Los desconocidos riesgos m¨¦dicos del cambio clim¨¢tico
El calentamiento del planeta plantea amenazas directas e indirectas para la salud, a menudo ignoradas o subestimadas. Para adelantarse a ellas, debe garantizarse la continuidad de la atenci¨®n sanitaria despu¨¦s de las emergencias y a lo largo de la vida de los afectados
Cuando los desastres naturales obligan a hacer la maleta y huir en busca de seguridad, la gente suele dejar atr¨¢s objetos importantes. Despu¨¦s de la temporada de incendios forestales de 2007 en California se estim¨® que, por lo menos, un miembro de la familia de cada hogar olvidaba medicaci¨®n recetada en la evacuaci¨®n. De la misma manera, cuando el hurac¨¢n Harvey amenaz¨® con inundar la casa de mi madre en Texas, en agosto de 2017, se olvid¨® de recoger su medicaci¨®n en su apuro por escapar del paso de la tormenta, a pesar de que, normalmente, era meticulosa cuando empacaba para un viaje.
El cambio clim¨¢tico contribuye a la mayor severidad y frecuencia de este tipo de desastres. Por este motivo, impedir las interrupciones en la atenci¨®n sanitaria y satisfacer las necesidades m¨¦dicas desatendidas de los desplazados se convertir¨¢ en una tarea cada vez m¨¢s urgente. Ya sabemos que el clima extremo genera migraci¨®n y apatridia, con el consiguiente desplazamiento de 21,5 millones de personas por a?o (41 personas por minuto). Los huracanes, ciclones, inundaciones e incendios forestales por lo general alteran el acceso a servicios preventivos (como los controles oncol¨®gicos de rutina), servicios de salud mental y tratamientos para enfermedades cr¨®nicas. Debido a una sequ¨ªa severa y a la guerra civil, muchos refugiados sirios perdieron acceso a la atenci¨®n m¨¦dica y luego se descubri¨® que padec¨ªan enfermedades cr¨®nicas como c¨¢ncer, hipertensi¨®n y diabetes.
Debido a una sequ¨ªa severa y a la guerra civil, muchos refugiados sirios perdieron acceso a la atenci¨®n m¨¦dica. Luego se descubri¨® que padec¨ªan enfermedades cr¨®nicas como c¨¢ncer, hipertensi¨®n y diabetes
Los desastres generados por el clima plantean amenazas directas e indirectas a la continuidad de la atenci¨®n m¨¦dica. Seg¨²n un estudio de 2019 del Journal of General Internal Medicine, la tasa de supervivencia a diez a?os de las pacientes con c¨¢ncer de mama cuyo tratamiento se vio directamente interrumpido por el hurac¨¢n Katrina fue marcadamente peor que la de un grupo de control.
De la misma manera, se sabe que las exposiciones indirectas a sustancias qu¨ªmicas, pat¨®genos transmitidos por el agua y el aire y contaminaci¨®n atmosf¨¦rica como consecuencia de desastres naturales aumentan el riesgo de c¨¢ncer. Durante el hurac¨¢n Harvey, por ejemplo, se inundaron plantas qu¨ªmicas y refiner¨ªas de petr¨®leo, liberando sustancias generadoras de c¨¢ncer al ambiente circundante. Y los investigadores advierten que las sustancias hoy inertes, como el lindano de los insecticidas, pueden volverse cancer¨ªgenas con el recalentamiento del planeta.
Los incendios forestales plantean amenazas similares, no solo porque destruyen hogares e instalaciones de atenci¨®n m¨¦dica, sino tambi¨¦n porque queman part¨ªculas peligrosas que est¨¢n en el aire, lo que aumenta el riesgo de muerte por c¨¢ncer de pulm¨®n, de mama y de h¨ªgado. Los ataques card¨ªacos, los derrames cerebrales y los trastornos respiratorios como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva cr¨®nica suelen ser algunas de las consecuencias de las llamas. Una nueva investigaci¨®n, realizada en el curso de 20 a?os, demuestra que la gente que viv¨ªa en un radio de 50 kil¨®metros de los incendios forestales en Canad¨¢ present¨® un riesgo 10% mayor de tumores cerebrales incidentales y un riesgo 4,9% m¨¢s alto de c¨¢ncer de pulm¨®n comparado con gente que viv¨ªa en zonas m¨¢s alejadas.
