Los yemen¨ªes recurren a la le?a ante la carest¨ªa del combustible y pese al avance de la desertificaci¨®n
Con los precios del gas y el queroseno disparados debido a la guerra civil desde 2014, los ciudadanos talan cada vez m¨¢s ¨¢rboles en un territorio en el que el desierto avanza. Solo las panader¨ªas de la capital consumen anualmente en madera el equivalente a unos 866.400 ¨¢rboles talados
Los diez a?os de guerra civil en Yemen pr¨¢cticamente han arruinado el negocio de Tawfiq Al-Hubaishi, propietario de una panader¨ªa de San¨¢, al igual que le ha sucedido a la mayor¨ªa de las empresas en su pa¨ªs natal. Las estrictas restricciones impuestas a los cargamentos de combustible que llegan a los puertos del Mar Rojo ¡ªagudizadas por los incesantes ataques a embarcaciones de rebeldes hut¨ªes¡ª han paralizado los servicios esenciales y disparado los precios del gas y el queroseno en el pa¨ªs. La situaci¨®n ya llevaba tiempo al borde del colapso: una bombona de gas en el mercado negro lleg¨® a costar casi 34 d¨®lares (unos 31 euros) en 2017 y la compa?¨ªa nacional de gas cerr¨® 1.200 estaciones de servicio en 2021.
Seg¨²n Al-Hubaishi, el combustible siempre hab¨ªa sido asequible y f¨¢cilmente accesible, pero, cuando estall¨® el conflicto en 2014, entre el Gobierno y los rebeldes hut¨ªes, hogares y negocios se vieron obligados a recurrir a la opci¨®n m¨¢s rentable: la le?a. Las autoridades advierten de que esta transici¨®n ha provocado la deforestaci¨®n masiva de bosques en todo Yemen, amenazando gravemente la ya escasa vegetaci¨®n del pa¨ªs. Este panadero yemen¨ª no se plantea el devastador impacto medioambiental de la madera que usa para trabajar. ¡°La mayor¨ªa de las panader¨ªas dependen de la le?a, no solo la m¨ªa¡±, se justifica, garantizando que si el Gobierno consiguiera reducir los precios del combustible, volver¨ªa a comprarlo.
El pueblo yemen¨ª sufre una de las peores crisis humanitarias de este siglo, con 24 millones de personas, un 80% de la poblaci¨®n, que necesitan ayuda humanitaria, seg¨²n la ONU. Seg¨²n un informe de septiembre de 2023 de la organizaci¨®n no gubernamental Yemen Family Care Association, la sequ¨ªa y el aumento de las temperaturas han aumentado la desertizaci¨®n y la deforestaci¨®n del pa¨ªs del 90% de 2014 al 97% en 2022.
La Constituci¨®n yemen¨ª de 1995 proh¨ªbe la tala excesiva en su art¨ªculo 10, pero entre 2018 y 2021 se han talado unos cinco millones de ¨¢rboles en un ¨¢rea de unos 213 kil¨®metros cuadrados, dijo a la agencia Reuters Abdullah Abul Futuh, director general de Biodiversidad y Reservas Naturales de la Autoridad General para la Protecci¨®n del Medio Ambiente en San¨¢. Solo las panader¨ªas de la capital consumen anualmente en le?a el equivalente de unos 866.400 ¨¢rboles talados, seg¨²n la misma fuente.
Sahil Al-Tahim, le?ador de la provincia de Hadidah, es uno de esos yemen¨ªes a los que no les queda m¨¢s remedio que infringir la ley. ¡°Vender le?a es la ¨²nica forma que tengo de llevar comida a la mesa para mis hijos¡±, explica. ¡°Tambi¨¦n mantengo a otras cuatro familias, porque tengo a cuatro hombres trabajando conmigo¡±.
¡°La deforestaci¨®n agrava la erosi¨®n del suelo, lo que provoca que las infraestructuras y las comunidades sean m¨¢s vulnerables a las inundaciones y a la invasi¨®n de arena¡±, se?ala por su parte Muhammad Al-Hakimi, consejero delegado de la Fundaci¨®n Sue?o Verde para Estudios y Consultas Ambientales. ¡°La combinaci¨®n de sequ¨ªa, altas temperaturas y disminuci¨®n de las precipitaciones intensifica a¨²n m¨¢s la desertificaci¨®n, causando da?os a la vegetaci¨®n y a la agricultura, al agotar la humedad del suelo y la tierra f¨¦rtil¡±, agrega.
Iniciativas para frenar la deforestaci¨®n
A Abdul Karim Al-Kharaz, consultor yemen¨ª sobre medio ambiente y clima, le preocupa que, a pesar de la degradaci¨®n de la menguada cubierta forestal a causa de la tala y la deforestaci¨®n, tanto el Gobierno de Ad¨¦n, reconocido internacionalmente, como el Gobierno hut¨ª de San¨¢ parecen estar descuidando la vegetaci¨®n del pa¨ªs. ¡°La protecci¨®n del medio ambiente y los proyectos de plantaci¨®n de ¨¢rboles no entran en sus planes, a pesar de que disponen de financiaci¨®n¡±, explica. ¡°No hay ning¨²n proyecto para compensar la p¨¦rdida de bosques o rehabilitar las zonas taladas¡±.
