De Sud¨¢n a Siria, pasando por Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo: Un a?o de desplazados alrededor del mundo
Acnur, la Agencia de la ONU para los refugiados, hace balance a trav¨¦s de im¨¢genes de este 2024, un a?o en el que los nuevos conflictos, la agudizaci¨®n de las crisis y los desastres provocados por la emergencia clim¨¢tica han provocado el ¨¦xodo de casi 123 millones de personas, seg¨²n datos de finales de junio
Planeta Futuro
Incluso para los est¨¢ndares de los ¨²ltimos a?os, 2024 ha sido un a?o de agitaci¨®n en el que han estallado nuevos conflictos, se agudizaron las crisis existentes y se multiplicaron los desastres provocados por el clima. Como resultado, el n¨²mero de personas obligadas a huir de sus hogares por conflictos y persecuciones alcanz¨® casi los 123 millones a finales de junio. Una cifra que, sin duda, ha aumentado a¨²n m¨¢s con la escalada del conflicto en Oriente Pr¨®ximo y los cientos de miles de personas que siguen huyendo de la violencia en Sud¨¢n, Ucrania, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y otros lugares del mundo.
Mientras aumentan los nuevos desplazamientos, millones de personas se encuentran atrapadas en situaciones de exilio prolongado, sin poder regresar a sus hogares de forma segura y sin la posibilidad de reconstruir sus vidas en los sitios a los que han huido. Se necesitan soluciones urgentes, no solo para poner fin a los conflictos, sino tambi¨¦n para que los refugiados y otros desplazados forzosos tengan la oportunidad de contribuir a sus nuevas comunidades. En la imagen, edificios bombardeados en la ciudad de Tiro, en el sur del L¨ªbano, el 30 de noviembre de 2024, d¨ªas despu¨¦s de la entrada en vigor del alto el fuego.
UNHCR/Ximena BorrazasLa guerra y el derramamiento de sangre en Sud¨¢n no han cesado este 2024. El conflicto ha impulsado el ¨¦xodo de la poblaci¨®n y provocado una de las mayores crisis de desplazamiento a nivel mundial, mientras el mundo miraba en gran medida hacia otro lado. Desde el estallido de los combates en abril de 2023, m¨¢s de 12 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares. Esto incluye m¨¢s de 3 millones de personas que han huido a pa¨ªses vecinos y 8,4 millones de desplazados internos. El conflicto ha tenido un impacto devastador en la seguridad alimentaria, ya que m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n se enfrenta ahora al hambre aguda. Los sudaneses llegan desesperados a pa¨ªses vecinos, como Chad, Sud¨¢n del Sur y Egipto, donde los servicios sanitarios, educativos y sociales nacionales se est¨¢n resintiendo y la financiaci¨®n de la comunidad internacional es insuficiente para cubrir las carencias de esta poblaci¨®n. La estaci¨®n de lluvias empeor¨® las condiciones ya de por s¨ª terribles de los campamentos superpoblados, tanto dentro de Sud¨¢n como en Chad y Sud¨¢n del Sur, donde las inundaciones generalizadas contribuyeron a brotes de c¨®lera y malaria. En 2025, si los esfuerzos de paz fracasan y la guerra contin¨²a, se prev¨¦ que el n¨²mero de personas obligadas a huir supere los 16 millones, una cifra que pondr¨ªa a prueba los esfuerzos por satisfacer incluso las necesidades humanitarias m¨¢s b¨¢sicas.???En la imagen, refugiados sudaneses reci¨¦n llegados a la ciudad fronteriza de Adr¨¦, en el este de Chad.ACNUR/Andrew McConnell A partir de finales de septiembre, la intensificaci¨®n de los ataques a¨¦reos israel¨ªes golpe¨® docenas de ciudades en todo el L¨ªbano, matando a miles de personas y desplazando a casi 900.000 dentro del pa¨ªs. Otras 557.000 personas cruzaron a Siria, en su mayor¨ªa sirios que hab¨ªan hecho a?os antes el viaje inverso a L¨ªbano en busca de seguridad. Tras