Nagendramma Nettem, l¨ªder campesina: ¡°La gente no ve el suelo como algo vivo, pero yo s¨ª. La tierra tiene ya todo lo que necesita¡±
Esta agricultora india recibi¨® la semana pasada el premio Gulbenkian a la Humanidad en nombre de un programa estatal de agroecolog¨ªa que ha permitido mejorar la vida de un mill¨®n de agricultores y planea expandirse a otros pa¨ªses
Nagendramma Nettem enumera, sonriente, los 12 tipos de semillas que cultiva en sus dos hect¨¢reas de tierra en el pueblo de Ghantapuram, en el sureste de India. Recitadas en idioma telugu suenan casi como una canci¨®n. ¡±Mijo, lentejas, girasol, cacahuete y varias oleaginosas. La idea es que si falla una, por una plaga, una inundaci¨®n o una sequ¨ªa, siempre quedan las otras. Resiliencia, resiliencia¡±, repite, en una entrevista con este diario en Lisboa.
La semana pasada, esta campesina y madre de familia de 38 a?os cogi¨® el avi¨®n por primera vez en su vida para recoger el premio a la Humanidad que otorga anualmente en la capital portuguesa la Fundaci¨®n Calouste Gulbenkian en nombre del proyecto de agroecolog¨ªa Andhra Pradesh Community Managed Natural Farming (APCNF). Este programa estatal ha logrado desde 2016 que un mill¨®n de peque?os agricultores de esta regi¨®n, angustiados por el cambio clim¨¢tico, adopten un m¨¦todo natural para cultivar la tierra. Mediante el uso de residuos org¨¢nicos, reducci¨®n del laboreo, reintroducci¨®n de semillas aut¨®ctonas y diversificaci¨®n de cultivos, han logrado aumentar su productividad y han fortalecido el ecosistema.
¡°La gente no ve el suelo como algo vivo, pero yo s¨ª. En ¨¦l hay ya todo lo necesario. ?Qui¨¦n cuida de los bosques? Nadie, se cuidan solos, ?verdad? La tierra tiene ya todo lo que necesita¡±, insiste Nettem, resplandeciente en un sari verde, morado y mostaza. La mujer emana una fuerza y una sabidur¨ªa aut¨¦nticas, que la han convertido hoy en una formadora de otros agricultores y una l¨ªder de la comunidad. En un pa¨ªs en el que hay 120 millones de agricultores, el programa del que forma parte aspira a llegar a ocho millones de agricultores en los pr¨®ximos 10 a?os y tambi¨¦n va a empezar a expandirse fuera de India. El mill¨®n de d¨®lares del premio Gulbenkian se lo repartir¨¢n a partes iguales con el edaf¨®logo Rattan Lal y la iniciativa egipcia SEKEM, tambi¨¦n pioneros en agricultura sostenible.
Pregunta. Vive en una regi¨®n castigada sobre todo por la sequ¨ªa. ?La alternativa era cambiar de forma de cultivar o migrar?
Respuesta. Tal vez no para m¨ª, pero para mis hijos s¨ª. Los j¨®venes del pueblo no ven la agricultura como una forma de vida pr¨®spera, pero desde que este proyecto de agricultura natural comenz¨® a implantarse hemos comprobado que los campos son m¨¢s productivos y resistentes y nuestra esperanza es que los j¨®venes se queden y sigan cultivando la tierra. S¨¦ que lo vamos a lograr.
P. ?Le cost¨® empezar de cero y reaprender a cultivar?
R. Mi pueblo est¨¢ en uno de los distritos m¨¢s alejados de Andhra Pradesh. Cultivaba una huerta de 800 metros cuadrados y, al igual que mis vecinos, depend¨ªa del agua de lluvia. Las cosas no iban bien. Est¨¢bamos sufriendo constantemente sequ¨ªas fuertes y a veces inundaciones. Las mujeres del pueblo est¨¢bamos ya organizadas desde hac¨ªa a?os para ayudarnos entre nosotras y un d¨ªa llegaron al pueblo un grupo de personas y nos explicaron que pod¨ªa haber otra forma de relacionarnos con nuestra tierra. Nos aseguraron que nuestros costes se reducir¨ªan, la producci¨®n aumentar¨ªa y sentir¨ªamos r¨¢pidamente los efectos positivos en nuestra salud y en el ecosistema.
P. ?La convencieron?
R. Bueno, pens¨¦ que por qu¨¦ no intentarlo. No consegu¨ªa salir de ese c¨ªrculo de p¨¦rdidas y me dije que igual podr¨ªa cambiar algunas cosas. Lo que termin¨® de convencerme fueron los argumentos con respecto a la salud. Mi hija mayor, que ten¨ªa 11 a?os en ese momento, ten¨ªa un problema de baja hemoglobina en la sangre y tambi¨¦n estaba perdiendo progresivamente la vista. Lo hice por ella, sobre todo. Fue un proceso lento, hab¨ªa que limpiar el suelo y necesitamos orientaci¨®n y formaci¨®n para hacerlo. En cuanto empezamos a consumir las verduras producidas de forma natural, comenc¨¦ a sentir efectos positivos en la salud de mi hija, que hoy se encuentra muy bien.
