Por qu¨¦ se humilla al comprador de gangas del Black Friday
La masa de compradores a la caza del descuento en grandes superficies se exhibe a?o tras a?o por medios todo el mundo. El espect¨¢culo medi¨¢tico esconde connotaciones clasistas y sexistas.
Siete de cada diez espa?oles comprar¨¢n hoy alg¨²n producto que ya ten¨ªan fichado desde hace meses aprovechando los descuentos del Black Friday. M¨¢s de la mitad adelantar¨¢ la compra de sus regalos navide?os para ahorrarse unos euros. M¨¢s all¨¢ de valorar la maquinaria de desenfrenados picos de consumo estacionario, asumida y normalizada en un tiempo r¨¦cord en nuestro pa¨ªs mientras el peque?o comercio ...
Siete de cada diez espa?oles comprar¨¢n hoy alg¨²n producto que ya ten¨ªan fichado desde hace meses aprovechando los descuentos del Black Friday. M¨¢s de la mitad adelantar¨¢ la compra de sus regalos navide?os para ahorrarse unos euros. M¨¢s all¨¢ de valorar la maquinaria de desenfrenados picos de consumo estacionario, asumida y normalizada en un tiempo r¨¦cord en nuestro pa¨ªs mientras el peque?o comercio planea una resistencia ecosostenible y con conciencia, los estudios demuestran que el Black Friday sirve como oportunidad para una compra meditada, comparada y estudiada para aquellos que no tienen el privilegio de poder salt¨¢rselo y esquivar a la masa. Esa misma que, cada a?o, desde medios de comunicaci¨®n y redes sociales, se convierte en el espect¨¢culo de la jornada. Fotos y v¨ªdeos caseros virales para gloria de los minutos finales del telediario. Im¨¢genes de esa masa en colas kilom¨¦tricas bajo temperaturas glaciares, comprando de forma ca¨®tica en grandes superficies o li¨¢ndose a pu?etazos por un calefactor el¨¦ctrico o una televisi¨®n de 52 pulgadas. El Black Friday retratado como el gemelo desquiciado de la simp¨¢tica se?ora que siempre se pon¨ªa en primera fila de las rebajas de enero con su abrigo de pieles a?o tras a?o.
?Los cr¨ªticos suelen cuestionar la moral de estos compradores, con esa idea de que valoran m¨¢s ¡®tener cosas¡¯ que rodearse de sus familiares en Acci¨®n de Gracias. Los estudios, no obstante, indican que aquellos con salarios muy bajos, las minor¨ªas y las madres participan m¨¢s en el Black Friday que otros grupos. Son, tambi¨¦n, los que se llevan la peor parte en esta cr¨ªtica que combina clasismo, racismo y sexismo?, destaca Nadra Nittle en La deshonra?clasista del comprador del Black Friday (Vox). Nittle centra su texto en el tratamiento que la prensa hace de la poblaci¨®n afroamericana durante las coberturas medi¨¢ticas de la jornada y se sirve del estudio?Black Friday: Crowdsourcing Communities of Risk para rescatar un episodio clave que ha perpetuado clich¨¦s y estereotipos peyorativos en los que se ha tratado a los compradores como ?animales? o ?salvajes?: la muerte de un trabajador haitiano por avalancha en un Walmart de Nueva York en 2008. Una cobertura medi¨¢tica que, seg¨²n defiende, tuvo un tono y tratamiento similar a la de los disturbios de 1992 en Los ?ngeles.
?En tiempos financieros problem¨¢ticos, el Black Friday se presenta como la ¨²nica oportunidad para un sector poblacional para acceder a ciertas cosas, para comprar aquello que realmente necesitan?, aclara en el texto Kenneth Rogers, autor del estudio y decano de Investigaci¨®n de la York University. El acad¨¦mico desgrana un problema estructural de consumo, aupado adem¨¢s por las fuerzas pol¨ªticas de su pa¨ªs: ?Bush nos dijo tras el 11S que sali¨¦ramos a la calle a comprar, que era nuestro deber como ciudadanos. As¨ª que culpar a los compradores del Black Friday por comprar manda un mensaje contradictorio. Creo que es una forma de humillaci¨®n de clase. Existe gente que quiz¨¢ necesite hacer esa cola para poder comprar con ese descuento?.
Si bien en Espa?a la situaci¨®n todav¨ªa no ha derivado en estampas tan dram¨¢ticas como las avalanchas humanas, la b¨²squeda de la ganga del Black Friday y la expectaci¨®n que genera s¨ª que sigue un patr¨®n de consumo medi¨¢tico similar al estadounidense. Pasa cada viernes negro y pasa cada vez que una gran cadena con precios asequibles abre en una gran superficie. El vapuleo moral a sus participantes se convierte en motivo de debate de la jornada. ?Existe en parte de la izquierda y en toda la nueva pol¨ªtica ese desprecio hacia las clases populares, a los obreros y las currelas de toda la vida. No existimos o somos motivo de burla por nuestra supuesta puerilidad y cutrer¨ªo ¨¢vido de satisfacer los m¨¢s abyectos placeres y de comprar gangas?, escribi¨® Jorge Mat¨ªas en eldiario.es al hilo de las pol¨¦micas im¨¢genes de compradores que hicieron colas durante horas en la c¨¦lebre apertura de Primark en la Gran V¨ªa de Madrid.? ?Supongo que es dif¨ªcil comprender que hay gente que no quiere vivir como t¨² quieres que viva, ni hacer lo que t¨² quieres que haga. A veces, es por pura cabezoner¨ªa. Otras, la mayor¨ªa, simplemente les resulta imposible?, escribi¨®. Para Rogers el debate deber¨ªa ser otro: ?Me encantar¨ªa que fu¨¦semos m¨¢s cr¨ªticos con la tinta negra de los libros de Wall Street y de la comapa?¨ªas de NASDAQ que con los cuerpos que luchan por bienes de consumo. ?Por qu¨¦ no nos fijamos en la desigualdad de riqueza de nuestra sociedad??.