Emily Nagosky, sex¨®loga: ¡°S¨ª, por favor, hablad entre vosotras sobre vuestra vida sexual¡±
La experta estadounidense, fen¨®meno editorial con su primer libro, explica en el segundo con ciencia y humor los misterios de la sexualidad femenina y c¨®mo mantener viva la pasi¨®n en parejas estables
Arrancar una entrevista preguntando a una completa desconocida qu¨¦ tal va su vida sexual es cuanto menos extra?o. Pero Emily Nagosky lo encaja bastante bien. ¡°?No te preocupes! En este caso es 100% apropiado preguntarlo¡±, contesta en un intercambio de mensajes. ¡°Y puedo decir que ¨²ltimamente me va muy bien. Siguiendo mi propio consejo, las cosas est¨¢n mejor que nunca¡±. Cuando estuvieron peor, Nagosky escribi¨® un libro explic¨¢ndolo. Lo llam¨® Come together (juego de palabras que hace referencia a una canci¨®n de The Beatles y que ...
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Arrancar una entrevista preguntando a una completa desconocida qu¨¦ tal va su vida sexual es cuanto menos extra?o. Pero Emily Nagosky lo encaja bastante bien. ¡°?No te preocupes! En este caso es 100% apropiado preguntarlo¡±, contesta en un intercambio de mensajes. ¡°Y puedo decir que ¨²ltimamente me va muy bien. Siguiendo mi propio consejo, las cosas est¨¢n mejor que nunca¡±. Cuando estuvieron peor, Nagosky escribi¨® un libro explic¨¢ndolo. Lo llam¨® Come together (juego de palabras que hace referencia a una canci¨®n de The Beatles y que podr¨ªa traducirse como ¡°Venirse juntos¡±, un verbo con doble significado que puede referirse al orgasmo). Esta exposici¨®n de la intimidad podr¨ªa suponer un problema para cualquier persona, pero m¨¢s para alguien como Nagosky, considerada desde hace a?os una especie de gur¨² sexual, o como ella misma se define, ¡°una empollona del sexo¡±. Ten¨ªa ya un primer libro, Come as you are, otro juego de palabras musical, en este caso la referencia es a una canci¨®n de Nirvana, y la traducci¨®n ser¨ªa algo as¨ª como ¡°Vente siendo t¨² mismo¡±. Y un p¨®dcast, una newsletter, una charla TED con tres millones y medio de visitas¡ Pero mientras creaba todo este contenido y derribaba tab¨²s sobre la sexualidad femenina, Nagosky lidiaba en silencio con una crisis con su novio, con el que llevaba 13 a?os.
¡°Ir¨®nicamente, el proceso de pensar, leer y escribir todos los d¨ªas sobre sexo me estres¨® tanto que no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s en tener sexo¡±, explica en su libro. En un primer momento, Nagosky hizo lo que har¨ªa cualquiera: comentarlo con su terapeuta y con sus amigas. Pero despu¨¦s hizo algo m¨¢s. ¡°Enfoqu¨¦ mis propias dificultades sexuales de una forma un poco empollona: fui directamente a la investigaci¨®n revisada por pares¡±, rememora.
Lo que encontr¨® all¨ª contradec¨ªa todas las narrativas generalizadas sobre ¡°mantener viva la chispa¡±, una expresi¨®n que ella aborrece por perpetuar una idea caduca de lo que deber¨ªa ser el sexo. ¡°El deseo apenas figura entre las diez caracter¨ªsticas principales del buen sexo. Cuando la gente se preocupa por la chispa, es una distracci¨®n de lo que realmente importa, que es el placer¡±, asegura. No se trata de lo excitada que est¨¦s de forma espont¨¢nea e improvisada, explica en su libro, sino de buscar activamente el tiempo y la intimidad; de meterte en la cama con tu pareja y dejar que tu cuerpo responda. ¡°El deseo espont¨¢neo surge en anticipaci¨®n del placer. El deseo responsivo surge en respuesta al placer. Y ambas experiencias de deseo son normales¡±, se?ala la sex¨®loga. Para muchas parejas, el tiempo y la energ¨ªa son limitados, por lo que ¡°la mejor manera de lograr que el sexo suceda podr¨ªa ser planific¨¢ndolo, program¨¢ndolo en el calendario¡±.
