La vida en ¡°un narcoestado de bienestar¡±

Ha tenido que ser la muerte de un ni?o la que ha provocado que el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, le declarase esta semana ¡°la guerra al narco¡± y que la poblaci¨®n del Campo de Gibraltar tomara las calles de Algeciras ayer clamando ¡°por su seguridad¡±. El fallecimiento el pasado lunes de Manuel Mancilla, de nueve a?os, mientras se divert¨ªa con la barca de su padre en la playa de Getares (C¨¢diz), tras ser arrollado por una de las lanchas r¨¢pidas utilizadas para actividades del narcotr¨¢fico, ha puesto de relieve el grave problema social al que se enfrenta esta comarca del sur de Espa?a, abrazada al pe?¨®n de Gibraltar y separada por 14 kil¨®metros de mar de Marruecos.

Aqu¨ª, donde la Polic¨ªa bate r¨¦cords de incautaciones y detenciones ¡ª75.000 kilos de hach¨ªs entre enero y abril de este a?o y 225 detenidos¡ª , la gente ha empezado a decir ¡°basta ya¡±.

¡°La muerte de ese chiquillo ha socializado el riesgo que se corre, ha puesto en evidencia que aunque la gente piensa que no le afecta el narcotr¨¢fico, puede sufrir sus consecuencias cualquiera directamente¡±, dice Francisco Mena, presidente de la Coordinadora Antidroga NEXOS, convocante de la concentraci¨®n. ¡°No solo decimos ¡°No al narcotr¨¢fico¡±, sino que la sociedad se tiene que comprometer a luchar y rechazarlo y crear una comarca saludable, hay que sacar el orgullo campogibraltare?o para vencerlo¡±, insist¨ªa minutos antes de la multitudinaria protesta (5.000 personas seg¨²n la Polic¨ªa Local). Y advert¨ªa: ¡°Es necesaria la unidad de las administraciones y de la ciudadan¨ªa¡±.

Un electricista luchando contra los traficantes

Corr¨ªa el a?o 1986 y a Francisco Mena ¡°la epidemia de la hero¨ªna que mat¨® a miles¡±, le llev¨® a implicarse en la lucha contra la droga, sin haber tenido nunca relaci¨®n con ella. Hoy, 32 a?os despu¨¦s de aquello, este electricista de profesi¨®n se lanza a la calle, como presidente de la Coordinadora Provincial contra la Droga Nexos. Ya no es el caballo, ahora es el hach¨ªs el que inunda las calles, corroe el sistema y atemoriza. ¡°He vivido situaciones de amenazas y coacciones. Aprendes a convivir con el miedo¡±, reconoce. El presidente espera que la muerte de Manuel Mancilla sirva para concienciar a la sociedad: ¡°La gente tiene que interiorizar que les puede pasar a ellos¡±.

Un d¨ªa normal en los juzgados de La Linea de la Concepci¨®n. La entrada parece una feria. Decenas de grupos de personas esperan durante largas horas, comiendo pipas y tomando refrescos, una decisi¨®n judicial sobre sus familiares y amigos encausados. Diez detenidos por su supuesta implicaci¨®n en varios alijos de un total de 10.000 kilos de hach¨ªs del pasado mes de abril se presentaban ayer ante el juez. Tres salen en libertad bajo cuantiosas fianzas pagadas a tocateja con billetes que salen de bolsas de pl¨¢stico. Y siete ingresan en prisi¨®n incondicional con penas por encima de 4,5 a?os, Al mismo tiempo, al otro lado de la bah¨ªa, en Algeciras la polic¨ªa blindaba los juzgados. Otros siete arrestados por las agresiones a un grupo de guardias civiles el pasado s¨¢bado ¡ªnueve agentes del Grupo de Acci¨®n R¨¢pido (GAR)¡ª son puestos a disposici¨®n judicial. La juez decreta prisi¨®n incondicional para todos ellos. Apenas, unas horas despu¨¦s, y coincidiendo con la concentraci¨®n antidroga, la Polic¨ªa despliega un operativo en el popular barrio de La Pi?era tras un tiroteo. Un agente ha resultado herido tras golpearse en una rodilla.

