Aguirre se va e impone al sucesor
Rajoy acepta que Gonz¨¢lez sea ahora presidente pese a su veto para Caja Madrid Cuestiones personales y la evidencia de su techo pol¨ªtico precipitan la decisi¨®n
La gran protagonista de los lunes negros de Mariano Rajoy, la ¨²nica que realmente le hizo temblar, eligi¨® un lunes para rendirse definitivamente. O al menos eso parece. Esperanza Aguirre lo dej¨® claro: el que deja el poder, no volver¨¢. ¡°He cruzado el Rubic¨®n¡±. Y ella, que durante 30 a?os ha vivido alrededor del poder, que ha cons truido todo un personaje a trav¨¦s de la enorme fuerza que da presidir la Comunidad de Madrid, sabe bien que dejar eso es dejar casi todo.
?Por qu¨¦? Varias claves se daban. Una: hace tiempo que pensaba en dejarlo, porque es evidente que a sus 60 a?os ¡ªpoqu¨ªsimos para la pol¨ªtica en Europa, no en Espa?a¡ª ha llegado hasta donde pod¨ªa llegar. Ella y todo el PP saben que ya nunca ser¨¢ l¨ªder del partido: la sucesi¨®n de Rajoy le toca a otros, a otra generaci¨®n. Hasta Alberto Ruiz Gallard¨®n lo ha reconocido. Adem¨¢s, ella no tiene apoyos regionales, lo sabe. Ya ha ganado tres veces las elecciones en Madrid tras el tamayazo, ya lo ha sido todo en pol¨ªtica, y solo le quedaba su sue?o inalcanzable: ser la primera presidenta del Gobierno de Espa?a. Ella, que incluso amenaz¨® con dimitir en 2008 para que Gallard¨®n no estuviera en las listas, deja la guerra. La especialista en ¨®rdagos a Rajoy ¡ªel de Gallard¨®n lo gan¨®, otros no¡ª se retira sin pelear m¨¢s. A veces ironizaba con sus colaboradores m¨¢s cercanos: ¡°Rajoy siempre ganaba las batallas por agotamiento¡±. Fue ella, agotada, quien dijo basta.
Ni el nuevo presidente ni la alcaldesa de Madrid lo son por elecci¨®n
?Y por qu¨¦ ahora? Esa pregunta era m¨¢s dif¨ªcil de contestar. Tras el impacto de la noticia ¡ªsolo el c¨ªrculo m¨¢s estrecho la conoc¨ªa, se ha hecho a toda velocidad, tanto que se pidi¨® la cita con Rajoy a finales de semana y se cont¨® en cuanto el presidente la recibi¨® en La Moncloa¡ª llegaron los intentos por explicarla. Los suyos hablan de un verano largo, en contacto con su familia, con los nietos, de muchas conversaciones con sus hijos que le han hecho pensar si val¨ªa la pena.
Tambi¨¦n hablan de su enfermedad. Explican que aunque los m¨¦dicos insisten en que est¨¢ curada, ella tiene la sensaci¨®n, como explic¨®, de que lo suyo es grave, que es una enferma, que se puede complicar. Y quiere disfrutar m¨¢s ahora de su familia. Dicen que este verano remat¨® la decisi¨®n y la ha anunciado despu¨¦s del debate del estado de la regi¨®n, un momento pol¨ªticamente reposado. La emoci¨®n que transmiti¨® en su despedida, con varios momentos en los que el llanto estuvo a punto de brotar, hac¨ªa que incluso sus rivales internos mostraran ayer un gran respeto por su decisi¨®n y la atribuyeran en buena medida a esas cuestiones personales que ella alega. Pese a todos los enfrentamientos, Aguirre es muy respetada en el PP como el gran animal pol¨ªtico que siempre ha sido. ¡°Esto es muy duro, y m¨¢s ahora cuando te abuchean en los actos, si no est¨¢s al 100% no puedes aguantar¡±, resum¨ªa un dirigente.
