La nueva cooperaci¨®n europea: entre la madurez y el olvido
Entrar en la competici¨®n internacional por la influencia y el acceso a recursos parece necesario si la UE no quiere quedarse atr¨¢s en la carrera por posicionarse en las nuevas l¨®gicas internacionales. No obstante, esta transformaci¨®n no deber¨ªa suponer un sacrificio de sus principios e ideales
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, el mundo ha sufrido profundas transformaciones que han tenido su eco en la ciudadan¨ªa y los gobernantes europeos, y su traducci¨®n en nuevas reformas y pol¨ªticas del proyecto com¨²n. La crisis financiera, la clim¨¢tica, la covid-19 y el conflicto en Ucrania han generado un profundo per¨ªodo de reflexi¨®n que ha desembocado en una intensificaci¨®n de la integraci¨®n y la cooperaci¨®n entre los Estados miembros.
Una de las reflexiones y transformaciones clave tiene que ver con la pol¨ªtica exterior. El contexto internacional se ha caracterizado en esta ¨²ltima d¨¦cada por la emergente tensi¨®n entre Estados Unidos y China por el control de las zonas estrat¨¦gicas de recursos y mercados internacionales. As¨ª, la nueva acci¨®n exterior europea se ha reenfocado en asegurar que los pa¨ªses de la Uni¨®n no tengan ninguna dependencia externa en la obtenci¨®n de recursos clave como la energ¨ªa, medicamentos o alimentos, entre otros. Adem¨¢s, a esta prioridad de primer orden se suman los objetivos de transici¨®n de verde y de digitalizaci¨®n, tanto a nivel interno como global.
Este nuevo enfoque de la acci¨®n exterior ha tenido a su vez un impacto profundo en el dise?o de la nueva pol¨ªtica de cooperaci¨®n. Esta se puede sintetizar de la siguiente manera. En cuanto a las prioridades, las relaciones con los socios ser¨¢n horizontales y atender¨¢n a los intereses y objetivos de ambos, frente al cl¨¢sico enfoque donante-receptor; se potencia la ayuda financiera frente a la t¨¦cnica, especialmente en todo lo referente a infraestructuras de comunicaciones, sostenibilidad y transporte; se priorizan los sectores verde, digital y probablemente el componente de seguridad, especialmente con relaci¨®n a los socios del este, y pierde peso el componente social, as¨ª como el de derechos humanos y de promoci¨®n de la democracia, pierden fuerza los programas regionales y la dimensi¨®n multilateral (muy conectada con el escaso avance comercial) y ganan fuerza las asociaciones bilaterales.
La nueva estrategia de cooperaci¨®n presenta s¨ªntomas preocupantes, especialmente en relaci¨®n con una posible p¨¦rdida de valores y de las se?as de identidad hist¨®ricas de esta pol¨ªtica exterior
Una primera valoraci¨®n de este balance sobre las l¨ªneas hacia las que parece orientarse la cooperaci¨®n europea puede resumirse en, primero, un cierto grado de madurez que hasta ahora se hab¨ªa caracterizado por su visi¨®n cosmopolita y especialmente solidaria frente a sus principales competidores, que han desplegado hist¨®ricamente estrategias m¨¢s agresivas y orientadas a sus intereses estrat¨¦gicos, ya fuesen estos comerciales, de recursos, financieros o de seguridad ciudadana. En un entorno de tensiones geopol¨ªticas, de p¨¦rdida de gobernanza global y de l¨®gicas nacionalistas ¨Cy en muchos casos de dudosa afinidad antidemocr¨¢tica¨C, un cierto repliegue hacia los intereses propios y hacia las alianzas fiables parece una aproximaci¨®n m¨¢s sensata, realista y adecuada al entorno actual.
Sin embargo, esta nueva estrategia tambi¨¦n presenta s¨ªntomas preocupantes, especialmente en relaci¨®n con una posible p¨¦rdida de valores y de las se?as de identidad hist¨®ricas de la cooperaci¨®n europea y de su pol¨ªtica exterior. El proyecto europeo se ha caracterizado por promover, a nivel global, un proceso de integraci¨®n y cooperaci¨®n entre naciones como la v¨ªa m¨¢s eficaz para alcanzar la paz, la democracia y en ¨²ltima instancia un cierto grado de gobernanza global y regional. Y segundo, por apoyar los esfuerzos y las pol¨ªticas sociales con un fuerte componente redistributivo, que promoviesen ciudadan¨ªas m¨¢s cohesionadas, es decir, desarrollar los Estados del bienestar y las clases medias como seguros de la equidad social y econ¨®mica.
Estas han sido las se?as de identidad del proyecto europeo en el mundo y las que la han diferenciado de otras grandes potencias con un enfoque m¨¢s instrumental. Entrar en la competici¨®n internacional por la influencia y el acceso a recursos parece necesario si la UE no quiere quedarse atr¨¢s en la carrera por posicionarse en las nuevas l¨®gicas internacionales. No obstante, esta transformaci¨®n no deber¨ªa suponer un sacrificio de los principios e ideales que han constituido el coraz¨®n del proyecto europeo y que han permitido inspirar a otras naciones en el mismo sentido. La b¨²squeda de un equilibrio adecuado entre principios altruistas y un cierto enfoque realista y pragm¨¢tico en la arena internacional es el gran reto al que se enfrentan los estrategas europeos y del que depender¨¢ la orientaci¨®n de los programas de cooperaci¨®n europeos.
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