Ya se han perdido dos a?os de escuela. Ni uno m¨¢s
Es demasiado tarde para evitar la peor crisis de aprendizaje en la historia de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Pero no lo es para mitigar su impacto en los ni?os, ni?as, adolescentes, los padres y nuestras comunidades
Melany Verano esper¨® 19 meses para volver a su escuela en las afueras de Lima, Per¨². ¡°No ten¨ªa internet, ni computadora. Solo el celular de mi mam¨¢. No pod¨ªa aprender¡±, cuenta la ni?a de 10 a?os. ¡°Cuando volv¨ª a mi clase en octubre, me sent¨ª alegre de estar con mi profesor y mis compa?eros. No los hab¨ªa visto desde que cerraron los colegios¡±.
Cuando escucho a Melany, me veo a m¨ª misma a?os atr¨¢s. Una ni?a que crec¨ªa en una zona remota de Honduras, pero afortunada de estar empoderada por la educaci¨®n.
A pesar de haber perdido gran parte de sus clases presenciales, Melany se considera ahora una de las afortunadas. Casi dos de cada cinco estudiantes en Am¨¦rica Latina y el Caribe segu¨ªan fuera de las aulas a finales de 2021, seg¨²n estimaciones de Unicef. La buena noticia es que 12 pa¨ªses de la regi¨®n hab¨ªan reabierto completamente los centros escolares en todo el pa¨ªs a finales del a?o pasado y otros, como Panam¨¢ y Per¨², est¨¢n a punto de unirse a ellos cuando el a?o lectivo comience en marzo.
?micron amenaza con invertir esta tendencia positiva. A medida que la variante de la covid-19 se extiende por Am¨¦rica Latina y el Caribe, algunos gobiernos est¨¢n considerando prolongar el cierre. Una cosa que sabemos con certeza es que los riesgos que corren los ni?os, ni?as y adolescentes al no asistir a la escuela son mayores que los de volver a ella.
La pandemia ha demostrado que la ense?anza a distancia debe ser accesible a todos los ni?os, ni?as y adolescentes, pero no puede sustituir a la ense?anza presencial. Los datos de Am¨¦rica Latina y el Caribe sugieren que, a pesar de los esfuerzos realizados por los gobiernos, maestros y padres, los menores de edad han aprendido mucho menos durante la pandemia, y en particular los m¨¢s vulnerables. Por ejemplo, en varios estados brasile?os, casi tres de cada cuatro en el segundo grado han visto disminuido su nivel promedio para la lectura, frente a uno de cada dos antes de la pandemia.
El impacto negativo del cierre de colegios va m¨¢s all¨¢ de la p¨¦rdida de aprendizaje. Confinados en casa y aislados de sus amigos y de los maestros que les apoyan, la infancia se ha enfrentado a grandes riesgos para su seguridad y su salud mental, y ha perdido el acceso a las comidas y a los servicios sanitarios que se ofrecen en las instalaciones educativas.
Se calcula que 2,1 millones de alumnos de Am¨¦rica Latina y el Caribe corren el riesgo de abandonar sus estudios. En una de las regiones m¨¢s desiguales y violentas del mundo, un ni?o, una ni?a o adolescente alejado de las aulas suele correr el riesgo de convertirse en un potencial recluta para las bandas o de verse obligado a emigrar. Las ni?as corren el riesgo de ser obligadas a casarse o a quedarse embarazadas, lo que en muchos casos significa ser v¨ªctimas de abusos sexuales.
Los costos a largo plazo son elevados para ellos y para la sociedad. Estimaciones recientes, sugieren que el cierre de las escuelas en todo el mundo podr¨ªa costar a esta generaci¨®n de estudiantes un total de 17 billones de d¨®lares en ganancias potenciales a lo largo de su vida.
En una de las regiones m¨¢s desiguales y violentas del mundo, un ni?o, una ni?a o adolescente alejado de las aulas suele correr el riesgo de convertirse en un potencial recluta para las bandas o de verse obligado a emigrar
Mientras los gobiernos responden a las nuevas variantes de la covid-19, las escuelas deben permanecer abiertas para todos ellos. Es esperanzador ver que las tasas de vacunaci¨®n contra la covid-19 aumentan en toda Am¨¦rica Latina y el Caribe. Unicef anima encarecidamente a los pa¨ªses a que se aseguren de que los grupos prioritarios, incluidos los maestros y maestras, est¨¦n totalmente protegidos, y solo entonces consideren los posibles beneficios de vacunar a ni?os, ni?as y adolescentes.
La vacunaci¨®n contra la covid-19 no debe ser un requisito previo para el aprendizaje presencial. Ning¨²n estudiante debe enfrentarse a barreras para volver a la escuela. La experiencia demuestra que las medidas de prevenci¨®n de la infecci¨®n en ellas -como las mascarillas, el distanciamiento f¨ªsico y el lavado de manos¨C pueden ayudar a mantenerlas abiertas y proteger a los estudiantes y al personal.
En la crisis actual, la reapertura de los centros requiere esfuerzos adicionales por parte de todos nosotros. Ahora m¨¢s que nunca, debemos invertir m¨¢s en educaci¨®n para recuperar el aprendizaje de los ni?os, ni?as y adolescentes. Volver al aula de manera presencial es cr¨ªtico, pero no es suficiente para que los alumnos y alumnas sigan aprendiendo. En tiempos de covid-19, la clave es aumentar la calidad de la educaci¨®n, incluido el acceso a herramientas digitales para desarrollar nuevas habilidades y prepararse para un futuro mejor.
Ahora m¨¢s que nunca, debemos invertir m¨¢s en educaci¨®n para recuperar el aprendizaje de los ni?os, ni?as y adolescentes
Sin embargo, el gasto en educaci¨®n represent¨® menos del 1% del gasto de est¨ªmulo ante la crisis de la covid-19 en Am¨¦rica Latina y el Caribe, la segunda tasa m¨¢s baja solo por detr¨¢s de Asia y el Pac¨ªfico. Se necesita mucha m¨¢s financiaci¨®n para ayudar a los ni?os, ni?as y adolescentes a regresar, ponerse al d¨ªa y prosperar, especialmente a los que han abandonado sus estudios.
Es demasiado tarde para evitar la peor crisis de aprendizaje en la historia de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Pero no es demasiado tarde para mitigar su impacto en los ni?os, ni?as, adolescentes, los padres y nuestras comunidades. La evidencia nos dice que podemos y debemos mantener las escuelas abiertas. Las historias de alumnos como Melany y yo misma nos demuestran que nada puede sustituir las experiencias compartidas en persona con maestros, maestras, amigos y amigas.
Muchos de los ni?os, ni?as y adolescentes de Am¨¦rica Latina y el Caribe ya han perdido dos a?os de escolarizaci¨®n presencial, y no pueden permitirse perder un tercero.
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