Pero adem¨¢s de eso, y pese a la conmoci¨®n, todos en el PP conocen bien a Aguirre y saben que todo en ella es pol¨ªtica y una decisi¨®n as¨ª tambi¨¦n se toma con criterios pol¨ªticos. Ah¨ª muchos coinciden en una clave: Aguirre ha hecho todo tan r¨¢pido, tan imprevisto, para apuntalar a su sucesor. O m¨¢s bien para imponerlo. Ignacio Gonz¨¢lez es un hombre pol¨¦mico en el PP. Mariano Rajoy ha dado muestras muy claras de que lo detesta. Lo ech¨® del Comit¨¦ Ejecutivo Nacional, la m¨¢xima direcci¨®n, cuando Gonz¨¢lez, en plena crisis de liderazgo, en 2008, critic¨® la forma de hacer pol¨ªtica de Rajoy en una tensa reuni¨®n interna. En 2009, en otra tensa cita en G¨¦nova 13, esta vez a solas con Aguirre, Rajoy vet¨® a Gonz¨¢lez como presidente de Caja Madrid e impuso a Rodrigo Rato. Muchos marianistas pensaban que Rajoy nunca aceptar¨ªa a Gonz¨¢lez como presidente de la Comunidad de Madrid. Pero Aguirre se ha movido tan r¨¢pido, dejando descolocados incluso a los m¨¢s cercanos, y al propio Rajoy, que el presidente no tiene m¨¢s remedio que aceptar.
Diversas fuentes del PP coinciden en que el presidente, en la conversaci¨®n con Aguirre en La Moncloa, acept¨® que Gonz¨¢lez sea el sucesor. Rajoy est¨¢ ahora en otra cosa, insisten los suyos, no tiene tiempo para guerras internas. Aguirre y Gonz¨¢lez aceleran, pero tampoco improvisan. Poco a poco han ido cayendo los rivales. Primero, Alfredo Prada. Despu¨¦s, Juan Jos¨¦ G¨¹emes. Y por ¨²ltimo Aguirre destituy¨® fulminantemente a Francisco Granados y dej¨® a Gonz¨¢lez al frente del PP madrile?o. Ya entonces el marianismo interpret¨® que estaba apuntalando la sucesi¨®n. Aunque confi¨® en que el presidente frenar¨ªa la operaci¨®n. Gonz¨¢lez, desde ese puesto, control¨® las listas y por tanto el Grupo Parlamentario. Para Rajoy ser¨ªa muy complicado plantear ahora otro candidato y arriesgarse a una rebeli¨®n en Madrid, explican los suyos. Ya en febrero, en el congreso del PP, Rajoy hizo un gesto de reconciliaci¨®n: lo volvi¨® a incluir en el Comit¨¦ Ejecutivo. Ahora todo va tan r¨¢pido que en poco m¨¢s de una semana el PP de Madrid designar¨¢ a Gonz¨¢lez sucesor.
El portazo de la presidenta es de tal calibre que hoy mismo ya no va a ir a trabajar a su despacho. Todo queda en manos de su delf¨ªn. As¨ª, de un d¨ªa para otro, sin que nadie tenga tiempo de reaccionar. Aguirre dio la rueda de prensa, en la que pr¨¢cticamente todos los consejeros y los dirigentes del PP se enteraron de la noticia ¡ªdescoloc¨® a G¨¦nova, que no sab¨ªa nada¡ª subi¨® a despedirse de los trabajadores entre un mar de llantos de todos y se march¨® a comer con su familia. Y se acab¨®. As¨ª: 30 a?os de pol¨ªtica, y a otra cosa. Es su estilo.
