Betty Ford, la primera dama alcoh¨®lica que abri¨® cl¨ªnicas de rehabilitaci¨®n para mujeres
Entr¨® a la Casa Blanca tomando analg¨¦sicos opioides recetados para los fuertes dolores de espalda que sufr¨ªa, pero su adicci¨®n a las drogas y al alcohol se agrav¨® en los siguientes a?os, seg¨²n cont¨® ella misma en su autobiograf¨ªa
Betty Ford muri¨® en el 2011, pero su legado contin¨²a ayudando a cientos de mujeres alrededor del mundo que, como ella, sufren al menos una adicci¨®n. ¡°Como primera dama, fue una de las grandes defensoras de la salud y de los derechos de las mujeres. Tras abandonar la Casa Blanca, ayud¨® a reducir el estigma social que pesaba sobre las adicciones e inspir¨® a miles de personas para buscar tratamiento¡±, asegur¨® el expresidente de Estados Unidos Barack Obama el d¨ªa de su muerte.
Ford fue la primera dama de ...
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Betty Ford muri¨® en el 2011, pero su legado contin¨²a ayudando a cientos de mujeres alrededor del mundo que, como ella, sufren al menos una adicci¨®n. ¡°Como primera dama, fue una de las grandes defensoras de la salud y de los derechos de las mujeres. Tras abandonar la Casa Blanca, ayud¨® a reducir el estigma social que pesaba sobre las adicciones e inspir¨® a miles de personas para buscar tratamiento¡±, asegur¨® el expresidente de Estados Unidos Barack Obama el d¨ªa de su muerte.
Ford fue la primera dama de Estados Unidos entre 1974 y 1977, cuando su esposo, Gerald Ford, fue el presidente n¨²mero 38 del pa¨ªs. Entr¨® a la Casa Blanca tomando analg¨¦sicos opioides recetados para los fuertes dolores de espalda que sufr¨ªa, pero su adicci¨®n a las drogas y al alcohol se agrav¨® en los siguientes a?os, seg¨²n cont¨® ella misma en su autobiograf¨ªa.
A sus 60 a?os, su hija Susan Ford, al ver la gravedad de la adicci¨®n de su madre, organiz¨® una intervenci¨®n con miembros cercanos de la familia y m¨¦dicos a los que Ford reconoci¨® sus problemas con las drogas. Fue internada durante meses en el Hospital Naval de Long Beach. Ford siempre fue muy abierta con su condici¨®n. Su sinceridad al hablar de sus problemas result¨® en esa ¨¦poca revolucionaria: una primera dama reconoc¨ªa haber abusado de la bebida y las drogas. ¡°Hola, me llamo Betty y soy alcoh¨®lica¡±, aseguraba Ford cuando participaba en los grupos de apoyo. Despu¨¦s de su recuperaci¨®n, fund¨® en 1982 el Betty Ford Center en Rancho Mirage, California, uno de los primeros centros de tratamiento de adicciones dise?ado para mujeres. Hoy sigue siendo un referente a nivel mundial.
El centro Betty Ford se cre¨® bajo unos pilares fundamentales que despu¨¦s han sido adoptados por otras cl¨ªnicas alrededor del mundo que han seguido su legado y tratan a sus pacientes con perspectiva de g¨¦nero. Este es el caso de la cl¨ªnica Oce¨¢nica en Mazatl¨¢n, Sinaloa, M¨¦xico. Se trata de una cl¨ªnica privada especializada en la rehabilitaci¨®n de adicciones, codependencia y otros trastornos. Oce¨¢nica fue fundada en 1991 por Jes¨²s Cevallos Coppel en la b¨²squeda del modelo m¨¢s exitoso de tratamiento para alcohol y drogas en el mundo. En su b¨²squeda contact¨® con el Betty Ford Center, con el que estableci¨® una alianza que dur¨® m¨¢s de una d¨¦cada. ¡°Cevallos tambi¨¦n era alcoh¨®lico, como Ford, y eso les hizo unirse mucho para querer ayudar a m¨¢s gente a combatir sus adicciones, como lo hab¨ªan hecho ellos¡±, asegura el director Cl¨ªnico de Oce¨¢nica, Mario Gerardo.
Tanto fue as¨ª que la propia Ford asisti¨® en 1993 a la inauguraci¨®n del centro de rehabilitaci¨®n en compa?¨ªa de su esposo. Esta empez¨® a funcionar sobre todo con la tecnolog¨ªa del centro Betty Ford. ¡°Viaj¨¢bamos mucho a la cl¨ªnica en California para recibir capacitaciones sobre los nuevos avances en los tratamientos con los pacientes para implementarlos en Oce¨¢nica¡±, recuerda Gerardo.
