El bar de los currantes millonarios de Vilalba

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71198: el Gordo de la Loter¨ªa de Navidad

El 'sism¨®grafo' de los premios del Gordo de Navidad

Aya Ben Hamdouch, la ni?a de San Ildefonso que canta las pedreas como si fueran El Gordo

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En el caf¨¦-bar Cascudo el Gordo de Navidad les ha cogido sin copas de champ¨¢n. "No las ten¨ªamos ni fregadas. ?Qui¨¦n nos iba a decir que nos iba a pasar esto?", se r¨ªe David Eimil. Su familia regenta la modesta casa de comidas del ayuntamiento gallego de Vilalba (Lugo) que este viernes se ha convertido sin esperarlo en el epicentro de la felicidad. A pr¨¢cticamente todos sus clientes les ha tocado "algo", la palabra que eligen para referirse a los 200 millones de euros que ha tra¨ªdo el Gordo de Navidad. Es un d¨ªa de euforia, admiten, pero en este refugio de gente trabajadora nadie pierde la cabeza.

"Hay que seguir trabajando porque hay rachas buenas y malas y si hemos llegado hasta aqu¨ª es porque somos unos currantes", afirma, emocionada, Alba, una estudiante de 21 a?os que cursa Administraci¨®n y Finanzas y que piensa seguir preparando tambi¨¦n las oposiciones a la Guardia Civil. Su familia se ha repartido tres d¨¦cimos del 71.198, o sea, m¨¢s de un mill¨®n de euros.

El repentino chaparr¨®n de dinero que le ha ca¨ªdo al Cascudo servir¨¢ para que muchos trabajadores de la construcci¨®n que se vieron golpeados por el pinchazo de la burbuja rehagan sus vidas sin deudas. A Pepe, que tiene una empresa de pozos de barrena, la noticia de que le hab¨ªan tocado 800.000 euros por sus dos d¨¦cimos del Gordo le lleg¨® mientras perforaba el suelo de una finca mano a mano con un empleado que tambi¨¦n ha resultado afortunado. Por supuesto, el cliente se ha quedado con el pozo a medias y los dos se han ido a brindar al Cascudo. "De momento, lo primero que har¨¦ es pagar deudas", cuenta sobre los a?os dif¨ªciles que la crisis econ¨®mica le ha hecho pasar. Alfonso, aut¨®nomo de la construcci¨®n, tambi¨¦n seguir¨¢ en el tajo por "la gente que viene detr¨¢s".

A Pilar Ferreiro, due?a del bar Cascudo, casi no le ha dado tiempo a comprobar cu¨¢ntos d¨¦cimos tiene. Cuando la tele de su local cant¨® el Gordo, ella estaba en la cocina. "Tenemos el reintegro", le grit¨® su hija Patricia. "Bueno, est¨¢ bien...", pens¨® ella. Fue unos minutos despu¨¦s, al ver en pantalla el 71.198, cuando supo que a partir de ahora podr¨¢ tomarse los avatares de la vida "con m¨¢s calma", concluye mientras sus vecinos la ba?an con cava.

En una esquina del jolgorio, Edelmira empieza a emocionarse. "Estoy empezando a darme cuenta de lo que ha pasado. Hasta ahora en mi vida todo han sido desgracias", confiesa suavemente entre el griter¨ªo esta mujer de 64 a?os, con dos hijas y d¨¦cimo y medio del Premio Gordo: "Pondr¨¦ calefacci¨®n en la casa, la pintar¨¦... Pero poco a poco, como siempre".

A siete kil¨®metros del Cascudo, el colegio Insua Berm¨²dez reparti¨® m¨¢s de 40 millones de euros, 109 d¨¦cimos del Gordo que han acabado en manos de profesores y padres. Cristina Rodr¨ªguez dio clase en Primaria el curso pasado y cogi¨® el ¨²ltimo "medio d¨¦cimo" que quedaba tras enterarse por un grupo de whatsapp de que el secretario hab¨ªa comprado loter¨ªa de Navidad: "En A Torre, mi aldea, toc¨® en todas las casas. Es un sue?o hecho realidad".

Al mediod¨ªa, en la barra del Cascudo se acodan ya hombres de traje y corbata. Se rumorea que son los del banco. "Pues que esperen, que otras veces he tenido que esperar yo", remacha la due?a al enterarse.

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