Cultura pop vs. feminismo
Las j¨®venes generaciones toman posici¨®n en torno a las reivindicaciones femeninas y dejan claro que la peleada liberaci¨®n -incluida la sexual- sigue siendo un reto.
De Femen al Ca?etegate, y de Sheryl Sandberg a Lena Dunham, el feminismo parece estar mucho m¨¢s presente en la agenda medi¨¢tica de lo que lo estaba hasta hace un par de a?os. Los indicios est¨¢n ah¨ª para quien quiera contarlos. Del ¨¦xito editorial de C¨®mo ser mujer, de Caitlin Moran, que ya va por su tercera edici¨®n en Espa?a, al disco de Beyonc¨¦, que es pr¨¢cticamente un ensayo en torno a su particular y discutido estilo acerca del movimiento. Adolescentes como Lorde y Tavi Gevinson abogan por un feminismo desacomplejado y la moda empieza a sacar tajada. Queda claro al ver l...
De Femen al Ca?etegate, y de Sheryl Sandberg a Lena Dunham, el feminismo parece estar mucho m¨¢s presente en la agenda medi¨¢tica de lo que lo estaba hasta hace un par de a?os. Los indicios est¨¢n ah¨ª para quien quiera contarlos. Del ¨¦xito editorial de C¨®mo ser mujer, de Caitlin Moran, que ya va por su tercera edici¨®n en Espa?a, al disco de Beyonc¨¦, que es pr¨¢cticamente un ensayo en torno a su particular y discutido estilo acerca del movimiento. Adolescentes como Lorde y Tavi Gevinson abogan por un feminismo desacomplejado y la moda empieza a sacar tajada. Queda claro al ver lo que hace Dimepiece, la marca favorita de Cara Delevingne, con sus camisetas que proclaman Ain¡¯t no wifey (no soy tu mujercita), American Apparel, que le pidi¨® un dise?o pol¨¦mico a la activista Petra Collins, o Married to the Mob, que estampa sobre sus prendas la leyenda Fine ass feminist (pedazo de feminista).
La fundadora de la ¨²ltima, Leah McSweeney, declara: ?Mis camisetas no har¨¢n nada por mejorar la igualdad entre hombres y mujeres, pero por lo menos empiezan la conversaci¨®n?. Lo mismo opina la modelo y activista australiana Ollie Henderson, quien distribuye entre sus compa?eras de pasarela sus prendas con esl¨®ganes como Start the riot (comienza la revuelta).
Cara Delevingne con camiseta de DimePiece que reza ?No soy tu mujercita?.
?Buenas noticias??No hay que hacer juicios precipitados. Germaine Greer, la autora del cl¨¢sico?La mujer eunuco, asegura que las cosas est¨¢n peor ahora que cuando ella public¨® su libro en 1970. ?Nunca pens¨¦ que las redes sociales se convertir¨ªan en este pozo sin fondo de odio a la mujer. La liberaci¨®n no lleg¨®, ni siquiera la sexual. Lo ¨²nico que se liber¨® fue la pornograf¨ªa comercial y la fantas¨ªa, pero no la sociedad?, afirma en el documental de la BBC?Blurred Lines: la nueva batalla de los sexos. El t¨ªtulo, prestado de Robin Thicke y Pharrell Williams, viene que ni pintado, por las zonas grises en las que se sit¨²a el debate y por la propia controversia que arrastr¨® la canci¨®n, considerada por algunos como una apolog¨ªa de la violaci¨®n.
El reportaje explora varios enclaves de la cultura pop contempor¨¢nea, desde la industria del videojuego a la nueva comedia. Gran parte del debate se sit¨²a en, sobre y alrededor de Internet y de la cultura del chat. Una de las entrevistadas, la columnista Laurie Penny, afirma que el sexismo ?est¨¢ en el ADN de Internet porque ¨¦ste proviene de lo?geek?(inspirado en la tecnolog¨ªa) que durante mucho tiempo fue un entorno profundamente mis¨®gino y cultiv¨® una desconfianza hacia lo femenino?.
A Nuria Varela, periodista y autora de?Feminismo para principiantes?(Zeta Bolsillo), le indigna esta afirmaci¨®n: ?El machismo no est¨¢ en ning¨²n ADN, ni biol¨®gico ni virtual. El machismo se aprende, y quienes lo ejercen lo hacen porque les aporta privilegios. A las redes trasladamos nuestra mirada y nuestra cultura?.
Los creadores de la marca Desert Designs (en la foto, en la Fashion Week australiana).
Getty Images
Sin embargo, s¨ª est¨¢ de acuerdo con Germaine Greer. ?Totalmente. Estamos peor ahora. La revoluci¨®n se estanc¨® precisamente en la cultura y en lo l¨²dico. No en las leyes ni en la educaci¨®n?. Se le acumulan los ejemplos: ?Hace poco me sent¨¦ a ver el primer cap¨ªtulo de la serie B&B (Telecinco). Las tramas normalizaban, una tras otra, las desigualdades del patriarcado?, denuncia. ?Y campa a sus anchas en el?hip-hop?y el?reggaeton?, dice. Esto ¨²ltimo no es anecd¨®tico. Aunque su presencia en los medios generalistas es limitada, actualmente los ritmos neocaribe?os constituyen el aut¨¦ntico?mainstream?en nuestro pa¨ªs. En el?top ten?de las canciones m¨¢s escuchadas en Espa?a en 2013 que publica YouTube no estaban Pharrell Williams ni Beyonc¨¦, pero s¨ª Daddy Yankee y Kiko Rivera, autor de dos?hits?que no pasar¨ªan precisamente el test de Bechdel:?Chica Loca?y?Qu¨ªtate el top.