Sin m¨¢s iniciativas para mantener la continuidad de la atenci¨®n sanitaria, la temporada anual de incendios forestales puede llegar a conocerse como la temporada del c¨¢ncer
Mientras que los esfuerzos de ayuda necesariamente se centran en las consecuencias inmediatas de los desastres, estos efectos directos e indirectos en la salud tienden a persistir. Sin m¨¢s iniciativas para mantener la continuidad de la atenci¨®n, la temporada anual de incendios forestales puede llegar a conocerse como la temporada del c¨¢ncer.
Necesitamos con urgencia enfoques m¨¢s equitativos para abordar los mayores riesgos de c¨¢ncer y enfermedades cr¨®nicas producto de las emergencias clim¨¢ticas. Las alertas m¨®viles y las listas de control para la atenci¨®n de las enfermedades cr¨®nicas pueden ayudar a salvar vidas durante emergencias y evacuaciones. Adem¨¢s de garantizar un refugio seguro, los protocolos de preparaci¨®n para desastres tambi¨¦n deber¨ªan incluir medidas para ofrecer remedios bajo receta m¨¦dica comunes, telemedicina, servicios de salud mental virtuales, capacitaci¨®n online para situaciones de crisis destinada a proveedores de atenci¨®n m¨¦dica y directrices sobre los tratamientos estratificados por recursos.
Entre las muchas tragedias de la crisis clim¨¢tica est¨¢ que quienes han contribuido menos al problema son los que soportan la peor parte de los costes. Para resolver esta desigualdad, la Uni¨®n Internacional contra el C¨¢ncer y sus socios han lanzado la Coalici¨®n de Acceso a Remedios Oncol¨®gicos, con el objetivo de mejorar el acceso a medicamentos contra el c¨¢ncer en pa¨ªses de bajos ingresos y de ingresos medios-bajos.
Entre las muchas tragedias de la crisis clim¨¢tica est¨¢ que quienes han contribuido menos al problema son los que soportan la peor parte de los costes
Una cuesti¨®n relacionada es la huella de carbono del sector de la salud. La atenci¨®n quir¨²rgica es reconocida por sus aportes a las emisiones de gases de efecto invernadero. Administrar anestesia sevoflurano durante una hora equivale a conducir un veh¨ªculo a combusti¨®n interna unos 32 kil¨®metros, mientras que una hora de desflurano es, aproximadamente, como conducir casi 650 kil¨®metros. Como resultado de ello, el Departamento de Anestesiolog¨ªa de Michigan Medicine ha introducido una Iniciativa de Anestesia Verde para explorar maneras de reducir las emisiones del campo, por ejemplo promoviendo un mayor uso de sevoflurano en lugar de desflurano. Recientemente, los l¨ªderes del sector de la atenci¨®n m¨¦dica han prometido recortar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Finalmente, si bien sabemos que la gente desplazada por el cambio clim¨¢tico es v¨ªctima de una serie de riesgos sanitarios, hace falta m¨¢s investigaci¨®n y educaci¨®n para mejorar la manera en que entendemos esta cuesti¨®n amplia y compleja. Por ejemplo, hay que aprender m¨¢s sobre c¨®mo las olas de calor sofocantes, la escasez de agua, la inseguridad alimentaria, las comorbilidades y los efectos deshidratantes del tratamiento contra el c¨¢ncer podr¨ªan amplificar las disparidades asociadas con malos resultados oncol¨®gicos en el caso de la gente desplazada por las emergencias clim¨¢ticas.
Abordar la creciente crisis sanitaria generada por el clima es un imperativo moral para la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, los gobiernos, los profesionales de la sanidad y los grupos de defensa de la salud. Nuestra capacidad para llevar vidas saludables depende de tener un planeta saludable. Frente a los cambios del clima, tambi¨¦n deben cambiar nuestras pol¨ªticas y protocolos sanitarios.
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