un fr¨¢gil alto el fuego que entr¨® en vigor el 27 de noviembre, muchos desplazados han comenzado a regresar al sur del pa¨ªs, pero m¨¢s de dos meses de ataques han reducido muchas zonas a escombros y la reconstrucci¨®n podr¨ªa llevar a?os. Acnur y sus socios de la ONU y las ONG est¨¢n proporcionando ayuda de emergencia y kits de invierno a los desplazados y retornados, pero se necesitan muchos m¨¢s fondos. Acnur ha pedido en repetidas ocasiones un alto el fuego duradero que ponga fin al sufrimiento en L¨ªbano y Gaza y ha solicitado la reanudaci¨®n de la financiaci¨®n cr¨ªtica a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).? En la fotograf¨ªa, varias personas que huyen de los ataques a¨¦reos israel¨ªes en L¨ªbano cruzan la frontera de Jdeidet Yabous hacia Siria, el 7 de octubre de 2024. ACNUR/Houssam Hariri
Una ofensiva lanzada por grupos armados el 27 de noviembre desemboc¨® el 8 de diciembre en el derrocamiento del r¨¦gimen del sirio Bachar el Asad. Esto ha generado esperanza de que se ponga fin a la mayor crisis de desplazados del mundo, y tambi¨¦n incertidumbre sobre el futuro inmediato del pa¨ªs. Antes de estos acontecimientos, m¨¢s de 13 millones de personas permanec¨ªan desplazadas dentro de Siria o en pa¨ªses vecinos. Tras casi 14 a?os de conflicto, las necesidades humanitarias alcanzan niveles r¨¦cord en medio de la destrucci¨®n generalizada de hogares e infraestructuras y el colapso econ¨®mico. Desde el inicio de la ofensiva, alrededor de un mill¨®n de personas ¡ªen su mayor¨ªa mujeres y ni?os¡ª se han visto desplazadas de zonas como las provincias de Alepo, Hama, Homs e Idlib, muchas de ellas por segunda vez. Tras el derrocamiento del Gobierno, miles de sirios han regresado espont¨¢neamente al pa¨ªs desde L¨ªbano y Turqu¨ªa, mientras que otros han huido en la otra direcci¨®n. Millones de refugiados sirios siguen de cerca los acontecimientos en su pa¨ªs para evaluar si la transici¨®n de poder ser¨¢ pac¨ªfica y respetar¨¢ sus derechos y permitir¨¢ un retorno seguro. En la fotograf¨ªa, una mujer ofrece dulces a las personas que cruzan en coche la frontera entre L¨ªbano y Siria en Masnaa, L¨ªbano, el 8 de diciembre de 2024ACNUR/Ximena Borrazas?M¨¢s de 1.000 d¨ªas despu¨¦s de que Rusia lanzara la invasi¨®n a gran escala de Ucrania, miles de ucranios han muerto y 6,7 millones se han convertido en refugiados, incluidos los 400.000 que cruzaron a Europa en busca de seguridad entre enero y agosto de este a?o. Los ataques a¨¦reos coordinados se han intensificado en ciudades como Kiev, J¨¢rkov, Odesa y Dnipr¨® y la poblaci¨®n sigue huyendo o siendo evacuada de sus hogares en las zonas del este del pa¨ªs cercanas a la l¨ªnea del frente, uni¨¦ndose a los m¨¢s de 3,5 millones de desplazados internos. Innumerables ni?os est¨¢n sin escolarizar, estudiando online o, en algunas de las zonas m¨¢s afectadas, en refugios subterr¨¢neos para evitar los frecuentes bombardeos a¨¦reos. Acnur colabora con el Gobierno de Ucrania para apoyar la respuesta humanitaria, as¨ª como los esfuerzos de reconstrucci¨®n. Sin embargo, en contraste con la masiva recepci¨®n de apoyo y solidaridad con Ucrania al comienzo de la guerra, esta corre el riesgo de convertirse en otra crisis olvidada. El pa¨ªs se encuentra en su tercer invierno en guerra, y los ataques a las infraestructuras energ¨¦ticas, que interrumpen el suministro de calefacci¨®n, electricidad y agua, hacen que se avecinen dificultades para millones de personas. Valentyna Zavadska, de 63 a?os, se encuentra entre las ruinas de su casa en la regi¨®n de Mikolaiv, al sur de Ucrania. Ha recibido ayuda del Acnur y sus socios para construir un espacio habitable en un edificio adyacente.
