Los aguacates amenazan a los elefantes en Kenia
En el Parque Nacional Amboseli, la coexistencia entre el hombre y la fauna salvaje est¨¢ en la cuerda floja. Los cultivos de esta fruta tropical han proliferado, poniendo en peligro el h¨¢bitat de los animales
La decisi¨®n de la justicia en 2021 fue clara: la empresa agr¨ªcola keniana KiliAvo Fresh no pod¨ªa seguir produciendo aguacates en la granja de 72 hect¨¢reas cercana al Parque Nacional Amboseli, al sur de Nairobi, una regi¨®n en la que, seg¨²n los defensores de la diversidad, nunca debieron plantarse. Sin embargo, dos a?os despu¨¦s, un paseo por la zona muestra que la realidad est¨¢ lejos de las ¨®rdenes del tribunal. Tras las cercas electrificadas de casi tres metros, destinadas a frenar hasta a elefantes y jirafas, se pueden ver claramente los surcos frescos en la tierra, ordenados en impecables hileras. Elevando la vista al horizonte, la tierra roja est¨¢ coronada por un muro de vibrantes hojas verdes claras. Son filas enteras de nuevos ¨¢rboles de aguacates all¨ª donde, seg¨²n la corte, la flora y fauna local deber¨ªa de estar regener¨¢ndose tras los embates de la agricultura ilegal sufridos desde 2018. Este diario consult¨® a representantes de KiliAvo Fresh al respecto, pero no hubo respuesta.
A menos de dos kil¨®metros de distancia, la escena se repite. Se trata de una granja mayor, llamada Ngong Veg, de m¨¢s de 200 hect¨¢reas, situada bajo el imponente perfil del monte Kilimanjaro y en un espacio cuasi sagrado para los m¨¢s de 1.800 elefantes de la regi¨®n, del total de los m¨¢s de 36.000 que habitan en Kenia. Es la tarjeta postal de Kenia, aunque la vida diaria en esta zona sea actualmente mucho menos id¨ªlica. La granja, que cultiva varios tipos de verdura y por ahora s¨ª tiene permiso para seguir trabajando, se sit¨²a en el lugar que los elefantes eligieron durante siglos para traer a sus cr¨ªas al mundo. ¡°Antes de la partici¨®n de estas tierras en parcelas individuales (¡) si quer¨ªas ver a un elefante dando a luz pod¨ªas ir ah¨ª¡±, relatan los mas¨¢is. Lo cuentan sentados a la sombra de los pocos y flacos ¨¢rboles que todav¨ªa crecen en la tierra afuera de su boma (en suajili, una empalizada construida con plantas de espinas para defender hogares y ganado), ubicado entre las tierras de KiliAvo Fresh y Ngong Veg.
¡°Los vemos como est¨²pidos, porque vendieron la tierra para comprar pobreza¡±Kimare Mapena, anciano mas¨¢i
Cuando la tierra comenz¨® a dividirse entre las familias mas¨¢is de la zona, hubo due?os que comenzaron a venderlas a particulares y comenzaron a surgir las granjas. ¡°Los vemos como est¨²pidos, porque vendieron la tierra para comprar pobreza¡±, dice amargamente Kimare Mapena, respetado anciano mas¨¢i que vive en tierras rodeadas por las dos granjas. Varias circunstancias impulsaron a algunos pobladores locales a vender: La peor sequ¨ªa en 40 a?os en la regi¨®n, que ha matado una parte importante del ganado; el aumento de choques entre animales y humanos, que llega a 2.000 enfrentamientos al a?o en el condado de Kajiado, donde se sit¨²a el ¨¢rea de conservaci¨®n de Amboseli, seg¨²n el Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS, por sus siglas en ingl¨¦s), y un contexto econ¨®mico nacional complicado. Estos mas¨¢is fueron ¡°bembeleza¡±, literalmente ¡°endulzados¡± en suajili, por personas que les ofrecieron mucho m¨¢s efectivo del que hab¨ªan visto en su vida, dicen algunos pobladores locales.
El veneno o la lanza
A la sombra de una acacia solitaria, Margaret Nayieso, de 50 a?os, recuerda una ¨¦poca en la que no hab¨ªa ese polvo rojo que ahora mancha sus sandalias. ¡°Esto antes era todo pasto, todo verde¡±, dice, mientras estira el brazo, se?alando m¨¢s all¨¢ de las ramas secas llenas de espinas que marcan el per¨ªmetro de su boma.
