentos para acceder a los fondos, que son inconsistentes, dif¨ªciles de gestionar y conllevan altos costes de transacci¨®n. Los donantes no tienen forma de evaluar la rentabilidad de las medidas de mitigaci¨®n o adaptaci¨®n en los distintos FIF, ya que cada uno tiene su propio sistema de asignaci¨®n de fondos y no existe un sistema estandarizado para la elaboraci¨®n de informes de impacto.
Adem¨¢s, los datos sugieren que a los pa¨ªses donantes no les preocupa especialmente el rendimiento de los FIF a la hora de decidir d¨®nde asignar sus fondos. Por ejemplo, las contribuciones al Fondo Verde del Clima (FVD) son las que han crecido m¨¢s r¨¢pidamente en los ¨²ltimos a?os, a pesar de haber sido el que ha registrado peores resultados seg¨²n los criterios establecidos en este an¨¢lisis.
Adicionalmente, tambi¨¦n hay importantes ineficiencias de costes asociadas a la existencia de m¨²ltiples fondos. Los costes administrativos derivados de los compromisos y del n¨²mero de proyectos var¨ªan mucho en los FIF. Algunas ratios de gastos administrativos acumulados en relaci¨®n con los compromisos alcanzan el 20%, mientras que otras se sit¨²an en valores de un solo d¨ªgito. Este sistema tan fragmentado ha incurrido en un total acumulado de 2.000 millones de d¨®lares (1.842, de euros) en gastos generales, parte de los cuales se podr¨ªan haber destinado a inversiones clim¨¢ticas reales.
Tambi¨¦n hemos detectado una falta de coherencia estrat¨¦gica en torno a la asignaci¨®n de los fondos entre pa¨ªses, especialmente en la financiaci¨®n de la adaptaci¨®n al clima. Si se comparan los diez principales pa¨ªses receptores de financiaci¨®n en condiciones favorables para la adaptaci¨®n, con los diez pa¨ªses m¨¢s vulnerables al clima del mundo, las listas no se solapan. Sin embargo, en cuanto a la mitigaci¨®n, la financiaci¨®n se destina a los pa¨ªses y sectores con mayores emisiones, pero los mayores emisores no reciben los mayores vol¨²menes de financiaci¨®n. Esto contrasta con los llamamientos de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, entre otros, para mejorar las condiciones de inversi¨®n relacionada con el clima, incluidas las de los pa¨ªses de renta media, que tienen externalidades positivas para el mundo.
No hay duda de la necesidad de un mayor volumen de financiaci¨®n, pero los gobiernos deben centrarse en la misma medida en lograr una asignaci¨®n de fondos m¨¢s eficiente y catalizadora, y en una mejor medici¨®n del impacto
Es el momento de consolidar el sistema para lograr una mayor eficiencia e impacto. Los fondos con mandatos complementarios deber¨ªan fusionarse en un ¨²nico fondo de financiaci¨®n concesional para el clima o unirse bajo un ¨²nico paraguas. Se conseguir¨ªa as¨ª que se preste un mejor servicio a los pa¨ªses receptores y a los organismos de ejecuci¨®n, se refuerce la asignaci¨®n de fondos, se consoliden los gastos administrativos, se racionalice y simplifique la recaudaci¨®n de fondos y se combinen y ampl¨ªen los proyectos complementarios.
Un fondo combinado de financiaci¨®n para la lucha contra el cambio clim¨¢tico podr¨ªa funcionar como una entidad independiente, con un s¨®lido sistema de asignaci¨®n de fondos y la capacidad de impulsar unos sistemas coherentes de medici¨®n y elaboraci¨®n de informes de impacto por parte de los responsables de su implementaci¨®n. Este fondo podr¨ªa asociarse con los bancos multilaterales de desarrollo y otros agentes ejecutores para seleccionar los mejores proyectos y estrategias nacionales, y acelerar tanto el desarrollo de los mismos como el desembolso de la financiaci¨®n.
Tambi¨¦n deber¨ªa considerarse otra forma de consolidaci¨®n: asignar esta financiaci¨®n en condiciones favorables a nivel pa¨ªs o cartera, en lugar del complejo planteamiento de ir transacci¨®n por transacci¨®n. Podr¨ªan establecerse criterios de asignaci¨®n coherentes y bien especificados que recompensen a los pa¨ªses que tengan estrategias nacionales s¨®lidas para integrar los objetivos y acciones clim¨¢ticas y de desarrollo. Teniendo en cuenta la urgencia y la magnitud del d¨¦ficit de financiaci¨®n para el clima, no es de extra?ar que haya una creciente crispaci¨®n ante los anuncios de ligeros aumentos de los fondos existentes o de la creaci¨®n de unos nuevos y peque?os. No hay duda de la necesidad de un mayor volumen de financiaci¨®n en condiciones favorables, pero los gobiernos deben centrarse en la misma medida en lograr una asignaci¨®n de fondos m¨¢s eficiente y catalizadora, y en una mejor medici¨®n del impacto.
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