ACNUR/Felicia Monteverde HolmgrenM¨¢s de tres a?os despu¨¦s de la llegada al poder de los talibanes, en agosto de 2021, los afganos siguen lidiando con una crisis econ¨®mica persistente, el legado de d¨¦cadas de conflicto, los crecientes efectos del cambio clim¨¢tico y la reducci¨®n de los derechos y libertades de mujeres y ni?as. Aunque la situaci¨®n general a nivel de seguridad ha mejorado, el pa¨ªs sigue dependiendo en gran medida de la ayuda humanitaria. Los refugiados retornados recientemente y los que siguen desplazados dentro de Afganist¨¢n son especialmente vulnerables y necesitan apoyo, que Acnur est¨¢ proporcionando en forma de ayuda en efectivo, refugio, capacitaci¨®n y formaci¨®n profesional. Las devastadoras y repentinas inundaciones de mayo y julio provocaron destrucci¨®n y desplazamientos generalizados en comunidades que ya estaban luchando contra m¨²ltiples crisis. En agosto, las autoridades de facto anunciaron una nueva ley de Promoci¨®n de la Virtud y Prevenci¨®n del Vicio, que introduc¨ªa nuevas restricciones a las libertades de las mujeres, incluyendo las de movimiento, vestimenta y comportamiento, as¨ª como a los derechos de las minor¨ªas religiosas y de las personas LGBTQI+. Estas restricciones ¡ªcombinadas con las crecientes presiones econ¨®micas¡ª est¨¢n teniendo un grave efecto en el bienestar y la salud mental de los afganos, especialmente de las mujeres afganas, lo que hace que las intervenciones psicosociales del Acnur sean m¨¢s necesarias que nunca. En la imagen, un ni?o sentado entre las ruinas de la casa de su familia en la provincia de Baghlan, Afganist¨¢n, despu¨¦s de que esta fuera destruida por una inundaci¨®n repentina en mayo de 2024.Acnur/ FARAMARZ BARZIN
La crisis de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC) sigue siendo una de las m¨¢s complejas y desatendidas del mundo. D¨¦cadas de enfrentamientos entre las fuerzas armadas congole?as y diversos grupos armados no estatales han ido acompa?adas de violaciones generalizadas de los derechos humanos y violencia de g¨¦nero, dejando a 6,4 millones de personas desplazadas dentro del pa¨ªs y a m¨¢s de un mill¨®n viviendo como refugiados en la regi¨®n. El recrudecimiento de los combates en las provincias orientales del pa¨ªs oblig¨® a huir a m¨¢s de 940.000 personas solo en el primer semestre de 2024. Muchos viven ahora hacinados en lugares de desplazamiento insalubres, donde son vulnerables a los continuos riesgos de seguridad y a las enfermedades, incluido el virus mpox. Este a?o, la RDC ha estado en el epicentro de un brote de mpox, con algunos casos sospechosos entre refugiados y desplazados. Acnur est¨¢ proporcionando ayuda de emergencia, como refugios, mantas y kits de cocina, as¨ª como apoyo psicol¨®gico para tratar los traumas, pero su capacidad para responder a la crisis en la RDC se est¨¢ viendo obstaculizada por una grave escasez de fondos.? Un trabajador de divulgaci¨®n comunitaria sensibiliza sobre el mpox en un campo de desplazados de Rusayo, en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, el 26 de septiembre de 2024.Acnur/GUERCHOM NDEBOM¨¢s de siete a?os despu¨¦s de que unos 750.000 rohingya huyeran de la violenta represi¨®n en el estado de Rakhine, en Myanmar, hacia Banglad¨¦s, las soluciones a la crisis siguen siendo dif¨ªciles de alcanzar. En Myanmar, la escalada del conflicto armado durante el ¨²ltimo a?o ha empeorado las condiciones de los rohingya que permanecen en Rakhine y ha provocado niveles r¨¦cord de desplazamiento interno en todo el pa¨ªs. El deterioro de la situaci¨®n de seguridad ha tenido un efecto domin¨® en el mill¨®n de refugiados rohingya que viven al otro lado de la frontera banglades¨ª en 33 campos en Cox's Bazar. La escasez de fondos tambi¨¦n ha obstaculizado gravemente los esfuerzos para apoyar a los refugiados en los campos, lo que ha provocado que las raciones de alimentos se redujeran en el primer semestre del a?o, que los