?Donante global o regional? La cooperaci¨®n internacional de la Uni¨®n Europea tras la crisis de Ucrania

Adem¨¢s de los mapas de la seguridad, la econom¨ªa o las migraciones, la guerra en Ucrania ha transformado en apenas unas semanas la cooperaci¨®n internacional para el desarrollo.

La Uni¨®n Europea es el primer donante mundial (con diferencia) y hace de la ayuda al desarrollo uno de los buques insignia de su proyecci¨®n en el mundo. Geogr¨¢ficamente, esta ayuda se concentra en ?frica y Europa y, sectorialmente, se reparte entre respuestas a emergencias, apoyo a la gobernanza y la sociedad civil, a proyectos y programas energ¨¦ticos y agr¨ªcolas, a la mejora de las condiciones educativas y sanitarias y, tambi¨¦n, a la atenci¨®n a refugiados en territorio de la UE, siendo esta partida el primer destino de la cooperaci¨®n europea.

El c¨®mputo como ayuda al desarrollo del apoyo a los refugiados en territorio comunitario no ha estado exento de pol¨¦mica y ser¨¢ precisamente este hecho el que explique el incremento de la ayuda europea y el vuelco hacia Europa del Este en su orientaci¨®n geogr¨¢fica, al menos en el pr¨®ximo a?o. Si la denominada crisis migratoria de 2015 ¨Cen torno a un mill¨®n de personas a lo largo de ese a?o¨C multiplic¨® por cuatro la ayuda de toda la UE para asistencia a refugiados (de unos 1.821 millones de euros anuales en a?os previos a m¨¢s de 9.109 en 2015), cabe esperar que la crisis actual, que ha provocado el mismo n¨²mero de desplazados en solo una semana, pulverice este r¨¦cord.

As¨ª, en el corto plazo, esta nueva crisis de refugiados cambiar¨¢ radicalmente el perfil sectorial y geogr¨¢fico de la UE como donante.

Ahora bien, surge la duda de qu¨¦ ocurrir¨¢ a medio plazo. La UE podr¨ªa replegarse en el actor local y regional, ensimismado en sus problemas internos y preocupado por sus fronteras Este y, en menor medida, Sur, que describ¨ªa la Estrategia Global de 2016 en la era prepand¨¦mica y preb¨¦lica. O, por el contrario, podr¨ªa elevar su perfil como donante, incorporando este reto, nuevo y may¨²sculo, a una larga lista de desaf¨ªos, entre los que ya se incluyen la gesti¨®n de la salud global, la gobernanza del cambio clim¨¢tico, la necesidad de reconfigurar sus relaciones con ?frica, de pensar m¨¢s estrat¨¦gicamente su alianza con Am¨¦rica Latina, o, en t¨¦rminos m¨¢s generales, de avanzar en el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030.

Al menos dos elementos indican que la UE podr¨ªa elevar su nivel de ambici¨®n y, con ello, su perfil como donante global.

El primero est¨¢ en los cambios institucionales que se han venido produciendo en la cooperaci¨®n al desarrollo europea en los ¨²ltimos a?os. El instrumento Global Europe, de cerca de 80.000 millones de euros (12% m¨¢s que la herramienta anterior), fusiona herramientas antes dispersas como el Fondo Europeo de Desarrollo (FED), el Instrumento para la Estabilidad y la Paz o el Instrumento Europeo de Vecindad y Asociaci¨®n (IEVA). La l¨®gica de este cambio est¨¢, por una parte, en simplificar la ejecuci¨®n de los fondos europeos, dotando de mayor capacidad de reacci¨®n y, por otra, forzar la coexistencia de la ayuda con otros ¨¢mbitos de la acci¨®n exterior como las migraciones o la seguridad, con todas las ventajas y todos los riesgos que esto supone.

En la misma l¨ªnea, de la mano de Global Europe y de la pandemia, se han creado tambi¨¦n Team Europe y Global Gateway, en este segundo caso, adem¨¢s, orientado a dar respuesta (emul¨¢ndola) a la cooperaci¨®n al desarrollo china y a su Iniciativa de la Franja y la Ruta. En definitiva, ya antes de que se produjera la invasi¨®n de Ucrania e incluso antes de que se declarara la pandemia, Europa se estaba equipando para ser un donante global.

A pesar de la larga sombra de la Gran Recesi¨®n o de la dif¨ªcil digesti¨®n del Brexit, en un contexto de crisis clim¨¢tica, sanitaria y ahora tambi¨¦n humanitaria, Europa, sencillamente, no puede permitirse actuar a escala regional

El segundo elemento est¨¢ en las propias caracter¨ªsticas del conflicto, que es global, no regional. Si bien se da en territorio europeo, tanto el conflicto en s¨ª como las respuestas que se le est¨¢n dando involucran a actores extra-europeos, como Estados Unidos. El esfuerzo diplom¨¢tico por llevar en un tiempo r¨¦cord a toda la comunidad internacional a tomar partido en la Asamblea General de Naciones Unidas es buena prueba de ello. Y si el conflicto es global, interpelando a aliados de Europa en ?frica, Asia o Am¨¦rica Latina, esos mismos socios tambi¨¦n interpelar¨¢n a la Uni¨®n Europea en su rol de primer donante mundial.

A pesar de la larga sombra de la Gran Recesi¨®n o de la dif¨ªcil digesti¨®n del Brexit, en un contexto de crisis clim¨¢tica, sanitaria y ahora tambi¨¦n humanitaria, Europa, sencillamente, no puede permitirse actuar a escala regional. Si esta es la lectura que se est¨¢ haciendo en Bruselas y en las capitales europeas, veremos una consolidaci¨®n de los presupuestos de ayuda al desarrollo en los pr¨®ximos a?os, m¨¢s all¨¢ de los gastos destinados a la primera atenci¨®n a refugiados ucranianos.

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