Responsables del cambio clim¨¢tico
Los lectores escriben sobre las consecuencias de la emergencia clim¨¢tica, el cuidado de las zonas verdes en las ciudades, los cambios en los libros y el proyecto de Yolanda D¨ªaz
Durante mucho tiempo se ha venido especulando acerca de las terribles consecuencias que podr¨ªa tener en generaciones futuras el cambio clim¨¢tico. Hoy podemos decir con rigor que no se trata de predicciones, sino que est¨¢ confirmado mediante evidencias de todo tipo. Las estaciones del a?o ya no responden al comportamiento de determinadas variables meteorol¨®gicas, prueba de ello son los indicadores medioambientales del nivel de agua embalsada, la concentraci¨®n de CO2, la temperatura o la calidad del aire, que son publicados peri¨®dicamente y se comparan con los de hace 10 a?os. Adem¨¢s, cada vez se producen de manera m¨¢s asidua cambios bruscos de temperatura y fen¨®menos atmosf¨¦ricos adversos como riadas, terremotos o ciclones, por poner algunos ejemplos, que deber¨ªan hacernos reflexionar acerca de las causas del cambio clim¨¢tico y el calentamiento global. No debemos olvidar que el ser humano es el m¨¢ximo responsable y tiene un deber moral con generaciones venideras para intentar mitigar su impacto y no convertir el planeta en un aut¨¦ntico desierto.
Javier Cordero Ruiz. Madrid
Cuidar los ¨¢rboles
En el distrito de Hortaleza, en Madrid, hay unos 150 ¨¢rboles y arbustos plantados y cuidados por los vecinos. Nos asesora un ingeniero agr¨®nomo y utilizamos un compost de calidad certificado por la Universidad de Murcia. Somos unos vecinos concienciados con la mejora del barrio y, sobre todo, preocupados por el mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos. Los actores que pueden hacer los barrios m¨¢s sostenibles son numerosos: los colectivos sociales tienen mucho potencial y los ayuntamientos podr¨ªan tener un papel primordial. Nos gustar¨ªa que la interlocuci¨®n con el Ayuntamiento de Madrid fuera m¨¢s sencilla y cercana. Desde este a?o, dicen que esta es una zona verde de conservaci¨®n municipal, pero ning¨²n empleado ha venido a cuidar los ¨¢rboles. Lo que nos tememos es que en cualquier momento las excavadoras se lleven horas de trabajo y de cari?o. Solo pretend¨ªamos un barrio mejor.
Myriam Soto. Madrid
Reescribir el pasado
En mis clases de historia, aprendimos que el pasado se pod¨ªa borrar en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En mis clases de literatura, le¨ªmos sobre la alteraci¨®n de las escrituras en el Ministerio de la Verdad de 1984. Ahora me entero de que los libros pueden reescribirse. ?Ma?ana qu¨¦ pasar¨¢? No quiero saber c¨®mo se llamar¨¢ nuestro Ministerio de la Verdad. Quiero ir a la biblioteca para saber c¨®mo era el mundo en cada ¨¦poca. As¨ª se escribe el futuro.
Loris Mattioni. Bilbao
Sumar o restar
Estaba en Madrid y aprovech¨¦ la ocasi¨®n para asistir a la presentaci¨®n del proyecto Sumar. Las expectativas de los asistentes eran tan grandes que mantuvimos una espera estoica de 40 minutos hasta que lleg¨® Yolanda D¨ªaz. Qued¨¦ algo insatisfecho de un planteamiento pol¨ªtico-social light. Tras los ocho meses transcurridos, han reposado y madurado mis expectativas y, a la vista de los acontecimientos pol¨ªticos, estoy m¨¢s convencido del proyecto y de la necesidad de confluir en lo que nos une, si no queremos atomizarnos m¨¢s y restar, a causa de la eterna cuesti¨®n del protagonismo y ego¨ªsmo pol¨ªtico.
V¨ªctor Calvo Luna. Valencia
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