El modelo instaurado por Ford est¨¢ basado a su vez en el modelo Minnesota, que consiste en hacer una terapia basada en los doce pasos de Alcoh¨®licos An¨®nimos y se utiliza para tratar diversas adicciones, incluyendo el abuso de sustancias y el trastorno por consumo de alcohol. Este enfoque multidisciplinar ha sido despu¨¦s emulado en todo el mundo. ¡°En este modelo la adicci¨®n se ve como una enfermedad. Una enfermedad tratable, pero no curable¡±, explica Gerardo. Sin duda, lo que hace especiales a estas cl¨ªnicas de rehabilitaci¨®n es que sus tratamientos est¨¢n dise?ados con perspectiva de g¨¦nero: ¡°Los programas est¨¢n divididos por g¨¦neros y edades¡±, aseguran desde Oce¨¢nica.
En su experiencia, Gerardo ha podido ver c¨®mo las mujeres tienen una forma muy diferente de adquirir las adicciones y lidiar con ellas. ¡°La base de las adicciones en las mujeres es muy diferente a la de los hombres, as¨ª como los patrones de consumo y drogas espec¨ªficas de abuso¡±. Adem¨¢s, la mayor¨ªa de las mujeres que llegan al centro tienen adicciones silenciosas porque no conciben exponerse al estigma. ¡°Postergan el hecho de tener una adicci¨®n y lo intentan ocultar. A veces, la propia familia le pide que deje de consumir y que lo lleve en silencio. Adem¨¢s, lidian con mucha m¨¢s culpa de dejar su hogar para recibir tratamiento que los hombres¡±, aseguran desde la cl¨ªnica.
En Espa?a, diferentes centros de rehabilitaci¨®n han visto que faltaba un lugar especializado en el tratamiento de las adicciones en las mujeres. ¡°Tradicionalmente, se ha generado una brecha de desigualdad desde la que se han ignorado no solo las particularidades biopsicosociales de las mujeres adictas (y en un 84% de los casos tambi¨¦n maltratadas), sino tambi¨¦n del colectivo LGTBI+, el cual posee sus propios patrones de consumo¡±, asegura el director general del Grupo Guadalsalus, Luis Rebolo. Desde este centro de rehabilitaci¨®n ubicado en Sevilla pudieron darse cuenta de que algunas cl¨ªnicas no eran espacios seguros para las mujeres. ¡°En muchas mujeres el origen de sus adicciones ven¨ªa de hechos traum¨¢ticos o ansiedades relacionadas con abusos sexuales o violencia f¨ªsica que hab¨ªan sufrido¡±, asegura Rebolo. Ah¨ª naci¨® la idea hace menos de dos a?os de crear un centro con perspectiva de g¨¦nero en donde poder crear un espacio seguro para las mujeres.
Por eso cuentan con dos centros: uno masculino y otro femenino en donde tambi¨¦n acogen a personas trans. ¡°A veces es m¨¢s f¨¢cil quitarse de encima la adicci¨®n a la droga que al maltratador. Reconocemos las diferencias en los patrones de consumo entre g¨¦neros, as¨ª como las particularidades de sus consecuencias f¨ªsicas, psicol¨®gicas y sociales. Nuestro modelo de intervenci¨®n terap¨¦utica con perspectiva de g¨¦nero se ajusta a estas diferencias, asegurando resultados m¨¢s efectivos¡±, afirma Rebolo.
Otro centro que tambi¨¦n se ha enfocado en la rehabilitaci¨®n de adicciones para mujeres es la Fundaci¨®n Temehi, en donde trabajan desde 2016 con mujeres con adicciones que han sufrido violencia de g¨¦nero en el pasado. ¡°Es com¨²n sufrir un abuso y que eso tenga como consecuencia que se inicien en el consumo de sustancias por lo sucedido por el maltrato. No hab¨ªa un sitio en donde se relacionaran las dos cosas en Espa?a¡±, explica una de las psic¨®logas del centro, Ana Garc¨ªa. Garc¨ªa a?ade que ¡°por los estigmas sociales est¨¢ peor visto que una mujer tenga adicciones, y por esos prejuicios a veces les cuesta m¨¢s trabajo aceptar que tienen un problema. Las mujeres sufren en silencio y solas m¨¢s tiempo¡±.
Aunque no consideran que est¨¢n siguiendo paso por paso el legado de la Cl¨ªnica Betty Ford, trabajan desde hace a?os por recuperar a la mujer adicta con el mismo enfoque creado por Ford en los a?os ochenta. Ford se describi¨® a s¨ª misma en su autobiograf¨ªa as¨ª: ¡°Soy una mujer ordinaria que tuvo que subirse al escenario en un momento extraordinario. Cuando me convert¨ª en primera dama segu¨ª siendo la misma de antes. Pero por accidentes de la historia me convert¨ª en una persona interesante¡±.