Las granjas de la zona de Amboseli consumen las magras reservas acu¨ªferas locales, da?an la biodiversidad y alteran las rutas migratorias de los animales locales. La Fundaci¨®n Big Life, que trata de proteger la fauna, concretamente las grandes poblaciones de elefantes de ?frica oriental, considera que la conservaci¨®n sostenible solo puede lograrse mediante un enfoque de colaboraci¨®n con las comunidades locales, pol¨ªtica que trata de aplicar en este parque nacional. Pero, en palabras de Benson Leyian, director ejecutivo de la organizaci¨®n, ¡°la conservaci¨®n del h¨¢bitat todav¨ªa no es competitiva [econ¨®micamente]¡±.
El m¨¦todo de la ONG es pagar a las comunidades mas¨¢is para que no vendan sus propiedades a empresas como KiliAvo Fresh o Ngong Veg, y preservar as¨ª las tierras que rodean el espacio protegido del Parque Nacional Amboseli, que sirven de ¡°corredores¡± abiertos para que los elefantes transiten hacia sus fuentes de agua y alimentos.
Kenia es el mayor productor de aguacates del continente, se sit¨²a entre los cinco primeros exportadores globales y export¨® en 2022 casi 109.000 toneladasFAO
¡°Un granjero me estaba diciendo: ¡®Me pagan 30.000 chelines kenianos (202 euros) por acre por a?o, el otro lado [Big Life] paga 45.000 chelines kenianos (311,9 euros) por mis 60 acres en un a?o. Calcula la diferencia¡±, apunta Jackson Mwato, director ejecutivo de Amboseli Ecosystem Trust, organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro dedicada a la preservaci¨®n de esta zona. ¡°Ese es el desaf¨ªo que tenemos: c¨®mo podemos hacer que las iniciativas para conservar los espacios protegidos paguen m¨¢s¡±.
Porque la b¨²squeda de tierras para cultivar aguacates en Kenia es voraz. Seg¨²n cifras de la Organizaci¨®n de la ONU para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO), el pa¨ªs africano es el mayor productor del continente, se sit¨²a entre los cinco primeros exportadores globales y export¨® en 2022 casi 109.000 toneladas, la mitad de ellas destinadas a pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, Espa?a entre ellos. Kenia es adem¨¢s el primer pa¨ªs africano en entrar al mercado chino y su plan para 2023 es suministrar al gigante asi¨¢tico de al menos 20.000 toneladas, es decir, el 50% del total de aguacates importados por Pek¨ªn.
Cuentan los guardaparques de Big Life en Amboseli que en los ¨²ltimos 10 a?os no ha muerto un solo elefante a manos de los cazadores furtivos, pero s¨ª ha habido tr¨¢gicos choques entre los animales y el hombre. Seg¨²n los informes de la ONG, en 2022 hubo al menos siete muertes de elefantes en estos enfrentamientos y en 2021, al menos tres. El n¨²mero de elefantes tambi¨¦n se ha visto mermado debido a la terrible sequ¨ªa. En noviembre de 2022, el Ministerio de Turismo y Vida Salvaje keniano public¨® un informe en el que calculaba que m¨¢s de 200 elefantes hab¨ªan muerto debido a la falta de agua, en los nueve meses precedentes. Seg¨²n este informe, solo en Amboseli, la sequ¨ªa hab¨ªa provocado la muerte de al menos 76 elefantes en ese periodo.
Para Mwato, la p¨¦rdida de parte del espacio natural de los elefantes, hace que la coexistencia con los humanos tambi¨¦n est¨¦ en la cuerda floja. Por ejemplo, hace algunas semanas un elefante entr¨® en una tienda local, comi¨® todo lo que estaba a su alcance y provoc¨® graves destrozos en el local. ¡°Cuando te encuentras a un elefante en tu tienda comi¨¦ndose tu ma¨ªz, aqu¨ª se aplica o el veneno o la lanza¡±, dice este hombre.
Por ello, Big Life instal¨® unos 100 kil¨®metros de vallas electrificadas para proteger a las comunidades que est¨¢n en la ruta tradicional de los animales, sin provocar ning¨²n da?o a los elefantes. Las alambradas son de baja altura y provocan una peque?a descarga en los m¨²sculos m¨¢s suaves del pecho de los animales para disuadirlos.
¡°Desde tiempos inmemoriales hemos sabido lidiar con los elefantes. Si uno se nos acercaba, sab¨ªamos si era bueno o malo y c¨®mo manejarlo¡±, suspira Margaret Nayieso.
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