Las ¡®chicas taller¡¯ que reforman a hombres t¨®xicos y los preparan para ser felices en su siguiente relaci¨®n
Estas personas sienten que han mantenido una relaci¨®n puente con su ex y que su nueva pareja est¨¢ disfrutando de una versi¨®n mejorada
Carlos Peguer y Mariang Maturana, m¨¢s conocidos como La Pija y La Quinqui ¡ªsobrenombres que dan a su vez nombre a su podcast¡ª comenzaron su mete¨®rico recorrido con un cap¨ªtulo titulado Somos chicas puente. Hablamos de un t¨¦rmino, tambi¨¦n conocido como chica taller, que muchos desconoc¨ªan hasta ese momento y qu...
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Carlos Peguer y Mariang Maturana, m¨¢s conocidos como La Pija y La Quinqui ¡ªsobrenombres que dan a su vez nombre a su podcast¡ª comenzaron su mete¨®rico recorrido con un cap¨ªtulo titulado Somos chicas puente. Hablamos de un t¨¦rmino, tambi¨¦n conocido como chica taller, que muchos desconoc¨ªan hasta ese momento y que empuj¨® a cantidad de oyentes a verse a s¨ª mismos reconocidos en ¨¦l. ¡°Las chicas puente son las que reforman a los hombres t¨®xicos, emocionalmente inaccesibles y en etapas de frenes¨ª sexual, para convertirlos en personas buenas, enamoradas y fieles (con la siguiente persona con la que est¨¦n, claro, con nosotras no)¡±, explican. Una nota a pie de p¨¢gina: la persona puente no entiende de g¨¦neros, pues cualquiera puede convertirse en la pasarela emocional de una pareja. ¡°Ser chica puente implica la existencia de un chico ingeniero: t¨² sabes que te hace da?o, pero el otro lo ignora, porque para ¨¦l eres una obra de ingenier¨ªa que lo llevar¨¢ de un sitio a otro. Es algo que pasa mucho en La Isla de las Tentaciones¡±, explica Peguer. Comentan que no es extra?o salir con alguien y tras romper la relaci¨®n, descubrir a trav¨¦s de las redes sociales que est¨¢ con otra persona. ¡°Obviamente, contigo no subi¨® nada, porque no exist¨ªas en su imaginario. Estar¨¢ feliz con su nueva pareja: se van a vivir juntos, han adoptado un caniche y est¨¢n llevando la vida que quer¨ªa llevar con alguien que no eres t¨²¡±, aseguran. ?Doloroso? Doloros¨ªsimo. ?Habitual? M¨¢s de lo que pudiera parecer.
Las personas taller o puente ayudan al otro a pasar de una etapa de su vida a otra aportando en el camino aprendizajes, cambios y lecciones. De no existir una comunicaci¨®n constante y honesta, se encuentran en una situaci¨®n de desequilibrio, pues el otro no se encuentra en la misma situaci¨®n emocional, por lo que cuando atraviese la pasarela y se dirija a su siguiente relaci¨®n, la frustraci¨®n puede invadir a quien despu¨¦s de haber invertido tiempo y emociones en otra persona, comprueba que la versi¨®n mejorada de su ahora ex est¨¢ en brazos de otra pareja. ¡°Si tienes la sensaci¨®n de haber sido una persona puente, es por la frustraci¨®n de sentir que contigo no funcion¨® la relaci¨®n, pero que s¨ª cuaj¨® con otra persona. Tambi¨¦n se debe a que pensamos que no somos suficientemente valiosas como para ser la persona elegida, que lo nuestro no era suficientemente convincente como para que se quedase con nosotras, que no supimos hacerlo funcionar, que no nos quer¨ªa lo suficiente¡ En realidad, estas son conclusiones totalmente sesgadas en las que podemos caer¡±, explica la psic¨®loga Montse Cazcarra, autora de Amor sano, amor del bueno.
