Un paso m¨¢s hacia la reconstrucci¨®n sostenible europea
La Uni¨®n Europea se comprometi¨® a reducir sus emisiones en un 20% y lo cumpli¨®. Sin embargo, no todos los pa¨ªses avanzaron por igual. Con la taxonom¨ªa verde se busca ofrecer una definici¨®n clara de lo que es y no es sostenible, as¨ª como reconducir las inversiones y evitar el llamado ¡®greenwashing¡¯
En 2019, la Uni¨®n Europea anunci¨® el Pacto Verde Europeo (The European Green Deal) poniendo la mirada en la sostenibilidad ambiental y la descarbonizaci¨®n bajo el paraguas de la transici¨®n ecol¨®gica. Es as¨ª como, a d¨ªa de hoy, se est¨¢ haciendo hincapi¨¦ en la lucha contra el cambio clim¨¢tico y la transformaci¨®n del modelo energ¨¦tico basado en las energ¨ªas limpias.
En 2020, la UE se comprometi¨® en reducir sus emisiones en un 20%; y lo cumpli¨® alcanzando el 22,1%. Sin embargo, no todos los pa¨ªses avanzaron por igual. Francia, por ejemplo, fue el ¨²nico pa¨ªs que no alcanz¨® este objetivo, qued¨¢ndose en el 19,1%.
Con la mirada puesta en el futuro, y a pesar de que inicialmente la Uni¨®n Europea fij¨® como objetivo la reducci¨®n de emisiones del 40% para 2030, el a?o pasado esta meta se modific¨® para poder alcanzar el 55%, teniendo la neutralidad clim¨¢tica en el horizonte 2050. Este objetivo obliga a replantearse no solo el sistema energ¨¦tico, sino el financiero, hacia los sectores que aceleren la descarbonificaci¨®n y a la vez, ofrezcan garant¨ªas y seguridad para todos los inversores que apuesten por la energ¨ªa verde en Europa.
Pero, ?qu¨¦ se considera una inversi¨®n verde?
De esta cuesti¨®n nace la llamada taxonom¨ªa verde, donde se agrupan e incluyen todas aquellas actividades e iniciativas susceptibles de recibir inversiones, tanto p¨²blicas como privadas, que puedan ser consideradas sostenibles. Con esta taxonom¨ªa, la Uni¨®n Europea busca ofrecer una definici¨®n clara de lo que es y no es sostenible, as¨ª como reconducir las inversiones y evitar el llamado greenwashing o lavado de cara verde, en su traducci¨®n espa?ola. Es decir, que se anuncien como sostenibles productos financieros que en realidad no lo son. Para muchos sectores, como la banca, los gestores financieros y las aseguradoras, estar dentro de este etiquetado verde es clave para poder acceder a las ayudas e inversiones del Green Deal o pacto verde.
Esta taxonom¨ªa verde establece y fija distintas condiciones generales que una actividad econ¨®mica debe cumplir para ser considerada ambientalmente sostenible. Adem¨¢s, establece seis objetivos medioambientales en las que debe encajar: la mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico, la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico, el uso sostenible y la protecci¨®n de los recursos h¨ªdricos y marinos, la transici¨®n a una econom¨ªa circular, la prevenci¨®n y el control de la contaminaci¨®n y, finalmente, la protecci¨®n y restauraci¨®n de la biodiversidad y los ecosistemas.
Cabe destacar que, en la redacci¨®n del documento para definir esta taxonom¨ªa verde, entraron en juego los intereses nacionales de cada pa¨ªs miembro, teniendo en cuenta que cada uno tiene un sistema energ¨¦tico diferente y los avances hacia la transici¨®n ecol¨®gica van a distintas velocidades. A modo de ejemplo, Francia pidi¨® que se incluyera en la taxonom¨ªa las inversiones en energ¨ªa nuclear, mientras que Alemania y otros pa¨ªses del Este de Europa hicieron lo propio con el gas natural.
La taxonom¨ªa verde contribuye activamente en ayudar a la reducci¨®n de gases de efecto invernadero y lograr el objetivo acordado para 2050
En este sentido, y a pesar de que la energ¨ªa nuclear no emite di¨®xido de carbono (CO?), muchos detractores argumentaron el problema de los residuos y la falta de soluciones viables a su gesti¨®n, adem¨¢s del riesgo que conllevan las instalaciones. Muchas otras voces se alzaron en contra de la decisi¨®n alemana, ya que el gas natural es un combustible f¨®sil que emite CO? (aunque menos que el carb¨®n o el petr¨®leo). Entre las voces discordantes y m¨¢s cr¨ªticas con la inclusi¨®n del gas natural y energ¨ªa nuclear fueron las de Austria, Espa?a o Dinamarca.
Sin embargo, otros estados miembros tildan estas dos fuentes energ¨¦ticas como ¡°energ¨ªas de transici¨®n¡±, en el sentido de que juegan un papel importante hasta que las energ¨ªas renovables cubran una vasta mayor¨ªa de la demanda el¨¦ctrica, indicando que este modo puede ofrecer una transici¨®n menos apresurada y m¨¢s segura.
De todos modos, las energ¨ªas renovables, como la e¨®lica o la fotovoltaica, ya est¨¢n ganando un cierto ritmo y rentabilidad porque, de forma lenta, pero segura, est¨¢n ocupando un espacio en el campo de la electricidad.
Adem¨¢s, la aparici¨®n del hidr¨®geno tambi¨¦n ha impactado no solo en la generaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica, sino en el reemplazo del petr¨®leo dentro del ¨¢mbito del transporte urbano. A modo de ejemplo, el pasado mes de diciembre Barcelona recibi¨® el primero de los ocho autobuses de hidr¨®geno fabricado por CaetanoBus, incorporado a la flota de autobuses de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB); al mismo tiempo que se puso en marcha en la ciudad condal la primera planta de hidr¨®geno verde de Espa?a. Esta nueva planta, situada en la Zona Franca, quiere convertirse en un referente que apueste por esta soluci¨®n energ¨¦tica en una de las zonas industriales m¨¢s importantes del pa¨ªs.
As¨ª, aunque exista unanimidad en la necesidad de incorporar y tener una taxonom¨ªa verde para la sostenibilidad y la energ¨ªa, el debate sobre qu¨¦ debe incluirse en esta lista en referencia al gas natural y nuclear sigue en curso. Por ahora, la Comisi¨®n Europea ha cerrado el documento y el texto est¨¢ en manos del Consejo y Parlamento Europeo, donde seguramente volver¨¢ a sufrir nuevas modificaciones.
Cabe entonces esperar si este sistema de clasificaci¨®n en materia energ¨¦tica, la llamada taxonom¨ªa verde, contribuye activamente en ayudar a la reducci¨®n de gases de efecto invernadero y lograr el objetivo acordado para 2050, ya sea apostando firmemente por las energ¨ªas renovables o seguir dependiendo de las llamadas ¡°energ¨ªas de transici¨®n¡±.