Un informe municipal declara que la mezquita de C¨®rdoba no tiene due?o

Un informe del secretario del Ayuntamiento de C¨®rdoba declara que la mezquita de la ciudad no pertenece a ninguna Administraci¨®n p¨²blica nacional o extranjera, ni a persona f¨ªsica o jur¨ªdica como tampoco a autoridad eclesi¨¢stica alguna. Por tanto, concluye, nadie puede adquirir su propiedad ni registrar su titularidad, porque este monumento est¨¢ fuera del alcance del comercio humano, una cl¨¢usula recogida ya en el derecho romano para determinados bienes

El secretario municipal, Valeriano Lavela P¨¦rez, ha emitido este informe porque el grupo del PP pidi¨® comprobar si el Ayuntamiento pose¨ªa o alguna vez hab¨ªa pose¨ªdo alg¨²n t¨ªtulo de propiedad sobre la mezquita que pudiera invalidar el registro que la Iglesia cat¨®lica hizo a su nombre de dicho monumento. Nunca ha tenido el Ayuntamiento nada parecido, pero la conclusi¨®n del secretario es contraria a la pretensi¨®n de la Iglesia y conmina a las autoridades municipales a reclamar en los tribunales la nulidad de la inmatriculaci¨®n de la mezquita por parte del obispado cordob¨¦s hace ahora 10 a?os.

El informe de Lavela coincide con otro hecho p¨²blico este viernes de la asesor¨ªa jur¨ªdica del Ayuntamiento. En ¨¦l, se se?ala que el Consistorio ¡°no tiene posibilidad legal alguna¡± de inscribir a su nombre el monumento porque, como se?ala el secretario, ¡°no se tiene constancia de su inclusi¨®n en el inventario municipal¡± y porque ya est¨¢ inmatriculado por la Iglesia.

La mezquita, recuerda Lavela P¨¦rez, goza de una protecci¨®n especial, no solo por su declaraci¨®n como patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, sino por la declaraci¨®n en Qatar en 2014 como ¡°bien de valor universal excepcional¡±, lo que impide, seg¨²n este funcionario, que pueda ser adquirida por nadie ni pertenecer a nadie, ni siquiera por usucapi¨®n, es decir, por haber tenido su posesi¨®n durante 10 a?os. ¡°Tiene mayor rango por raz¨®n de su especial naturaleza que cualquier bien normal o tradicional¡± por lo que se ha encontrado, dice, ¡°y se encontrar¨¢ siempre fuera del comercio de los hombres¡±.

No son suficientes, asegura, los documentos que utiliza la Iglesia para demostrar su titularidad, que se remontan a la donaci¨®n del rey Fernando III al obispo Lope de Fitero en 1236 cuando los cristianos conquistaron la ciudad. Eso ya era entonces, siguiendo las leyes romanas, ¡°nulo de pleno derecho¡±, dice el informe. Entiende Lavela L¨®pez que ¡°la consagraci¨®n religiosa no es un modo de adquirir la propiedad¡± y cree, m¨¢s bien, que lo ocurrido en aquel siglo fue una ¡°purificaci¨®n¡± para que el monumento pudiera servir al culto cat¨®lico.

Opina el funcionario que las normas que amparan la inmatriculaci¨®n de la mezquita son ¡°inconstitucionales¡± por lo que bastar¨ªa con una declaraci¨®n para anular la supuesta propiedad eclesi¨¢stica. La mezquita, dice, tiene un ¨²nico due?o: ¡°Todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas del mundo pertenecientes a cualquier tiempo o ¨¦poca sin distinci¨®n de pueblos, naciones, culturas o razas¡±.

En el informe, un profuso documento jur¨ªdico e hist¨®rico, se recoge el enfado del emperador Carlos I en 1526, cuando vio las obras de la nueva catedral sobre la mezquita, que ¨¦l mismo hab¨ªa autorizado: ¡°Yo no sab¨ªa que era esto, pues no hubiera permitido que se llegase a lo antiguo, porque hac¨¦is lo que puede haber en otras partes y hab¨¦is deshecho lo que era singular en el mundo¡±.

Unos a?os antes, en 1520, el cabildo catedralicio quiso derribar el famoso bosque de arcos de herradura que adorna el templo a lo que se opusieron las autoridades municipales bajo pena de muerte a quien las tocara. Carlos V permiti¨®, no obstante, construir la catedral, algo que su abuela, Isabel la cat¨®lica no hab¨ªa consentido.