En India, ya estamos presentes en 12 Estados y fuera de India hemos despertado inter¨¦s en unos 45 pa¨ªses. Este a?o vamos a iniciar proyectos y formaciones en Zambia, Ruanda, Indonesia, M¨¦xico, Sri Lanka y Kenia.
P. ?Otras familias del pueblo han adoptado esta nueva forma de cultivar?
R. Al principio solo unos pocos, pero ahora ya somos m¨¢s de 100 familias. Algunos hemos ampliado nuestras tierras, yo, por ejemplo, siembro ya en dos hect¨¢reas. Antes solo cultivaba cacahuetes, pero ahora tengo m¨¢s de 12 variedades diferentes: mijo, lentejas, girasol, cacahuete y varias oleaginosas. La idea es que si falla una, por una plaga, una inundaci¨®n o una sequ¨ªa, siempre quedan las otras. Resiliencia, resiliencia.
P. ?Y ha sido rentable?
R. Claro que s¨ª. Vendo parte de mi producci¨®n o la intercambio y eso me ha permitido ampliar la superficie cultivada. Como media, los agricultores del pueblo ganamos un 50% m¨¢s.
P. Este es un proyecto liderado fundamentalmente por mujeres.
R. En la agricultura natural participan mujeres y hombres, pero es verdad que las mujeres han tomado las riendas del programa en muchos lugares. No es algo que se haya decidido. Ya est¨¢bamos a cargo de las tierras antes y lo estamos ahora. Mi marido, por ejemplo, como ve¨ªa que los campos no daban ganancias, busc¨® trabajo como conductor. Pero yo segu¨ª adelante. Cuando empec¨¦ con la agricultura natural ¨¦l era muy esc¨¦ptico, pero ahora ha vuelto a trabajar conmigo. Toda mi familia est¨¢ implicada en el trabajo de la tierra.
Los suelos resisten ahora a largos periodos de sequ¨ªa. Aunque no llueva, la cosecha aguanta. Y si hay inundaciones, el agua se filtra, no se estanca, as¨ª que el cultivo sigue protegido.
P. ?Por qu¨¦ este programa, que aparentemente es tan simple y obvio, es una referencia?
R. Yo creo que justamente por eso, porque es sencillo. Cualquier agricultor en el mundo puede adoptarlo. No dependes de material o de t¨¦cnicas que vienen de fuera. Todo est¨¢ disponible en tu pueblo: esti¨¦rcol y orina del ganado, por ejemplo, usados como fertilizantes, cuestan cero y est¨¢n ah¨ª al alcance de cualquiera. En resumen, nuestros costes bajaron, los riesgos disminuyeron y los rendimientos aumentaron. ?C¨®mo no va a funcionar algo as¨ª? Y por encima de todo, es un proyecto vinculado a nuestra tradici¨®n, porque antes, el ganado y la agricultura iban de la mano.
P. ?C¨®mo hace frente la agricultura natural a los embates clim¨¢ticos?
R. Los suelos resisten ahora a largos periodos de sequ¨ªa. Aunque no llueva, la cosecha aguanta. Y si hay inundaciones, el agua se filtra, no se estanca, as¨ª que el cultivo sigue protegido. Adem¨¢s, la fisiolog¨ªa de las plantas est¨¢ transform¨¢ndose y hay hojas capaces de absorber el agua del aire, como ocurre con los cactus. Por ejemplo, a finales del a?o pasado tuvimos un cicl¨®n fuerte, el Michaung. Muchas cosechas se echaron a perder por los fuertes vientos, pero nuestros campos sobrevivieron. Es el poder de la armon¨ªa con la naturaleza: el tronco de nuestros ¨¢rboles es m¨¢s fuerte, las ra¨ªces son m¨¢s profundas.
P. Usted tiene el t¨ªtulo de ¡°campeona en agricultura¡± dentro del programa. ?Qu¨¦ significa eso?
R. Ahora formo a otras personas, les acompa?o cuando inician el cambio a la agricultura natural. Porque nuestro proyecto se expande. En India, ya estamos presentes en 12 Estados y fuera de India hemos despertado inter¨¦s en unos 45 pa¨ªses. Este a?o vamos a iniciar proyectos y formaciones en Zambia, Ruanda, Indonesia, M¨¦xico, Sri Lanka y Kenia.
P. ?Por qu¨¦ este premio es importante?
R. Nosotros queremos inspirar a otros y este premio sin duda nos ayudar¨¢. Adem¨¢s, el dinero del galard¨®n nos facilitar¨¢ la expansi¨®n a estos seis pa¨ªses en los que hay ya planes de trabajar juntos. Los premios en s¨ª no son importantes, pero s¨ª sus efectos. Ojal¨¢ haya muchos agricultores que adopten este m¨¦todo y la madre naturaleza siga fortaleci¨¦ndose. Porque es un sistema que funciona. La gente no ve el suelo como algo vivo, pero yo s¨ª. La tierra tiene ya todo lo que necesita. ?Qui¨¦n cuida de los bosques? Nadie, se cuidan solos, ?verdad? Pues en nuestras tierras pasa un poco lo mismo.
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