El director general del Departamento de Bosques y Desertificaci¨®n del Ministerio de Agricultura en San¨¢, Abdu Madar, discrepa de la idea de que haya fondos disponibles. En su opini¨®n, hacer frente a esta crisis representa un reto formidable para la poblaci¨®n de Yemen. ¡°La falta de recursos para contar con patrullas sobre el terreno es un obst¨¢culo importante. Sin la mano de obra adecuada, vigilar y prevenir eficazmente la tala excesiva resulta imposible¡±, se?ala, y a?ade que la falta de colaboraci¨®n con las fuerzas policiales locales dificulta a¨²n m¨¢s los esfuerzos de conservaci¨®n. En 2019, el Departamento Forestal y de Desertificaci¨®n envi¨® una carta oficial a la oficina del primer ministro solicitando la prohibici¨®n de la entrada de camiones de le?a en las capitales de las ciudades, pero sus llamadas no obtuvieron respuesta, relata Madar. ¡°Yemen se enfrenta a una amenaza inminente de desertificaci¨®n, con c¨¢lculos que indican que m¨¢s del 90% del suelo est¨¢ en peligro¡±, asegura.
Mientras tanto, han surgido algunas iniciativas para conservar los bosques de Yemen. ¡°Entendemos las circunstancias que atraviesa Yemen debido a la pobreza, la interrupci¨®n de los salarios, el bloqueo y la subida del precio del gas, sobre todo porque hay quienes est¨¢n llevando a cabo talas ilegales, no de ¨¢rboles corrientes, sino de ¨¢rboles perennes¡±, dice Adel Shali, funcionario y tambi¨¦n director de la Fundaci¨®n Cultural y de Desarrollo de la ciudad de Hajjah, una entidad privada. Para el experto, estos ¨¢rboles, que tardan d¨¦cadas en crecer, son testigos de la historia y la civilizaci¨®n de los antepasados yemen¨ªes y, si se cortan para venderlos, no se pueden reemplazar. ¡°La fundaci¨®n ha tomado medidas estrictas, entre ellas denunciar y sancionar a los implicados en talas ilegales. Durante las primeras fases de la iniciativa, se acord¨® denunciar a todo aquel que talara ¨¢rboles perennes y presionar a las autoridades para que impongan castigos¡±, explica. ¡°En algunos distritos, especialmente en los que son tristemente famosos por la industria del carb¨®n vegetal, recibimos denuncias de talas ilegales de acacias, uno de los ¨¢rboles silvestres esenciales para las abejas. Estas denuncias se trataron con seriedad y decisi¨®n en su momento, y se pudo disuadir a los infractores¡±, agrega, felicit¨¢ndose porque, desde que se puso en marcha la iniciativa de reforestaci¨®n, casi no ha habido incidentes de tala en la regi¨®n.
Shali destaca la importancia de educar a la sociedad sobre la trascendencia que la preservaci¨®n de la vegetaci¨®n tiene para el patrimonio y las tradiciones de Yemen, con la ayuda de j¨®venes voluntarios que reciben formaci¨®n para documentar el n¨²mero de ¨¢rboles perennes y llevar a cabo campa?as de sensibilizaci¨®n.
En los dos ¨²ltimos a?os, la Fundaci¨®n Cultural y de Desarrollo ha colaborado con varios organismos para ampliar los esfuerzos de reforestaci¨®n, lo que ha resultado en la plantaci¨®n de m¨¢s de 60.000 ¨¢rboles, con especial atenci¨®n a los azufaifos, las plantas del caf¨¦ y otros ¨¢rboles arom¨¢ticos. Sin embargo, los problemas de financiaci¨®n impiden la intensificaci¨®n de estas campa?as, y la fundaci¨®n busca activamente apoyos para proteger los numerosos ¨¢rboles hist¨®ricos y perennes amenazados.
En el distrito de Suwayr, en la provincia de Amran, las tribus de la zona llegaron en 2021 a un acuerdo para prohibir la tala de ¨¢rboles. Uno de los promotores de este acuerdo se?ala que, en caso de infracci¨®n, el trasgresor es condenado a pagar una multa y a 10 d¨ªas de prisi¨®n. ¡°Desde 2015, y con la subida de los precios del combustible, nuestros pueblos se han visto afectados por la tala para obtener le?a¡±, afirma el promotor, que desea permanecer en el anonimato por motivos de seguridad, y a?ade que, gracias, al acuerdo, en los ¨²ltimos tres a?os, 10 personas han sido detenidas y la tala excesiva se ha reducido considerablemente en Suwayr.
Muhammad Al-Hakimi, de la Fundaci¨®n Sue?o Verde, cree que, aunque estas iniciativas son dignas de elogio, para mitigar los efectos negativos se necesitan soluciones sist¨¦micas, como replantear la distribuci¨®n del gas de cocina, centrarse en la venta directa y reducir los monopolios. ¡°Tambi¨¦n es necesario un plan de gesti¨®n forestal, una normativa m¨¢s estricta sobre la tala y una mayor sensibilizaci¨®n de la comunidad sobre los peligros de la deforestaci¨®n¡±, se?ala. ¡°Lo que necesitamos, en definitiva, es una estrategia nacional para proteger la biodiversidad y hacer frente a los desastres clim¨¢ticos¡±, reitera.
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