¡°Nuestro territorio no est¨¢ supeditado ni superado por la lacra de la droga y de quienes se lucran con ella. Manzanas podridas hay siempre¡±, rezaba el comunicado enviado por el alcalde Jos¨¦ Ignacio Landaluce (PP) a media ma?ana. ¡°Quienes se empe?an en comparar el Campo de Gibraltar con otras partes del mundo en las que el crimen organizado campa a sus anchas, no solo est¨¢n faltando a la realidad sino que de manera directa generan un da?o a los campogibraltare?os dif¨ªcil de resarcir¡±, se?alaba el regidor.

Desde las administraciones, locales y nacionales, se ha querido desvincular desde el principio la muerte del menor del narcotr¨¢fico para evitar que salten m¨¢s chispas en un ambiente muy caldeado. Zoido se precipit¨® diciendo que la embarcaci¨®n que le atropell¨® ¡ªde 7,5 metros de eslora y 300 caballos de motor¡ª no ten¨ªa nada que ver con asuntos de drogas, pero despu¨¦s se supo que, aunque no era de las usadas para alijar fardos de hach¨ªs, s¨ª hab¨ªa sido incautada por la Guardia Civil por llevar petacas de gasolina. Del mismo modo que su piloto, detenido, ten¨ªa antecedentes penales.

Pero ese esfuerzo por maquillar lo que ocurre a diario en estas costas gaditanas, con una mayor presencia policial ¡ªhan reforzado la zona con grupos de Unidades de Prevenci¨®n y Reacci¨®n (UPR) de la Polic¨ªa Nacional y GAR de la Guardia Civil¡ª o con la publicidad de las grandes incautaciones de droga, se choca de bruces con una realidad grotesca, fruto de una dejadez y un abandono hist¨®rico, que viene denunciando ¡ªcomo quien predica en el desierto¡ª la Coordinadora contra la Droga, que agrupa a varias plataformas del Campo de Gibraltar.

¡°La crisis agudiz¨® el problema de desempleo que ya acusaba esta comarca con un 30% de paro (m¨¢s del 70% entre la poblaci¨®n joven), aboc¨® a muchas familias a recurrir a los recursos econ¨®micos del narcotr¨¢fico para pagar sus hipotecas¡±, analiza Mena. ¡°Y son muchos los j¨®venes que crecen con el referente de los l¨ªderes de esos clanes, los Casta?as y los Messi, chicos sin oportunidades, ni futuro que encuentran en el narco la ¨²nica salida y que lo convierten en su ¨²nico medio de vida, su modus vivendi¡±, apostilla un polic¨ªa de la zona.

Lo que cuentan, ya entre susurros, los que luchan contra el narco es que ellos ¡°han sabido aprovechar el vac¨ªo dejado por el Estado y se han convertido en los protectores de muchas familias, son quienes les han ¡°cuidado¡± cuando les hac¨ªa falta, quienes les han dado trabajo, dinero cuando lo han necesitado sin pedir nada a cambio... salvo silencio¡±.

El resultado, en palabras de Mena, es ¡°una especie de narcoestado de bienestar¡± en el que una minor¨ªa no habla porque son c¨®mplices o trabajan directamente para el narco, pero otros no lo hacen ¡°por no meterse en problemas¡±, por miedo al vecino, al compa?ero de trabajo, al padre de los compa?eros de su hijo en el colegio... El narcotr¨¢fico, que enra¨ªza con un pasado del contrabando de tabaco y otros productos tra¨ªdos desde Gibraltar de esta comarca, ha desnaturalizado la sociedad, ha montado un sistema paralelo con reglas propias no escritas pero que todo el mundo conoce.

Por eso, la gran reivindicaci¨®n de la Coordinadora, que a la luz de los tristes acontecimientos recientes ha adquirido un mayor protagonismo, es ¡°que la gente se comprometa, que se atreva a hablar y a contar lo que pasa en su entorno¡±. Clara, de la barriada de La Bajadilla de Algeciras, reconoc¨ªa ayer su miedo en la concentraci¨®n: ¡°No tengo a nadie de la familia metido en drogas pero s¨ª vecinos y s¨¦ que no tienen ning¨²n recurso econ¨®mico, tienen que buscarse la vida y tienen que comer ellos y sus hijos¡±, explica. ¡°Lo que menos me gusta es el descaro con el que se comporta esta gente¡±.