Las mafias chinas revientan el negocio de la marihuana
Una serie de operaciones policiales encadenadas con m¨¢s de 40 detenidos destapan el nuevo gran negocio del crimen organizado chino en Espa?a
Un chivatazo de hace tres a?os fue el origen de la llamada "Operaci¨®n Mast¨ªn", una cadena de actuaciones policiales desarrolladas a lo largo del a?o 2017 que se saldaron con un total de 41 detenidos, de los que 20 ya han ingresado en prisi¨®n preventiva. Todos varones. Todos chinos de entre 25 y 35 a?os, menos uno: un electricista espa?ol. El golpe de gracia para dar por desarticulada una organizaci¨®n criminal dedicada a la producci¨®n a gran escala de marihuana lo dieron los agentes de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) en noviembre del a?o pasado, cuando desmantelaron las dos ¨²ltimas plantaciones ¡ªde un total de 12¡ª con 2.500 plantas de mar¨ªa en Girona y Barcelona. La entrada de las mafias chinas en el negocio de la marihuana "ha supuesto un boom de su producci¨®n en Espa?a en los ¨²ltimos cuatro a?os", aseguran los investigadores.
Este jueves, la Guardia Civil deten¨ªa en Chiva (Valencia) a otros cinco hombres de nacionalidad china, se incautaba de 12.000 plantas de marihuana (la mayor aprehensi¨®n de esa droga realizada en esa provincia) y "efectos valorados en siete millones de euros". La llamada operaci¨®n Greenboard confirma que las mafias chinas se han hecho con el negocio de la marihuana en Espa?a y la producci¨®n de esa droga crece exponencialmente. En 2017 las incautaciones han subido un 55,77%, seg¨²n los ¨²ltimos datos del ministerio del Interior.?
Aquel chivatazo que desencaden¨® la amplia operaci¨®n Mast¨ªn, proven¨ªa precisamente de la comunidad china y anunciaba que "hab¨ªan llegado un grupo de hombres chinos desde Reino Unido preguntando por qui¨¦n produc¨ªa marihuana en Espa?a". As¨ª arranc¨® una investigaci¨®n llena de sorpresas, que detect¨® desde el inicio como algunos ciudadanos chinos residentes en Espa?a desde hac¨ªa a?os, con una extensa vida laboral y empresarial ¡ª"muchos ten¨ªan empresas y hab¨ªan trabajado en tiendas y restaurantes"¡ª diversificaban negocio meti¨¦ndose en la producci¨®n de marihuana y en su posterior env¨ªo a Reino Unido, pa¨ªs de venta y consumo. "Una manera de hacer dinero r¨¢pido para ser grandes empresarios", explican los investigadores que se?alan que, despu¨¦s de la crisis econ¨®mica, muchos importantes empresarios chinos se fueron de Espa?a.
La primera sorpresa fue detectar que los implicados iban readaptando el negocio con agilidad en funci¨®n de los golpes recibidos por la polic¨ªa. "Dispersaron su producci¨®n en 12 provincias distintas para no perder todo lo producido", explican los investigadores. Ten¨ªan perfectamente distribuidas las tareas: "Estaban los conseguidores, que localizaban los chal¨¦s y las naves industriales en los que se emplazaban las plantaciones, llegamos a encontrar los tres pisos de uno de ellos llenos de plantas de marihuana". Seg¨²n sus propias declaraciones, pod¨ªan llegar a ganar unos 120.000 euros al trimestre por cada punto de producci¨®n. En uno de los 25 registros realizados se hall¨® una m¨¢quina de contar dinero. "Aunque no hab¨ªa un ¨²nico cabecilla porque la organizaci¨®n funcionaba de un modo m¨¢s horizontal, el nivel lo marcaba la cercan¨ªa o lejan¨ªa del dinero", aseguran las mismas fuentes.
Detr¨¢s de los "conseguidores", estaban los montadores, encargados de realizar la instalaci¨®n. Tambi¨¦n en este caso se fueron sofisticando. Y aqu¨ª viene la segunda sorpresa. Inicialmente contrataron a un electricista espa?ol ¡ªel ¨²nico detenido nacido en Espa?a¡ª para realizar el montaje de luces y focos de calor de las plantaciones, "pero en cuanto aprendieron comenzaron a hacerlo todo ellos", cuentan los investigadores. "La log¨ªstica es sencilla porque es producci¨®n propia, es el gran ¨¦xito. Controlan toda la cadena, desde el cultivo hasta la distribuci¨®n final y as¨ª tambi¨¦n incrementan de rentabilidades", analiza uno de los investigadores.
?Una casa o una mu?eca rusa?
