Los robos de agua a causa de la sequ¨ªa tensionan la capital de Zambia: ¡°No duermo, estoy siempre en guardia¡±
M¨¢s de seis millones de zambianos sufren la escasez de suministro y la mitad de los hogares se abastecen con pozos excavados en los patios, que son saqueados durante la noche para revender el l¨ªquido
¡°Los ladrones de agua van armados. Nos asaltan por la noche, se meten en los pozos y ganan dinero vendi¨¦ndola. Dejan secos mi huerto y los grifos de mi casa¡±, asegura Zandile Phiri, una viuda de 55 a?os y residente en Chiboyla, la barriada m¨¢s conflictiva de Lusaka, la capital de Zambia. ¡°No duermo; estoy siempre en guardia¡±, explica. Se refiere a los ladrones que asaltan los pozos ya sobreexplotados de las barriadas marginales de la ciudad para vender el agua a hoteles, a campos de golf o a piscinas. Las luchas por el l¨ªquido caldean los ¨¢nimos de unos habitantes que sufren la sequ¨ªa que trajo el fen¨®meno de El Ni?o desde enero, agravada por una deficiente red de agua corriente.
Las frecuentes sequ¨ªas, inundaciones y olas de calor debidas al cambio clim¨¢tico han causado la campa?a agr¨ªcola m¨¢s seca en 40 a?os en este pa¨ªs del sur de ?frica, con 84 de sus 116 distritos afectados por la p¨¦rdida de cosechas, la muerte de ganado y la creciente pobreza e inseguridad alimentaria. El presidente declar¨® el estado de desastre nacional a finales de febrero, despu¨¦s de cinco semanas sin lluvias. M¨¢s de 6 de los 20 millones de habitantes de Zambia necesitan asistencia humanitaria urgente, seg¨²n advert¨ªa la Federaci¨®n Internacional de la Cruz Roja a finales de mayo. En la capital, donde se calcula que el 70% de sus m¨¢s de tres millones de habitantes viven en asentamientos informales, la falta de agua es acuciante, seg¨²n Edgar Dombo, directivo recientemente jubilado del Departamento de Aguas de Lusaka.
Dombo explica que, debido a la falta de redes de peque?as presas y al deterioro de las conexiones municipales de agua corriente, la mayor¨ªa de los hogares de los barrios de Zambia se abastecen excavando pozos de unos cinco metros de profundidad en sus patios. Seg¨²n un informe de ONU-Habitat de 2023, solo el 50% de los hogares en Lusaka tienen acceso a agua potable y el 41% a servicios de saneamiento. ¡°Los pozos carecen de licencia. Son ineficaces. Rezuman agua cuando llueve en el pa¨ªs, y en a?os secos como 2023 y 2024, se secan. Las peleas por el agua tambi¨¦n se vuelven peligrosas¡±, afirma.
Los ladrones organizados merodean por los suburbios durante la noche, momento que aprovechan para robar el agua de los pozos empleando carretillas mec¨¢nicas y peque?os camiones con el fin de revenderla a hoteles, iglesias, terratenientes, complejos aur¨ªferos y ¡°otros municipios sedientos¡± para ganar dinero, seg¨²n Paul Chilima, jefe del Comit¨¦ de Vigilancia Vecinal de Chiboyla.
El sargento Daudi Kwinje, de la unidad de la Brigada contra el Crimen Organizado de la Polic¨ªa de Zambia, se?ala que, desde octubre, se han registrado en este suburbio ocho enfrentamientos entre comunidades, que causaron 20 heridos graves, y se han efectuado 40 detenciones durante los choques entre los comit¨¦s de vigilancia vecinal y los asaltantes nocturnos. ¡°Los ladrones de agua no tienen miedo. Trabajan en grupo por la noche, van armados con cuchillos y asaltan los pozos de agua m¨¢s productivos¡±, explica.
Los sospechosos nos dicen que los que compran el agua robada son hoteles ¡®boutique¡¯, restaurantes de lujo, tintorer¨ªas, promotores de campos de golf y gestores de piscinasDaudi Kwinje, sargento de la Brigada contra el Crimen Organizado de la Polic¨ªa de Zambia
Los interrogatorios a los detenidos sugieren que existe una red de compradores adinerados ¨¢vidos de agua en los barrios m¨¢s ricos de Lusaka, como Manda Hill, en el este, donde no es f¨¢cil perforar pozos de agua por la superficie rocosa. ¡°Los sospechosos nos dicen que los que compran los carros de agua robados en los barrios marginales de renta baja son algunos de los hoteles boutique, restaurantes de lujo, tintorer¨ªas, promotores de campos de golf y gestores de piscinas¡±, sostiene el sargento.