centros de salud carecieran de equipos especializados y medicamentos y que la calidad del agua disminuyera, lo que ha provocado un aumento de los casos de c¨®lera y hepatitis. Los campamentos tambi¨¦n se han visto afectados por una serie de cat¨¢strofes medioambientales, desde incendios devastadores en la estaci¨®n seca hasta corrimientos de tierras e inundaciones repentinas en la estaci¨®n lluviosa. El empeoramiento de las condiciones en los campos est¨¢ empujando a m¨¢s rohingya a arriesgarse a tomar peligrosas rutas mar¨ªtimas hacia Indonesia y otros lugares.? En la imagen, refugiados rohingya que llegan a Ulee Madon, en Aceh del Norte (Indonesia), procedentes de Banglad¨¦s, descargan sus pertenencias.Acnur/AMANDA JUFRIANCon 2024 en camino de ser el a?o m¨¢s c¨¢lido jam¨¢s registrado, los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos causaron estragos en todo el mundo. Su impacto fue especialmente devastador en zonas ya afectadas por conflictos o que acogen a un gran n¨²mero de desplazados forzosos. Un informe publicado por Acnur en noviembre revel¨® que tres cuartas partes de los desplazados forzosos viven en pa¨ªses muy afectados por el cambio clim¨¢tico, mientras que la mitad vive en lugares afectados tanto por conflictos como por graves riesgos clim¨¢ticos. Muchos de los que han huido de los combates corren el riesgo de volver a ser desplazados por la sequ¨ªa y las graves inundaciones. As¨ª ocurri¨® en Kenia, Burundi y Somalia entre marzo y mayo, cuando las fuertes lluvias arrasaron ?frica Oriental, inundando campos de refugiados y desplazados internos. Tambi¨¦n en mayo, m¨¢s de medio mill¨®n de personas del sur de Brasil se vieron desplazadas por las inundaciones, entre ellas refugiados y personas necesitadas de protecci¨®n internacional procedentes de Venezuela, Hait¨ª y Cuba. Este a?o, las inundaciones catastr¨®ficas tambi¨¦n han afectado a desplazados en Yemen, Sud¨¢n y en toda ?frica Occidental y Central. Adem¨¢s de proporcionar ayuda de emergencia a los afectados por estas cat¨¢strofes, Acnur pide que se destine m¨¢s financiaci¨®n clim¨¢tica a los refugiados y las comunidades de acogida para ayudarles a prepararse y adaptarse a los efectos cada vez peores del cambio clim¨¢tico.??En la fotograf¨ªa, inundaciones en el estado brasile?o de Rio Grande do Sul. En muchos de los barrios m¨¢s afectados viv¨ªan refugiados.Acnur/DANIEL MARENCOLa violencia de g¨¦nero es una amenaza para las mujeres y las ni?as en todo el mundo, y se calcula que una de cada tres mujeres se ve afectada por ella, seg¨²n la ONU. Para las mujeres atrapadas en conflictos u obligadas a huir de sus hogares, los riesgos son a¨²n mayores, y las cifras sugieren que la amenaza crece a medida que se multiplican las guerras. Solo el a?o pasado, las denuncias de violencia sexual relacionada con los conflictos aumentaron un 50%, incluso teniendo en cuenta que muchas v¨ªctimas no pudieron buscar ayuda. En Sud¨¢n, mujeres y ni?as denuncian niveles espeluznantes de violencia sexual en zonas afectadas por conflictos y mientras huyen a pa¨ªses vecinos. En la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, las mujeres y las ni?as se est¨¢n llevando la peor parte del conflicto, con un aumento vertiginoso de las violaciones y de la explotaci¨®n sexual por parte de miembros de la comunidad. En Afganist¨¢n, las crecientes restricciones impuestas a mujeres y ni?as y los elevados ¨ªndices de violencia de g¨¦nero han contribuido a una crisis de salud mental. Acnur trabaja con comunidades de refugiados y de acogida, y con socios locales para proporcionar apoyo psicosocial, alojamiento seguro, asistencia jur¨ªdica y en efectivo a las supervivientes, al tiempo que pone en marcha programas para prevenir la violencia antes de que se produzca. Josefina Cheia, oficial de violencia de g¨¦nero de Acnur en Mozambique, hace un gesto con la mano que significa "alto a la violencia contra las mujeres y las ni?as".?