Adem¨¢s?¡ªtercera sorpresa¡ª, creaban construcciones dentro de las naves y casas, como si fueran mu?ecas rusas, y revest¨ªan los habit¨¢culos con materiales aislantes ¡ª"como si fuese un termo"¡ªpara evitar que fueran detectados tanto los olores como el calor. De esa manera, elud¨ªan los detectores t¨¦rmicos suelen ser utilizados por la polic¨ªa para localizar este tipo de producciones, ubicadas habitualmente en lugares aislados. Pero incluso sortearon otro de los m¨¦todos comunes para detectar las plantaciones, enganch¨¢ndose a la red general de la calle, de manera que las empresas solo eran capaces de detectar que perd¨ªan energ¨ªa pero no sab¨ªan d¨®nde. "Para camuflarse mejor, hac¨ªan un uso normal de la electricidad de la vivienda o nave y pagaban sus recibos, para evitar un consumo cero que resultase llamativo", se?alan los investigadores.
Una vez realizado el montaje, llegaban los cultivadores y por ¨²ltimo, en el nivel m¨¢s bajo del escalaf¨®n, los cuidadores, que sol¨ªan ser tambi¨¦n ciudadanos chinos pero tra¨ªdos expresamente desde China con este ¨²nico cometido. "Ven¨ªan como turistas, les met¨ªan en las casas, les quitaban los pasaportes, y ya no volv¨ªan a salir para evitar llamar la atenci¨®n, les llevaban incluso la comida", cuentan los agentes. "No llega a ser un secuestro, porque nadie les retiene contra su voluntad y eran libres de salir si quer¨ªan, pero s¨ª es una de las formas de esclavitud del siglo XXI", se?alan.
El desmantelamiento de esa estructura criminal asentada por gran parte de la geograf¨ªa espa?ola (Vizcaya, Burgos, Valladolid, Le¨®n, Zamora, Madrid, Guadalajara, Salamanca, Barcelona, Girona...) ha demostrado que todos los puntos de plantaci¨®n estaban conectados entre s¨ª: "Hablaban por tel¨¦fono, buscaban la manera de no pisarse el negocio unos a otros, compart¨ªan canales de distribuci¨®n...". Nunca habr¨ªan sido detectados por su nivel de vida, ya que no llamaban la atenci¨®n: "Viv¨ªan como cualquier otro miembro de la comunidad china en Espa?a y adem¨¢s, sol¨ªan utilizar documentaciones falsas o robadas para realizar los alquileres de espacios y veh¨ªculos".
Un seguro para la marihuana
Rizando el rizo, y aqu¨ª viene la ¨²ltima sorpresa, los productores chinos llegaron a crear una corredur¨ªa de seguros ad hoc para aquellos paquetes que se perd¨ªan por el camino o que eran interceptados. El objetivo era no perder, o al menos no perderlo todo. "Ellos detectaron que perd¨ªan un n¨²mero determinado de paquetes, normalmente de entre 5 y 15 kilos, con un valor de entre 3.000 y 4.000 euros por kilo, as¨ª que montaron otro negocio de seguros que consist¨ªa en que la aseguradora se quedaba con el 20% del valor del paquete pero si no llegaba a su destino te reembolsaba el 35% de su valor total, de esa manera nadie perd¨ªa".
Los env¨ªos, con destino a Manchester y Birmingham principalmente, iban tambi¨¦n perfectamente camuflados en bolsas dobles al vac¨ªo, precintadas y despu¨¦s envueltas en toallas impregnadas con un olor sint¨¦tico que hac¨ªa indetectable la mercanc¨ªa para los perros.
La entrada de las mafias chinas en el negocio de la marihuana, un tipo de droga que "ellos ven menos lesiva", ha propiciado un boom de su producci¨®n en Espa?a, a juicio de los investigadores. Un negocio nuevo para ellos y en plena fase de despegue, pero que ¡ªseg¨²n lo detectado en las investigaciones¡ª ya estaba empezando a incorporar a ciudadanos vietnamitas para ocupar los ¨²ltimos eslabones de la cadena.
Los investigadores achacan a la coyuntura econ¨®mica la entrada de ciudadanos chinos en este mercado: "La crisis dej¨® un vac¨ªo de grandes empresarios y algunos medianos optaron por tirar por la calle de en medio en el momento en el que detectaron una oportunidad de negocio, con decenas de naves abandonadas en pol¨ªgonos". La operaci¨®n Mast¨ªn sigue todav¨ªa un hilo inquietante escuchado por los agentes en las intervenciones telef¨®nicas de los detenidos: "Trabajar para la empresa sale m¨¢s caro". Nadie sabe a¨²n qu¨¦ es "la empresa", d¨®nde est¨¢, ni qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de ella.??
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