La intimidad del rechazado

Tras una decepci¨®n y un descalabro creativos consecutivos con dos de sus precuelas, X-Men: Apocalipsis (2016) y X-Men: F¨¦nix oscura (2018), parec¨ªa evidente que a la saga cinematogr¨¢fica de Marvel le hac¨ªa falta un nuevo giro estil¨ªstico y tonal que refrescara la serie de su vacua pomposidad. Por ejemplo, como el que supuso X-Men: primera generaci¨®n en 2011. Pero a Los nuevos mutantes, pel¨ªcula ajena a los personajes principales pero inspirada en sus c¨®mics, la ha atropellado doblemente la realidad: en primer lugar, tras la compra de Fox por parte de Disney y sus po...

Tras una decepci¨®n y un descalabro creativos consecutivos con dos de sus precuelas, X-Men: Apocalipsis (2016) y X-Men: F¨¦nix oscura (2018), parec¨ªa evidente que a la saga cinematogr¨¢fica de Marvel le hac¨ªa falta un nuevo giro estil¨ªstico y tonal que refrescara la serie de su vacua pomposidad. Por ejemplo, como el que supuso X-Men: primera generaci¨®n en 2011. Pero a Los nuevos mutantes, pel¨ªcula ajena a los personajes principales pero inspirada en sus c¨®mics, la ha atropellado doblemente la realidad: en primer lugar, tras la compra de Fox por parte de Disney y sus posteriores problemas de producci¨®n; y segundo, a causa de la pandemia, que ha estado a punto de provocar que no se estrenase en cines. En realidad, el atropello puede ser triple porque, aunque el volantazo de g¨¦nero y de modulaci¨®n sea meridiano, tampoco es seguro que este sea el camino a seguir.

La pel¨ªcula est¨¢ lejos de producir miedo o desasosiego

A Los nuevos mutantes solo la salva su modestia. En producci¨®n y localizaciones: escenario ¨²nico del que no se sale en todo el relato, una casona en la que un nuevo grupo de chavales con superpoderes es estudiado por una doctora. En efectos especiales: pocos para lo que se acostumbra y en modo alguno llamativos. Y en duraci¨®n: apenas hora y media. Nada que objetar. Sin embargo, aunque el proyecto se haya vendido como un desv¨ªo hacia el terror adolescente, la pel¨ªcula est¨¢ lejos de producir miedo o desasosiego y tiene poco que ver con, sin ir m¨¢s lejos, la serie Pesadilla en Elm Street, a la que claramente apela desde su esencia: los demonios interiores de los chicos y chicas, exteriorizados en delirios muy reales. En realidad, la pel¨ªcula tiene mucho m¨¢s que ver con L¨ªnea mortal (1990), aquel thriller juvenil de Joel Schumacher que tambi¨¦n se asentaba en los traumas exteriorizados a trav¨¦s del onirismo, con la diferencia de que en aquellos a?os primaba la humildad efervescente y ahora reina la angustia tristona.

No parece casual que su director sea Josh Boone, capaz de otorgar control y ternura a Bajo la misma estrella, un drama que podr¨ªa haber ca¨ªdo en lo lacrim¨®geno. Y es justo ah¨ª donde aparecen los mejores momentos de Los nuevos mutantes, en los m¨¢s ¨ªntimos entre los cinco protagonistas: la naturalidad con la que se desarrolla una relaci¨®n de amor entre dos chicas; la aceptaci¨®n de lo distintivo como algo rico en lo personal; el temor al rechazo y la necesidad de perdonarse.