Acnur/H?L?NE CAUXEste a?o ha concluido la campa?a #IBelong, de una d¨¦cada de duraci¨®n, liderada por Acnur. Durante ese tiempo, m¨¢s de medio mill¨®n de personas de todo el mundo que viv¨ªan en la sombra, privadas de su derecho a una nacionalidad, han adquirido la ciudadan¨ªa. En la ¨²ltima d¨¦cada, al menos 22 Estados adoptaron planes de acci¨®n nacionales para acabar con la apatridia y este a?o, Turkmenist¨¢n sigui¨® los pasos de Kirguizist¨¢n anunciando que hab¨ªa erradicado todos los casos conocidos de apatridia en el pa¨ªs. Tailandia tambi¨¦n dio un gran paso hacia el fin de la apatridia con la aprobaci¨®n de una v¨ªa acelerada hacia la residencia permanente y la nacionalidad para casi medio mill¨®n de personas, incluidos miembros de grupos ¨¦tnicos minoritarios, mientras que Sud¨¢n del Sur se adhiri¨® a dos convenciones clave sobre apatridia. Con mucho trabajo a¨²n por hacer, Acnur lanz¨® en octubre una nueva Alianza Global para Acabar con la Apatridia que incluye a m¨¢s de 100 Estados y organizaciones de la sociedad civil que se han comprometido a relegar la apatridia a la historia.?Adolat Shabozova, en el centro de la imagen, ha recibido ecientemente un pasaporte tras muchos a?os viviendo como ap¨¢trida en Tayikist¨¢n.Acnur/ELYOR NEMATDurante el verano, 45 atletas y atletas paral¨ªmpicos refugiados compitieron en los Juegos Ol¨ªmpicos y Paral¨ªmpicos de Par¨ªs 2024, formando los equipos de refugiados m¨¢s numerosos de la historia en ambos eventos. Durante la ceremonia de apertura de los Juegos Ol¨ªmpicos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, fue galardonado con el Laurel Ol¨ªmpico por su trabajo y el de Acnur, utilizando el poder del deporte para mejorar la vida de los refugiados y otras personas desplazadas. La boxeadora Cindy Ngamba gan¨® la primera medalla de la historia del Equipo Ol¨ªmpico de Refugiados, un bronce en la categor¨ªa femenina de 75 kg, mientras que otros miembros del equipo que compet¨ªan en 12 deportes batieron r¨¦cords personales y mostraron al mundo su talento y determinaci¨®n. Unas semanas m¨¢s tarde, en los Juegos Paral¨ªmpicos, Zakia Khudadadi y Guillaume Junior Atangana, junto con su corredor gu¨ªa Donard Ndim Nyamjua, consiguieron hist¨®ricas medallas de bronce en la prueba femenina de taekwondo adaptado y en la masculina de 400 metros T11, respectivamente, acaparando titulares y arrojando luz sobre los 18 millones de personas con discapacidad que se calcula que hay desplazadas forzosas en todo el mundo. Acnur se asoci¨® con el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, la Olympic Refuge Foundation y el Comit¨¦ Paral¨ªmpico Internacional para apoyar a los refugiados en los Juegos Ol¨ªmpicos y Paral¨ªmpicos.?En la imagen, miembros del Equipo Ol¨ªmpico de Refugiados durante la ceremonia de inauguraci¨®n en Par¨ªs el 26 de julio de 2024. COI/David Burnett