Albert Rivera se pone duro para movilizar a su electorado

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Albert Rivera intent¨® emplear el debate para movilizar a los votantes de Ciudadanos con sus ataques al modelo que propone Unidos Podemos y sus cr¨ªticas a la corrupci¨®n del PP. Su estrategia le permiti¨® entrar en el cuerpo a cuerpo con Mariano Rajoy y con Pablo Iglesias, pese a que el l¨ªder de la otra formaci¨®n emergente lleg¨® a ningunearle calific¨¢ndole de ¡°escudero¡± del partido que gan¨® las elecciones del 20-D.

¡°Le pido una reflexi¨®n¡±, le dijo Rivera al presidente en funciones mientras le mostraba la portada de EL PA?S en la que se recoge que la mayor¨ªa de los votantes del PP estar¨ªa de acuerdo con que el candidato d¨¦ un paso al lado. ¡°Se lo digo de coraz¨®n, creo que la nueva etapa pol¨ªtica de Espa?a necesita un nuevo gobierno, y le pido, por favor, que reflexione¡±, a?adi¨® tras recordarle tambi¨¦n el caso B¨¢rcenas. ¡°Usted aparece en estos papeles, y solo por eso es muy dif¨ªcil confiar¡±.

Las palabras de Rivera pidiendo ¡°regeneraci¨®n¡± provocaron que Rajoy le acusara de tener ¡°mentalidad inquisitorial¡±. Para entonces, sin embargo, el l¨ªder de Ciudadanos ya hab¨ªa logrado su objetivo: pasar de no dejar huella en el inicio del debate a medirse con los dos pol¨ªticos que optan a la presidencia, seg¨²n las encuestas.

Hubo dos frases de Rivera que cambiaron la din¨¢mica de su pulso con Iglesias, y que obligaron al l¨ªder de Podemos a enfrentarse con ¨¦l, abandonando su estrategia de hacer o¨ªdos sordos a las cr¨ªticas del candidato de Ciudadanos al modelo de Unidos Podemos. La primera provoc¨® los aspavientos de su rival: ¡°T¨², Pablo, quieres sacar a Espa?a del euro¡±. Y la segunda, una rotunda negativa: ¡°Usted tiene financiaci¨®n del Gobierno [venezolano] de Maduro¡±.

La cita entre los candidatos, llena de reproches mutuos, reflej¨® lo mucho que ha cambiado la relaci¨®n entre el l¨ªder de Ciudadanos y el de Podemos. Rivera e Iglesias, c¨®mplices en la campa?a del 20-D, pasaron este lunes a tratarse de usted la mayor parte del tiempo. No hubo ese tratamiento con el socialista Pedro S¨¢nchez, con quien Rivera firm¨® un pacto poselectoral tras el 20-D. Tampoco tuteo. Solo educados y mutuos silencios.

Luego, el l¨ªder de Ciudadanos se dirigi¨® a la sede de su partido en Madrid. All¨ª, convencido de que el debate le hab¨ªa beneficiado, lanz¨® un aviso: "Esto no acaba hoy, esto empieza aqu¨ª. Vamos a darlo todo. Tenemos una gran oportunidad".