Emily Nagosky no hace investigaci¨®n cient¨ªfica, pero es buena busc¨¢ndola y explic¨¢ndola, eliminando lo excesivamente elevado y bajando a tierra los estudios. Populariz¨® la idea de que la libido es como un autom¨®vil con un acelerador que detecta est¨ªmulos er¨®ticos y un freno que se pisa a fondo con todo aquello que nos distrae del sexo. Cuando las mujeres tienen problemas con la excitaci¨®n y el placer, explic¨® en Come as you are, no es necesariamente porque no est¨¦n pisando el acelerador. Por lo general, es porque algo (el estr¨¦s, el trabajo, el patriarcado, la crianza¡) les hace echar el freno. La idea es simple pero poderosa, y muchas mujeres se vieron reflejadas en ella.
Otra met¨¢fora que cal¨® (y que retoma en su nuevo libro) fue aquella en la que presentaba la sexualidad como un jard¨ªn. Cuando somos ni?os, su suelo es especialmente f¨¦rtil. Pronto, la familia, la sociedad, el contexto cultural comienzan a plantar ideas sobre cuerpos, g¨¦nero, sexo, placer y amor que brotan como especies invasoras. ¡°Semillas de mitos sobre la persona sexual ideal arrastradas por el viento y cuerdas de enredaderas sobre est¨¢ndares de belleza, que se extienden como hiedra venenosa debajo de la cerca y sobre el muro del jard¨ªn¡± explica en Come together. Hay gente con suerte y sin traumas que puede limitarse a podar, cosechar y traer alguna planta nueva de vez en cuando. Pero la mayor¨ªa de personas deber¨¢n desbrozar y eliminar malas hierbas el resto de su vida. ¡°Tu sexualidad no es un problema que tengas que resolver ni un trastorno que haya que tratar. Tu sexualidad es un jard¨ªn que puedes cultivar¡±, asevera la autora. Pero todos somos mejores jardineros en soledad que adentr¨¢ndonos en un parque compartido, en el que hay que regar y podar plantas propias y ajenas.
Come together se extiende hasta las 300 p¨¢ginas, pero en las primeras l¨ªneas, Nagosky hace un pr¨¢ctico spoiler y avanza. Hay tres caracter¨ªsticas t¨ªpicas de las parejas con una fuerte conexi¨®n sexual. La primera, son amigos, conf¨ªan y se admiran mutuamente. Adem¨¢s, priorizan el sexo y lo anteponen a compromisos y rutinas. Y por ¨²ltimo, en lugar de aceptar las opiniones de otras personas sobre c¨®mo se supone que deben tener relaciones sexuales, ¡°priorizan lo que es genuinamente cierto para ellos y lo que funciona en su relaci¨®n ¨²nica¡±. No hay dos jardines iguales y lo que brota en uno con fuerza, en otro puede no arraigar, o incluso convertirse en una mala hierba.
A pesar de defender esta idea con fervor militante, Nagosky reconoce que, en la pr¨¢ctica, el sexo es un comportamiento social. Partimos de un instinto, pero tambi¨¦n aprendemos observando y escuchando a otros. La pornograf¨ªa, guste o no, forma parte de este aprendizaje. El problema que esto supone, explica, es que acercarse al sexo a trav¨¦s del porno es como ver la F¨®rmula Uno y pensar que con eso ya sabes conducir. ¡°Son profesionales en un circuito cerrado con un equipo de boxes, tratando de lograr algo totalmente ajeno a lo que hacemos en el mundo real¡±, reflexiona. ¡°Si las personas tienen acceso a la pornograf¨ªa y no tienen acceso a educaci¨®n sexual o a conversaciones sobre sexo, es muy f¨¢cil que crean que el sexo en la vida real es como la pornograf¨ªa¡±. Y no es as¨ª.
Por eso asegura que libros como el suyo son necesarios. Para mejorar la conversaci¨®n p¨²blica que tenemos sobre el sexo (que considera ¡°b¨¢sicamente una mierda¡±). Y usar la ciencia para entender mejor lo que nos pasa. ¡°Aunque no debemos intentar comprender nuestras vidas a partir de ning¨²n estudio individual¡±, matiza. Por eso, m¨¢s all¨¢ del porno, m¨¢s all¨¢ de la ciencia y de lo que le funcione a cada persona, Nagosky defiende algo tan simple que parece revolucionario: hablar de sexo con las amigas. ¡°?Oh, s¨ª, por favor, hablad entre vosotras sobre vuestra vida sexual y contaos las cosas que est¨¢is aprendiendo!¡±, exclama. ¡°Contar historias personales ayuda a otros a ver su propia vida sexual con mayor claridad¡±. Lo dice despu¨¦s de haber escrito un libro de 300 p¨¢ginas analizando por qu¨¦ dej¨® de tener sexo con su novio, as¨ª que puede que tenga raz¨®n.
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