Bila Akim, un paisajista que dise?a c¨¦spedes, calzadas y jardines de palmeras para propietarios adinerados de la capital de Zambia, explica que Lusaka tiene muy pocas infraestructuras para proporcionar agua corriente a los hogares, ni siquiera en los distritos hoteleros ricos. Aunque aclara que ¨¦l no encarga a los ladrones que vayan a asaltar pozos de barriadas pobres, Akim apunta que se ganan bien la vida al vender un carro de 100 litros de agua por 50 d¨®lares, unos 46 euros.
¡°Lusaka ya era una ciudad con escasez de agua antes de la sequ¨ªa de El Ni?o. Dudo mucho de que su red municipal de tuber¨ªas, construida en la d¨¦cada de 1960, pueda seguir suministrando agua corriente siquiera al 49% de los hogares. Sin embargo, nuestro trabajo de construcci¨®n de jardines para hoteles, campos de golf y viviendas para gente acomodada requiere camiones de agua a granel a diario. Los ladrones de agua han visto un hueco en el mercado¡±, detalla Akim.
Stella Zakaria, responsable de seguridad de las infraestructuras h¨ªdricas de Lusaka, niega que sea la incapacidad para mantener una red de distribuci¨®n de agua corriente moderna la que haya dejado la ciudad con una malla de pozos sin licencia y desordenados, que fallan en a?os de emergencias clim¨¢ticas. La ciudad es la v¨ªctima, sostiene: ¡°Cada vez que tendemos tuber¨ªas municipales, hechas de acero y pl¨¢stico, los delincuentes sabotean la infraestructura y la desvalijan para revenderla en mercados de metales. As¨ª se desperdicia el 30% del agua corriente¡±, insiste Zakaria, que dice que el Gobierno municipal sospecha que existe una relaci¨®n entre los saboteadores y los ladrones nocturnos de agua.
Agon¨ªa en las ciudades africanas
O¡¯Brien Nhachi, experto en clima y antiguo analista del Centro para la Gobernanza de los Recursos Naturales, con sede en Harare (Zimbabue), afirma que lo que est¨¢ ocurriendo en Lusaka es un ejemplo de la agon¨ªa por falta de agua que sufren muchas ciudades africanas.
Las sequ¨ªas e inundaciones clim¨¢ticas est¨¢n da?ando las redes de presas mal mantenidas que fueron construidas en las ciudades en los a?os cincuenta, en la ¨¦poca colonial. El r¨¢pido crecimiento de la poblaci¨®n provoca disputas por el agua entre industrias y hogares, y los pozos subterr¨¢neos aparecen sin ninguna planificaci¨®n y ponen a prueba las capas fre¨¢ticas naturales de las ciudades.
¡°Estos pozos subterr¨¢neos son la ¨²ltima esperanza para mantener a raya la sed y conservar los huertos dom¨¦sticos cuya importancia es vital. Lamentablemente, las sequ¨ªas tambi¨¦n est¨¢n afectando gravemente estos pozos¡±, asume Nhachi. ¡°Los saqueadores de agua de Lusaka no son m¨¢s que un s¨ªntoma de que las cat¨¢strofes clim¨¢ticas y la mala gesti¨®n del agua por fin se han visto las caras¡±, afirma.
A medida que la crisis clim¨¢tica asfixie a ciudades como Lusaka, las luchas comunitarias por el agua ser¨¢n m¨¢s costosas y turbias, pero m¨¢s rentables para los delincuentesShamiso Mupara, ge¨®grafa y activista de la reforestaci¨®n
Zandile Phiri, la viuda cuyo pozo sufre los asaltos nocturnos, asegura que muchos vecinos han renunciado a mantener los huertos, esenciales para evitar el hambre en los hogares. Mientras habla, Phiri activa una palanca mec¨¢nica que facilita el trabajo de sacar agua: ¡°La capa fre¨¢tica est¨¢ muy baja debido a la sequ¨ªa y al calor. Solo saco unos cubos al d¨ªa para cocinar para mis hijos. No queda mucha agua para regar las zanahorias, el ma¨ªz, las coles o alimentar a mis conejos. Y por si fuera poco, unos ladrones desalmados asaltan el agua cada noche¡±, detalla Phiri.
Conforme la crisis clim¨¢tica se cierne sobre las ciudades de la regi¨®n, aumenta el riesgo de que el estr¨¦s h¨ªdrico provoque una profunda criminalidad y violencia comunitaria, seg¨²n la ge¨®grafa y activista de la reforestaci¨®n Shamiso Mupara. Apunta a ciudades cercanas como Johannesburgo o Tshwane, ¨¢reas sedientas de Sud¨¢frica donde bandas conocidas como las ¡°mafias del agua¡± se dedican, supuestamente, a sabotear infraestructuras h¨ªdricas a escala industrial y se apropian de camiones para abastecer a los hogares secos. ¡°A medida que la crisis clim¨¢tica asfixie a ciudades como Lusaka, las luchas comunitarias por el agua ser¨¢n m¨¢s costosas y turbias, pero m¨¢s rentables para los delincuentes¡±, concluye Mupara.
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