La decisi¨®n ha cogido por sorpresa a la direcci¨®n nacional del partido
Madrid, puesto clave para el PP, siempre simb¨®lico, queda en manos de dos personas que no han sido votadas como cabezas de cartel ¡ªAna Botella en el Ayuntamiento y Gonz¨¢lez en la Comunidad¡ª y cuyo tir¨®n electoral est¨¢ por ver. Es una situaci¨®n delicada para Rajoy. Pero todav¨ªa tiene otro momento para decidir: cuando lleguen las elecciones, en 2015, ¨¦l tendr¨¢, si sigue al frente del PP, toda la autonom¨ªa para imponer, si quiere, a otros candidatos tanto en la comunidad como en el ayuntamiento. As¨ª funciona el PP, donde no hay primarias ni nada parecido. Claro que Gonz¨¢lez tiene mucho tiempo para consolidarse en el poder. Pero Rajoy, dicen los suyos, ya no est¨¢ en eso, sino en sobrevivir a la prima de riesgo y al rescate. El PP le queda ahora muy lejos.
Aguirre evita as¨ª, consolidando a Gonz¨¢lez, que le pase lo mismo que a Francisco Camps. Dimiti¨® por el caso G¨¹rtel y fue Rajoy, no ¨¦l, quien eligi¨® a su sucesor, Alberto Fabra. Aunque de formas moderadas, el exalcalde de Castell¨®n no se ha dedicado a defender la herencia de Camps. Al contrario, ya casi nadie defiende al expresidente en el PP valenciano. Aguirre no se va por ning¨²n caso de corrupci¨®n ¡ªaunque le toc¨® de lleno G¨¹rtel, que organizaba todos sus actos, cort¨® cabezas y logr¨® trasladar la pelota al tejado de Rajoy¡ª pero todos los pol¨ªticos se preocupan mucho por su sucesor, como hizo Aznar con Rajoy.
La salida de Aguirre cambia muchas cosas en el PP. Y tambi¨¦n en su entorno. Aguirre no es solo una pol¨ªtica clave en la historia reciente del PP, la ¨²nica capaz de inquietar a Rajoy, un hombre aparentemente imperturbable pero que siempre segu¨ªa con un ojo lo que hac¨ªa ella y muchas veces actuaba arrastrado por sus movimientos. Aguirre es el puntal de una compleja estructura de poder empresarial e influencia medi¨¢tica. Pocas cosas se mueven en Madrid sin que ella las haya autorizado o impulsado. Baste un dato. El jefe de los empresarios madrile?os, Arturo Fern¨¢ndez, es como un miembro m¨¢s de su Gobierno, un aliado fiel. Y es el n¨²mero dos de la patronal espa?ola. Varios medios de comunicaci¨®n han considerado siempre a Aguirre su l¨ªder natural, la alternativa a Rajoy. Todo eso queda ahora en manos de Gonz¨¢lez, no de alguien que ella no pueda controlar. El vicepresidente ha trabajado con ella m¨¢s de 20 a?os, les une una estrecha amistad, es dif¨ªcil pensar en una traici¨®n. Eso es importante para ella. Y adem¨¢s, dicen muchos, se lo debe. Le dej¨® a los pies de los caballos cuando, despu¨¦s de prometerle la presidencia de Caja Madrid, Rajoy lo vet¨®. ?l tuvo que ir humillado a casa de Rodrigo Rato, el elegido por Rajoy, que le hizo un desplante. Desde entonces, se lo deb¨ªa, se?alan los aguirristas.
Gonz¨¢lez lleva mucho tiempo trabajando ese mundo empresarial clave en el Madrid del poder real. Pero todo son inc¨®gnitas. De hecho, algunos de los dirigentes con mejores contactos planteaban que, pese al respeto a quien deja la pol¨ªtica porque quiere y con una enfermedad grave encima de la mesa, hab¨ªa malestar en algunos c¨ªrculos de poder. Aguirre se va en el peor momento de la crisis, dec¨ªan, cuando m¨¢s dif¨ªcil es gobernar. Y desmonta as¨ª parte de ese entramado que depend¨ªa de ella y solo la obedec¨ªa a ella. El hueco que deja Aguirre es pues importante. Y en pol¨ªtica los vac¨ªos siempre se llenan aunque en este caso nadie sabe predecir a¨²n c¨®mo.
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