?Es solo un chiste?.?Cuando se se?ala el cociente sexista de un determinado producto cultural, la respuesta a menudo incluye un ?solo? (?Es solo una canci¨®n?, ?Es solo una pel¨ªcula?) y va acompa?ada de un reproche: ?Qu¨¦ poco sentido del humor?. Ah¨ª, en el humor, hay otra batalla con hect¨¢reas de zonas grises y mucho por discutir. El psic¨®logo Thomas Ford, profesor de la Universidad de Western Carolina, lleva m¨¢s de una d¨¦cada investigando los efectos de los chistes sexistas. Asegura que la broma no vuelve machista ni al que lo cuenta (necesariamente) ni al que lo escucha, pero s¨ª genera una atm¨®sfera en la que el sexismo est¨¢ tolerado. ?No inicia el prejuicio pero lo propicia. Crea un clima social en el que los hombres sexistas se pueden sentir c¨®modos expresando cosas que de otra manera se callar¨ªan, por miedo a un castigo social?.
Intercambio de papeles en Defined Lines, el v¨ªdeo parodia de Blurred Lines.
D.R.
El c¨®mico Brendon Burns, quien ha trabajado con Ricky Gervais y Sacha Baron Cohen, afirma en cambio que excluir a las mujeres o a cualquier otro grupo del humor es discriminaci¨®n. ??Por qu¨¦ deber¨ªan sentirse ellas como vacas sagradas??, pregunta. Para Ford, esa es una respuesta autocomplaciente, y cita sus investigaciones: ?El humor sexista siempre es m¨¢s que solo-un-chiste. Los hombres machistas que se exponen a ¨¦l demuestran mayor voluntad de discriminar, son m¨¢s proclives a la violencia contra las mujeres y aceptan los mitos sobre la violaci¨®n?.
El principio de la pitufina.?Transformers 4: La era de la extinci¨®n, X Men: D¨ªas del futuro pasado, El amanecer del planeta de los simios¡ la pr¨¢ctica totalidad de los blockbusters que se estrenar¨¢n este verano se rigen por lo que se llama ?el principio de la pitufina?: cuando en un universo cerrado de personajes existe uno solo femenino, concebido como una subespecie an¨®mala. ?Las mujeres est¨¢n infrarrepresentadas en el cine, la televisi¨®n, Internet y otros tipos de entretenimiento. El a?o pasado, solamente el 30% de los personajes con di¨¢logo los representaron mujeres y el 15% de los filmes m¨¢s vistos ten¨ªa papeles femeninos protagonistas?, resume Andrea Letamendi, quien pilota la web Under the Mask, en la que analiza el mundo de los superh¨¦roes. Las franquicias de enmascarados llevan m¨¢s de un lustro siendo la gallina de los huevos de oro de Hollywood. Han resucitado Thor, Superman, Batman, Iron Man¡ pero todav¨ªa no lo ha hecho Wonder Woman, a la que le est¨¢ costando volver al cine, en parte porque Hollywood no ha superado el fiasco de?Catwoman?en 2004 y?Elektra?en 2005. ?El resultado de esto es lo que llamamos aniquilaci¨®n simb¨®lica. Al colocar tan pocas hero¨ªnas en la pantalla, le estamos diciendo al mundo que no son cre¨ªbles ni necesarias?, apunta Letamendi.
Los hombres siguen dando muestras de su abuso de fuerza en las series. La ¨²ltima pol¨¦mica, en el tercer episodio de la cuarta temporada de Juego de tronos, con la supuesta violaci¨®n de Jaime a su hermana Cersei.
Canal +
Anita Sarkeesian tambi¨¦n explor¨® el principio de la pitufina y varios t¨®picos m¨¢s, como el s¨ªndrome de la mujer en la nevera (cuando la f¨¦mina solamente sirve como una v¨ªctima que es espoleada por el h¨¦roe), en su celebrada serie de v¨ªdeos sobre la misoginia en los videojuegos, que cuelga en la web Feminist Frequency. El trabajo de Sarkeesian provoc¨® ira entre algunos gamers, que la lapidaron con insultos y amenazas. Uno especialmente creativo, Ben Spurr, incluso cre¨® un videojuego llamadoGolpea a Anita Sarkeesian. En paralelo, la activista recogi¨® centenares de apoyos y recaud¨® hasta 150.000 d¨®lares (unos 110.000 euros) en Kickstarter para poder seguir con su serie, mucho m¨¢s de los 6.000 d¨®lares que solicitaba.
El mero hecho de que existan webs como las de Sarkeesian y Letamendi, o las camisetas-logo que cit¨¢bamos al principio, incluso si, como dice Greer, la misoginia vive m¨¢s c¨®moda en la cultura popular en 2014 que en 1970, tambi¨¦n hay cada vez m¨¢s mujeres j¨®venes que la combaten. ?Bienvenidas?, les dice Varela. Incluso si lo hacen porque les parece que el feminismo est¨¢ de moda.
Las cr¨ªticas al videoclip del tema I¡¯m a freak (arriba), de Enrique Iglesias, se suman al debate sobre el trato sexista que se da a las mujeres en el pop
D.R.