Las personas puente llegan a esta relaci¨®n para arreglar lo que est¨¢ roto en el otro, y al sanar sus heridas, lo dejan perfectamente renovado y preparado para su pr¨®xima relaci¨®n. Lo doloroso es que en esa nueva etapa se comportar¨¢ como la persona puente quer¨ªa. Entonces es habitual tener la sensaci¨®n de haber invertido tiempo, energ¨ªa y recursos emocionales en intentar que nuestra pareja cambiara ciertos aspectos, por lo que no es raro sentirse como una suerte de box de f¨®rmula 1 en clave emocional. La psic¨®loga Laura Mor¨¢n quiere se?alar que al habernos esforzado para que funcionara la relaci¨®n y considerar que hemos implementado cambios que han resultado en claras mejoras en el otro, damos por hecho que nuestras acciones facilitar¨¢n que se empareje de nuevo y tenga una relaci¨®n id¨ªlica con alguien que disfrutar¨¢ de esos avances. ¡°Sin embargo, es una trampa de nuestra cabeza, porque no sabemos si la siguiente pareja tendr¨¢ nuestras mismas necesidades. Imagina que has logrado que sea una persona ordenada o que haga ejercicio, pero a su siguiente pareja esos aspectos le dan completamente igual. Imaginemos que nos compramos una casa y ponemos una pista de p¨¢del, y el siguiente inquilino no solo odia el p¨¢del, sino que quiere una piscina. Algo as¨ª ocurre en el ¨¢mbito de las parejas. Animar¨ªa a desatender esta idea que puede producir nuestra cabeza¡±, advierte la autora de Perfectamente imperfecta. La ilustradora Mamen Diaz cuenta en su obra con una ilustraci¨®n que explica perfectamente lo que es una relaci¨®n puente. ?El texto que acompa?a a la imagen? ¡°Se te est¨¢ quedando una relaci¨®n puente bien bonita¡±. Nos ponemos en contacto con ella para conocer su parecer ante este tipo de relaciones. ¡°Mi impresi¨®n es que todas las personas puente hacemos un trabajo social que deber¨ªa estar remunerado. A su vez, siento un gran agradecimiento a todas las ex parejas/personas puentes que moldearon en el bien a todas las personas buenas que me he encontrado en la vida¡±, explica. Sus palabras nos hacen ver que podemos haber sido personas puente, pero tambi¨¦n las beneficiarias de alguien que ha cumplido este papel.
Montse Cazcarra comenta que cuando se convierte en un reto personal lograr que nuestra pareja cambie, nos empe?amos en conseguirlo a toda costa. Al haber invertido tantos esfuerzos ¡ªtanto en t¨¦rminos de tiempo, como en emociones¡ª, tenemos la sensaci¨®n de no poder permitirnos que sea de otra manera. ¡°Sentimos que el premio por nuestros esfuerzos y nuestra incansable lucha no es otro que el que la relaci¨®n funcione. Sin embargo, si no obtenemos la recompensa y si finalmente nuestra pareja no se queda a nuestro lado, lo experimentaremos como una derrota y nos parecer¨¢ injusto: es otra persona, que por si fuera poco ha invertido mucho menos tiempo, energ¨ªa y recursos emocionales, quien disfrutar¨¢ del fruto de esos esfuerzos, de la ¡°persona que es ahora¡± nuestra expareja y de ese ¡°premio¡± que consideramos que ten¨ªa que haber sido nuestro. Y esto se acompa?a de frustraci¨®n, impotencia, sensaci¨®n de injusticia, incomprensi¨®n respecto a nuestra l¨®gica interna de merecimiento y rabia¡±, dice Cazcarra.
Un puente hacia la luz
La psic¨®loga Laura Mor¨¢n se?ala que mientras estamos en una relaci¨®n de pareja, todo lo que hayamos invertido en ella puede haber sido beneficioso, perjudicial o inocuo, pero siempre que hayamos intentado hacer los cambios que necesit¨¢bamos, en realidad ha sido beneficioso para nosotras, porque hemos trabajado de forma activa en que la relaci¨®n de pareja funcionase. ¡°Si la otra persona acept¨®, atendi¨® y modific¨® lo que necesitabas, no has perdido el tiempo, porque te escuch¨®, acept¨® la propuesta e intent¨® cambiar lo que necesitabas, pues pod¨ªa modificarlo. El problema es que la imaginaci¨®n nos juega una mala pasada e imaginamos con qui¨¦n estar¨¢ despu¨¦s. Como tendemos a compararnos, imaginaremos que ser¨¢ mejor con la otra persona y que ella disfrutar¨¢ de las mejoras, pero no tenemos la certeza de que vaya a ser as¨ª¡±, explica la psic¨®loga.
Es importante recalcar que, en realidad, estas relaciones no tienen por qu¨¦ ser t¨®xicas para la persona puente, siempre y cuando haya de por medio honestidad y comunicaci¨®n. Si la otra persona hace saber que no est¨¢ interesada en una relaci¨®n seria, y a la persona puente le parece correcto, ambos est¨¢n poniendo en marcha un saludable ejercicio de responsabilidad afectiva. Quedarse o no depende de la persona puente. Lo esencial es ser honestos siempre con el otro para que este Golden Bridge sentimental est¨¦ carente de grandes dramas.