Rajoy llama a ¡°no bajar la guardia¡± a los militares que luchan contra la pirater¨ªa
El presidente visita la misi¨®n militar en el ?ndico, una de las m¨¢s exitosas y tranquilas
Mariano Rajoy nunca fue un entusiasta de los actos castrenses. Quiz¨¢ por eso, sinti¨® la necesidad de justificar, al inicio de sus alocuciones a los militares espa?oles destacados en Yibuti y a bordo de la fragata ?lvaro de Baz¨¢n, el motivo de su sorpresiva visita: acompa?arles en v¨ªsperas de la Navidad, que pasar¨¢n lejos de sus hogares, y transmitirles la felicitaci¨®n personal del Rey, del Gobierno y de todo el pueblo espa?ol.
Por segundo a?o consecutivo, el presidente aprovech¨® la cercan¨ªa de las fiestas navide?as para visitar a las tropas desplegadas en el exterior. Si el a?o pasado su destino fue Afganist¨¢n, esta vez eligi¨® la misi¨®n m¨¢s exitosa en la que participan las Fuerzas Armadas espa?olas: la Operaci¨®n Atalanta de la UE, dedicada a luchar contra la pirater¨ªa en el ?ndico. Y tambi¨¦n una de las m¨¢s tranquilas, en la que no ha habido que lamentar ninguna baja.
En 2009, cuando se puso en marcha gracias en parte al empuje de Espa?a, se registraron 163 ataques y 46 secuestros en aguas del Golfo de Ad¨¦n y la cuenca de Somalia. Este a?o solo se han producido cinco ataques y ninguno ha concluido con su captura. Actualmente solo un barco sigue en manos de los piratas, el Naham 3, con bandera de Om¨¢n, secuestrado en marzo de 2012; aunque a sus 50 tripulantes hay que sumar los supervivientes del Albedos, de Malaisia, que se hundi¨® en julio pasado, tras casi tres a?os de cautiverio.
En el mapa de Somalia que ocupa una pared del Centro de Operaciones del Destacamento Orion, integrado por 56 militares y un avi¨®n CN-235 de patrulla mar¨ªtima, la costa est¨¢ tachonada de etiquetas con los nombres de m¨¢s de un centenar de campamentos piratas. Y en las fotograf¨ªas tomadas desde el avi¨®n espa?ol, se aprecian, entre barracas de madera y senderos de tierra, jets privados y veh¨ªculos de alta gama. El negocio de la pirater¨ªa pasa, aparentemente, por horas bajas y ha sido sustituido por el contrabando de drogas y el tr¨¢fico de personas. Al menos mientras la presi¨®n de las marinas occidentales y, sobre todo, la presencia de guardias privados de seguridad a bordo de buques mercantes y pesqueros lo mantenga a raya.. ¡°Si la pregunta es si la pirater¨ªa volver¨¢ si nos vamos, la respuesta es s¨ª¡±, afirma el comandante Antonio Garc¨ªa Mass¨®.
Rajoy lo dijo con otras palabras. ¡°La comunidad internacional est¨¢ ganando la batalla por la seguridad mar¨ªtima y la actividad pesquera en uno de los mares m¨¢s peligrosos del mundo y Espa?a tiene mucho que ver en este ¨¦xito, pero no pod¨¦is bajar la guardia, la amenaza no se ha erradicado y sigue presente y no podemos ser complacientes¡±.
Algo m¨¢s de nueve horas dur¨® la visita del jefe del Gobierno a Yibuti, una diminuta excolonia francesa que ocupa una posici¨®n estrat¨¦gica a la entrada del Mar Rojo. Tras entrevistarse con el presidente del pa¨ªs, Ismail Omar Guelleh, visit¨® el destacamento del Ej¨¦rcito del Aire espa?ol, en el aeropuerto, y se desplaz¨® en una lancha r¨ªgida a la fragata ?lvaro de Baz¨¢n, fondeada cerca del puerto, que desde junio pasado act¨²a como buque insignia de una flota de la OTAN ¨Cintegrada por una fragata turca y otra ucraniana¡ªque coopera tambi¨¦n en la lucha contra la pirater¨ªa.
A los militares espa?oles les dijo que su tarea, a 5.600 kil¨®metros de la patria, ¡±en una regi¨®n clave para la paz y la seguridad internacionales y para el comercio mundial [¡], responde a la protecci¨®n de los intereses nacionales y al compromiso de Espa?a con la comunidad internacional¡±. Aunque alg¨²n militar se queja de que varios de los 25 pesqueros vascos que tienen que proteger no cumpla con su obligaci¨®n de enarbolar la bandera espa?ola.
Mientras que Espa?a ha reducido los efectivos y tambi¨¦n el coste de sus contingentes en Afganist¨¢n o L¨ªbano, la participaci¨®n en la Operaci¨®n Atalanta se mantiene intacta: cuenta con 137 militares, a los que hay que sumar 230 en la flota de la OTAN, y su coste ha ascendido en 2013 a 142,1 millones de euros, dos m¨¢s que el a?o pasado.
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